Una nevada hist¨®rica cierra Madrid

Filomena ser¨¢ un nombre para recordar en Madrid. Lleg¨® Filomena y cerr¨® Madrid. O confin¨® Madrid y no por decreto. Colaps¨® la ciudad. Ser¨¢ recordado: 8 de enero de 2021, en medio de la tercera ola de una terrible pandemia como nunca antes se hab¨ªa conocido. Avanzada la noche, la delegaci¨®n del Gobierno solicit¨® la intervenci¨®n del ej¨¦rcito para desatascar algunas v¨ªas. Para entonces las calles de Madrid eran un territorio fantasmal entre viandantes que trataban de disfrutar de la nieve y veh¨ªculos incapacitados para avanzar, abandonados a su suerte. Como era el caso de decenas de autobuses de la EMT.

A las 19.45 les hab¨ªan dado la orden de retirarse a las cocheras. Pero era una orden imposible de cumplir. Al menos, a las 23.30, tres horas y media despu¨¦s, para ocho autobuses que trataban de superar una rotonda en la Avenida de la Ilustraci¨®n. No pod¨ªan avanzar. A Juan, conductor de la l¨ªnea 82, le resultaba imposible subir Ginzo de Limia para alcanzar Herrera Oria, por donde un compa?ero hab¨ªa logrado acercarse hacia las cocheras. En apenas 100 metros, seis autobuses varados. ¡°Nos quedamos aqu¨ª toda la noche. Vengo de Moncloa y all¨ª pude avanzar porque estaba un quitanieves¡±. Los coches s¨ª lograban atravesar la avenida, pero el sem¨¢foro en rojo causaba algunos estragos a la hora de frenar.

Poco despu¨¦s de la orden a los autobuseros, se supo que todos los centros de El Corte Ingl¨¦s cerraban sus puertas. No es cualquier cosa, en el comienzo de las rebajas. Para entonces, ya hab¨ªa comenzado a colapsar la M-40 en algunos puntos, luego la M-30, primero en el nudo de Manoteras, luego el mal se fue extendiendo por toda la v¨ªa. Para cuando los autobuses empezaban un viaje de regreso de final insospechado lleg¨® un aviso que no se recordaba en la ciudad, del que no hay memoria reciente: ser¨¢ necesario el uso de cadenas en la capital a partir de las diez de la noche. Ya era tarde para miles de veh¨ªculos atrapados.

La imagen id¨ªlica del Retiro nevado, de la Casa de Campo con esquiadores, de los tejados, parques y jardines vestidos de blanco para la ocasi¨®n, pas¨® a un segundo plano. No iba a ser una jornada para postales postnavide?as.

El alcalde hab¨ªa anunciado a primera hora de la tarde aquello de ¡°alerta roja¡± en su cuenta de Twitter, para advertir que la situaci¨®n en las calles de la capital ¡°no era buena¡± y pedir precauci¨®n a los madrile?os. Muchos habitantes de la capital y de la Comunidad sab¨ªan que estaban en alerta roja desde la noche anterior, por los avisos de los servicios meteorol¨®gicos que lo han propagado por todos los medios de comunicaci¨®n. Fuera tard¨ªo el aviso del alcalde o extempor¨¢neo con tan solo mirar por la ventana, estaba cantado que se iba a producir una gran nevada, con aperitivo el jueves y con un segundo plato para el s¨¢bado, y que las temperaturas podr¨¢n alcanzar cifras r¨¦cord con el inicio de la semana. Madrid, a media tarde, ya vest¨ªa de blanco incluso sus calzadas, como hace mucho tiempo que no se ve¨ªa. ?Gran nevada?, ?nevada r¨¦cord?, habr¨¢ que esperar el juicio de los meteor¨®logos.

Hubo gente que no le hizo caso al alcalde. Javier, 18 a?os, estudiante de ingenier¨ªa, se ech¨® los esqu¨ªs al hombro y se desliz¨® calle Espronceda abajo, en el barrio de Chamber¨ª. Su padre record¨® todas las veces que lo llev¨® de peque?o a Sierra Nevada. ¡°Nunca me imagin¨¦ que iba a poder esquiar en la puerta de casa¡±, dijo. Por la acera de enfrente cruzaba ?scar, un se?or que paseaba a Miko, su perro. ¡°Pero es muy casero y ha tocado la nieve y se ha asustado¡±. ?scar cargaba a Miko en brazos de vuelta a casa.

