Desmemoria
Cuanto m¨¢s traum¨¢tico el pasado, mayor es nuestro esfuerzo en olvidarlo.
Siempre he defendido la teor¨ªa de que recordamos cuando las cosas empiezan pero casi siempre olvidamos cuando acaban. Los finales son nebulosos. Recuerdas el primer beso pero no el ¨²ltimo. Recuerdas incluso la ropa que llevabas, el ¨¢ngulo exacto del Sol en el momento en el que vuestras miradas se cruzaron, pero a?os despu¨¦s, no queda nada grabado en tu memoria sobre los momentos que pasasteis juntos. Olvidas la marca de leche que siempre compraba. Olvidas los viajes que hicisteis. Olvidas su cara pero incluso olvidas la tuya propia durante el periodo de tiempo que estuvisteis juntos. Y cuando de pronto una fotograf¨ªa elegida al azar por Facebook, Instagram o Google Fotos te quiere arrancar de la amnesia, te contemplas a su lado y piensas: ?esa soy yo?
Junto con la memoria se nos dio el olvido. Se trata de una cosa peque?a, una cosita que por bondad o clemencia, que por misericordia, albergan nuestros genes. C¨®mo sino ¨ªbamos nosotros, mam¨ªferos sin garras, sin bocas feroces y sin saliva venenosa a defendernos de los males. Cosemos nuestros cortes y nuestras heridas con la aguja de la desmemoria como si en vez de suturar estuvi¨¦ramos descosiendo los traumas, revirtiendo la piel a su estado original. El olvido nos ha hecho avanzar como especie al mismo tiempo que nos condenaba a una biograf¨ªa c¨ªclica. Si tuvi¨¦ramos la capacidad de recordar, sabr¨ªamos que las guerras civiles son la peor de las desgracias. Que los totalitarismos nos convierten en carne y en masa. Que no hay libertad si existe la mentira. Pero cuanto m¨¢s traum¨¢tico el pasado, mayor es nuestro esfuerzo en olvidarlo.
A veces podemos incluso forzar la memoria, olvidar intencionadamente a riesgo de crear una historia distinta.
Estos d¨ªas, paseando por Madrid, me pareci¨® muy lejano el momento en el que hace un a?o recorr¨ªa las mismas calles con miedo. ?Recuerdan ustedes que hab¨ªa colas a las puertas de los supermercados? ?Que nos dijeron que la distancia de seguridad era de un metro pero nosotros nos situ¨¢bamos a dos por ser m¨¢s cautos? Y la se?ora que bajaba al Mercadona a la misma hora que yo con guantes de goma, con guantes de fregar la encimera con lej¨ªa y con mascarilla, esa se?ora ten¨ªa una mirada de terror. Ahora incluso a ella se le olvida echarse gel hidroalcoh¨®lico. No la culpo: es malsano vivir en el pasado. Es dif¨ªcil seguir adelante si nos pesan los recuerdos.
A veces podemos incluso forzar la memoria, olvidar intencionadamente a riesgo de crear una historia distinta. Puedo empe?arme en recordar que la primavera del 2021 ol¨ª por primera vez las lilas en un parque de Madrid pero olvidar que para olerlas tuve que mirar a ambos lados y quitarme la mascarilla antes de acercarme a las flores.
A d¨ªa de hoy me sigo preguntando qu¨¦ quer¨ªan decir con eso de que de esta saldr¨ªamos mejores como si despu¨¦s de una tragedia tuvi¨¦ramos que renacer en forma de una versi¨®n m¨¢s hermosa, amable y simp¨¢tica. Como si hace un a?o fu¨¦ramos malos. En contra de lo que se dice, creo que lo mejor que podemos hacer es confiarnos a la desmemoria.
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