Qu¨¦ es exactamente una ca?a
La palabra libertad antes se usaba para pedir que sacasen a Nelson Mandela de la c¨¢rcel: ahora sirve para exigir que ampl¨ªen el horario del Club del Gourmet de El Corte Ingl¨¦s
Hace unas semanas iba en el coche con mi hermana cuando mi sobrina de siete a?os, que sentada en el asiento de atr¨¢s escuchaba en silencio nuestra encendida conversaci¨®n, le dijo casi llorando a su progenitora: ¡°Mam¨¢, yo no quiero tener que votar¡±. Su madre le contest¨® preocupad¨ªsima: ¡°?Por qu¨¦ dices eso, hija?¡±. La ni?a contest¨®: ¡°Es que me parece muy dif¨ªcil¡±. No pudimos reproch¨¢rselo: a la complicaci¨®n de analizar programas en periodo electoral se ha a?adido desde hace tiempo la dificultad de comprender la neolengua de la pol¨ªtica contempor¨¢nea, en la que las cosas no quieren decir exactamente lo que significan.
Por ejemplo, al parecer ¡°ca?a¡± ahora no representa estrictamente ¡°200 mililitros de cerveza¡±. La confusi¨®n con la palabra ¡°ca?a¡± no es nueva, pues en algunos lugares de Espa?a una ca?a es directamente un doble, es decir, 400 mililitros, mientras que en otros esa cantidad se llama ¡°ca?¨®n¡± a la vez que a los 200 se les denomina ¡°corto¡±. De hecho, ahora que lo pienso, menudos l¨ªos se forman siempre con lo de quinto, botell¨ªn y tercio. Y qu¨¦ decir de la pinta y la media pinta. Es sabidur¨ªa antigua que un madrile?o solo pide semejante cosa en la Bodega de La Ardosa (la de la calle Col¨®n, ojo). En cualquier caso, en esta comunidad aut¨®noma, ¡°ca?a¡± ahora significa adem¨¢s ¡°puesto de trabajo¡±.
Ha cambiado tambi¨¦n de significado el gentilicio ¡°madrile?o¡± que desde estos comicios ya no se ci?e ¨²nicamente a la persona que reside en Madrid porque hay madrile?os de Portugal, madrile?os de Colombia, madrile?os de Cuba (Cuba, Cuba), madrile?os de C¨®rdoba y madrile?os de La Coru?a (sic). Al mismo tiempo, hay un guirigay fino con la propia palabra ¡°Madrid¡±, pues al parecer, seg¨²n lo explicado por la revalidada presidenta de la Comunidad en el balc¨®n de G¨¦nova el d¨ªa 4 por la noche, tambi¨¦n significa ¡°Espa?a¡± y esa confusi¨®n se traslada a las ense?as que representan al pa¨ªs y a su capital. Hay dos banderas, pero usemos una, o al menos, acordemos que ambas, la de estrellas y la rojigualda representan lo mismo, sobre todo si se llevan en forma de pulsera en la mu?eca.
Que por cierto, el otro d¨ªa dijo la Presidenta de Espa?a, digo, de Madrid, bueno, ya me entienden (?se me entiende?), que ¡°la libertad es llevar en la mu?eca una pulsera que pone libertad¡±. Lo cual me lleva al jaleo que hay con la palabra libertad que antes se usaba para pedir que sacasen a Nelson Mandela de la c¨¢rcel, pero ahora tambi¨¦n puede emplearse para exigir que ampl¨ªen el horario del Club del Gourmet de El Corte Ingl¨¦s. Aunque lo m¨¢s confuso es el t¨¦rmino ¡°de derechas¡±.
Antes alguien era de derechas cuando dec¨ªa La Coru?a en vez de A Coru?a y, llegada la ocasi¨®n, votaba a un partido de derechas. Ya no. Si no a ver c¨®mo se explica tanto analista pol¨ªtico estos d¨ªas diciendo que ¡°Madrid no es facha¡±. Hace tiempo alguien me dijo que la gente de derechas es m¨¢s feliz. Yo recuerdo que aquella afirmaci¨®n me pareci¨® injusta e incluso antidemocr¨¢tica y que la rebat¨ª con vehemencia aunque r¨¢pidamente acordamos que con ¡°gente de derechas¡± quer¨ªa decir ¡°gente con mucho dinero¡±. Quiz¨¢ precisamente en esa ¨²ltima confusi¨®n ling¨¹¨ªstica est¨¦ alguna clave del futuro de esta ciudad estado. ?Qu¨¦ clase de persona se opondr¨ªa a la felicidad?
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