En la Castellana cundi¨® el caos. Coches que se deslizaban hasta chocar con otros, motores congelados que dec¨ªan hasta aqu¨ª, peatones empujando furgonetas, chavales con tablas de snowboard y hasta gente que descubr¨ªa que no pod¨ªa seguir adelante con su moto y la dejaba aparcada en la acera. En cuesti¨®n de un minuto parec¨ªa una escultura de hielo.

La situaci¨®n, en definitiva, no era buena. Las consecuencias de lo que se ve¨ªa venir, antes del aviso del alcalde, aparecieron por numerosos lugares. La primera pol¨¦mica salt¨® con el empe?o de la Universidad Rey Juan Carlos y de la Polit¨¦cnica de exigir que los ex¨¢menes del lunes sean presenciales aunque se esperen temperaturas que pueden bajar de los -10 grados, no sin antes calmar a la poblaci¨®n estudiantil advirtiendo de que las ventanas estar¨¢n abiertas, para que circule el aire polar y se reduzcan los riesgos de contagio.

¡°Las previsiones de hasta 13 grados bajo cero para la semana pr¨®xima, sumadas a la alerta roja de temporal de nieve para hoy y ma?ana, hacen inviable la continuidad de los ex¨¢menes de enero¡±, aseguran los alumnos en un comunicado, donde piden cambiar los ex¨¢menes presenciales. La Polit¨¦cnica no dio respuesta. Diferente decisi¨®n tomaron tanto en la Aut¨®noma como en la Complutense, que aplazaron la convocatoria hasta nuevo aviso.

Pol¨¦mica no hubo ninguna en lo que respecta a los colegios y los institutos, que encender¨¢n la calefacci¨®n el s¨¢bado como previsi¨®n para lo que pueda suceder el lunes. ¡°He dado la orden de dejar la calefacci¨®n puesta en todos los colegios, institutos, escuelas infantiles y dem¨¢s centros durante todo el fin de semana, de cara al lunes¡±, manifest¨® la presidenta Isabel D¨ªaz Ayuso en Twitter, ¡°La nieve nos dir¨¢ c¨®mo evolucionan calles y caminos durante el fin de semana¡±.

Al caer la noche se juntaron en las calles de Ciudad Lineal madrile?os que tomaban copas como un viernes cualquiera con familias enteras jugando a las batallas de bolas de nieve. Los Vicu?a, padre, madre y tres hijos, aprovecharon hasta el filo del toque de queda para jugar en la calle. ¡°Todos contra m¨ª, no¡±, dec¨ªa la peque?a Meily, mientras se proteg¨ªa de los bolazos.

En la puerta de los bares de la Avenida Instituci¨®n Libre de la Ense?anza, los clientes observaban el panorama con sus vasos en mano. El mayor espect¨¢culo lo dan los coches, que derrapan, o encallan en la nieve. Uno se libr¨® por los pelos de un grave disgusto. Una rama que no soport¨® el peso, cay¨® a plomo sin darle a nadie, por suerte.

En la farmacia 24 horas de esa misma calle, Javier Gonz¨¢lez vive una noche tranquila. Nadie ha llegado con urgencias. ¡°Solo ha venido un se?or a por un mentol¨ªn¡±.

Pero basta caminar un poco para presentir que va a ser una noche accidentada. En el cruce de Arturo Soria con la calle Alcal¨¢ un conductor se baja furioso para encararse con un joven. ¡°?Crees que la acera es tuya?¡±. Los peatones se han apoderado de las calles y los conductores vuelven desesperados, muchos despu¨¦s de haber pasado horas atascados, sin la certeza de un regreso a una cama caliente.

A las incidencias en las carreteras se sumaba lo que estaba empezando a pasar en el interior de la capital. Quedaba cortado el t¨²nel de Sinesio Delgado, el de la Rep¨²blica Dominicana, llegaba el anuncio de que el SER (Servicio de Estacionamiento Restringido, los parqu¨ªmetros) quedaba anulado para el lunes. Eso hizo sonre¨ªr a muchos.

Avanzada la noche, con las carreteras cortadas y las calles impracticables, lleg¨® la noticia que terminaba por consumar la jornada: el cierre del aeropuerto de Barajas. El remate final de la esperada gran nevada. Pero quedaba algo m¨¢s, la delegaci¨®n de Gobierno ped¨ªa auxilio al ej¨¦rcito.

La tarde, como anunciaba con retraso Almeida, no pintaba bien. Efectivamente.

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