Ayuso: la libertad del cubata
El desfase llega a las calles de Madrid de manos de los turistas franceses en busca de fiesta
En otra ocasi¨®n invadi¨® el franc¨¦s Madrid: en 1808, cuando la Guerra de Independencia y los madrile?os se levantaron heroicamente contra el invasor. As¨ª los vientos de la Ilustraci¨®n nunca acabaron de llegar a Espa?a (y se nota) y regres¨® Fernando VII, el rey fel¨®n, que restaur¨® la Inquisici¨®n y con el que acabamos cantando lo de ¡°vivan las caenas¡±. Lo pint¨® todo Goya.
La actual invasi¨®n francesa es muy diferente: ni los invasores son rechazados (sino todo lo contrario), no parecen ilustrados (solo fiesteros), ni hay muchas caenas. De hecho, as¨ª vienen, desencadenados, con pelucas y las caras pintadas de colores, porque en Francia est¨¢n todos muy quietos y aqu¨ª pueden ponerse ciegos en los bares y luego en fiestas clandestinas celebradas en pisos tur¨ªsticos, como en tiempos de la Ley Seca. El desfase, el disloque, Viva Espa?a.
Anda la presidenta Ayuso tambi¨¦n desencadenada, muy concienciada con la libertad, la libertad a tutipl¨¦n, la libertad a toda costa, esa libertad de brocha gorda, esa libertad adolescente que ¨²ltimamente manosea la derecha y que consiste, a grandes rasgos, en hacer lo que me d¨¦ la gana incluso pisoteando la libertad del pr¨®jimo. Los Padres del Liberalismo se echar¨ªan las manos a la cabeza con esta libertad de baratillo para petarlo en Twitter. Una cosa es ser liberal y otra cosa es pretender tomarnos el pelo.
Anda la presidenta Ayuso tambi¨¦n desencadenada, muy concienciada con la libertad, la libertad a tutipl¨¦n, la libertad a toda costa, esa libertad de brocha gorda, esa libertad adolescente que ¨²ltimamente manosea la derecha
Es la libertad que le gusta a los poderosos, porque con ella siempre ganan, que usan para torearnos porque sale en los m¨¢s inspiradores anuncios de coches, y que, en el caso que nos ocupa, se reduce a la triste realidad del cubata: qu¨ªtame un hielo y ponme un dedo m¨¢s de ron. No es que tenga yo nada contra el bebercio, sino todo lo contrario, lo pr¨¢ctico y lo recomiendo, c¨®mo soportar si no esta existencia, pero no s¨¦ si da muy bien, una vez m¨¢s, en la tan perseguida Marca Madrid, que m¨¢s que ser un orgullo est¨¢ pasando a ser un estigma. El otro d¨ªa me preguntaron si era madrile?o y me puse a hablar de la forma de una nube que parec¨ªa un fox terrier. A este paso C. Tangana se va a acabar cambiando su nuevo mote, con lo bonito que le hab¨ªa quedado todo.
El otro d¨ªa, hablando de Pablo Has¨¦l en la Asamblea de Madrid, Ayuso, la perfecta mezcla gen¨¦tica entre Donald Trump y Shin Chan, mencion¨® no s¨¦ qu¨¦ de los karaokes y los cubatas, en un comentario muy de los 90. De hecho, as¨ª me imagino yo que ejerci¨® la presidenta su libertad de convocar elecciones a la Comunidad en mitad de una pandemia, en la oscuridad fl¨²or de un karaoke mientras suena una de la Orquesta Mondrag¨®n.
- Isabel, ?a qu¨¦ no convocas elecciones? ¨C le dice Miguel ?ngel Rodr¨ªguez.
- ?Que no? ?Que no? Suj¨¦tame el cubata¡
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