En lucha contra el efecto Matilda: si Einstein hubiera nacido mujer
La campa?a #NoMoreMatildas alerta sobre la falta de referentes femeninos en la ciencia y los textos escolares y su impacto negativo en las aspiraciones profesionales de las ni?as
¡°Si se hubiese dejado a las mujeres cient¨ªficas brillar, habr¨ªamos ido much¨ªsimo m¨¢s deprisa¡±. As¨ª de contundente se expresa Carmen Fenoll Comes, presidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres Investigadoras y Tecn¨®logas (AMIT) sobre la discriminaci¨®n que han sufrido muchas cient¨ªficas a lo largo de la historia, algo que se conoce como el efecto Matilda. Debe su nombre a Matilda Joslyn Gage, una activista norteamericana del siglo XIX que luch¨® por el sufragio femenino, y que fue la primera en denunciar que a las mujeres investigadoras se les negaban sus aportaciones. La autor¨ªa de sus descubrimientos pasaba as¨ª a sus compa?eros de investigaci¨®n o maridos.
La campa?a de AMIT #NoMoreMatildas es una idea de Gettingbetter, una agencia creativa de Alicante, con la colaboraci¨®n de Dos Passos Agencia Literaria y Comunicaci¨®n y producida por Kamestudio. Tiene como objetivo aumentar la presencia de mujeres cient¨ªficas olvidadas en los textos escolares y fomentar as¨ª las aspiraciones profesionales de las ni?as. El proyecto ha logrado una gran repercusi¨®n en redes sociales. Carmen Fenoll se muestra sorprendida de que hasta el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, se haya hecho eco de ella en su cuenta de Twitter. La etiqueta ha sido trending topic en Espa?a. Para esta doctora en Ciencias Biol¨®gicas por la Universidad Aut¨®noma de Madrid, esta materia pendiente no se ha querido abordar. ¡°Hay escrita literatura seria, no te puedes imaginar cu¨¢nta, sobre todo de mujeres y alg¨²n hombre que se han dedicado a hacer una labor de investigaci¨®n hist¨®rica identificando un mont¨®n de Matildas. No los conoce nadie porque a nadie le interesa, pero la investigaci¨®n est¨¢ hecha¡±, se?ala.
En esa falta de referentes hist¨®ricos, el reflejo se encuentra en los libros de texto. Tan solo un 7,6% de las menciones en la ESO en la materia de ciencia corresponden a mujeres, seg¨²n estudios de la Universidad de Valencia y de la Universidad Complutense de Madrid. ¡°Eso mina mucho porque lo ves a?o tras a?o a lo largo de toda tu formaci¨®n escolar. Hay otro efecto que se suma a este y es que toda la iconograf¨ªa de los libros de texto de primaria y secundaria siempre representa a las mujeres escuchando y apoyando a un cient¨ªfico, un aviador, un hombre. Todo esto termina por hacerte creer que esto no es para ti. La falta de referentes es fundamental para disuadir a las ni?as a que se dediquen a estas profesiones¡±, alerta Fenoll.
Luc¨ªa De La Vega, coordinadora del proyecto de Gettingbetter, cuenta que han creado tres cuentos con las ilustraciones de Rodrigo Garc¨ªa y textos de N?el Lang en los que se imagina qu¨¦ hubiera pasado si Einstein, Fleming o Schr?dinger hubieran nacido mujer. Tambi¨¦n una selecci¨®n de 19 nombres femeninos que no han tenido la visibilidad o el reconocimiento que se merec¨ªan dentro de la sociedad. Para elegir a quienes incluir en la lista, colabor¨® tanto Amit como profesoras de universidad y periodistas de forma altruista. ¡°Es una primera selecci¨®n porque tristemente se puede ampliar, vemos que fuera del entorno anglosaj¨®n hay muchas cient¨ªficas que hay que rescatar tambi¨¦n. Quer¨ªamos generar alg¨²n tipo de material descargable por padres y educadores que nos sirva para customizar los libros de texto y convertirlo en un acto de protesta, si no las ni?as tienden a pensar que no es cosa suya¡±, aclara.
#NoMoreMatildas imagina c¨®mo debi¨® de ser la vida de aquellas cient¨ªficas, cu¨¢nta vocaci¨®n hab¨ªa que tener para seguir investigando cuando les estaban poniendo la zancadilla a cada paso. En la actualidad, las mujeres representan el 28% del alumnado en carreras cient¨ªficas en el mundo, seg¨²n la Unesco. ¡°Descubres a trav¨¦s de datos del Ministerio de Educaci¨®n que en las carreras STEM -acr¨®nimo de Ciencia, Tecnolog¨ªa, Ingenier¨ªa y Matem¨¢ticas- es donde est¨¢ el problema. En medicina las mujeres siguen teniendo buena representaci¨®n y empieza a estar m¨¢s equilibrado, pero en lo m¨¢s tecnol¨®gico la desigualdad es tremenda y va a la baja. En matem¨¢ticas se ha pasado del 30 al 12%, la tendencia no va a mejor, es negativa. Algo estamos haciendo mal aqu¨ª¡±, responde De La Vega.
Carmen Fenoll indica que hay trabajo de soci¨®logas y psic¨®logas que han hecho estudios sobre la importancia de que exista diversidad dentro de cada campo: ¡°No solo pasa referente a las mujeres sino con cualquier colectivo que est¨¦ infrarrepresentado. Los miembros de ese colectivo se sienten como un pulpo en un garaje porque ven que a su alrederor todos son hombres o t¨² eres negro y todos son blancos. Lo que dicen los soci¨®logos sobre las din¨¢micas de los grupos es que para que t¨² te sientas c¨®modo dentro tu minor¨ªa debe representar el 30% y si es menos piensas que no pintas nada y que eso no es para ti¡±.
Por eso, defiende que desde el feminismo siempre se hable de las cuotas en sentido positivo porque tiene que haber un numero m¨ªnimo de cient¨ªficas en los distintos campos del saber para que ese circulo se empiece a romper y no se retroalimente. El efecto Matilda, sin duda, ha tenido consecuencias en el pasado y en el presente. ¡°Hay ejemplos de cient¨ªficas que demostraron hechos important¨ªsimos y que esos hechos se han quedado en un caj¨®n 10, 20 o 40 a?os porque la comunidad cient¨ªfica no aceptaba que una mujer dijese esa cosa tan poco convencional. Muchas mujeres tremendamente capaces y brillantes no pudieron dedicarse a hacer ciencia, ni siquiera que hiciesen ciencia y les robasen los datos. La historia de la primera mujer de Einstein lo pone muy bien en evidencia, sepultada por un mont¨®n de hijos y por la casa, siendo una mente absolutamente privilegiada¡±, concluye.
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