Las herederas de la pirata (probablemente trans o lesbiana) abren librer¨ªa en Madrid
El espacio transfeminista y LGTBQ+ Mary Read abre sus puertas entre Atocha y Lavapi¨¦s
La madre de Mary Read (Londres, 1690- Jamaica, 1721) la hizo pasar por un chico para recibir una ayuda econ¨®mica, as¨ª que Mary no creci¨® como Mary, sino como Mark. Convertida en marinera fue reclutada (a¨²n como Mark, vestida como se vest¨ªan los hombres) por el pirata Jack Rackham, cuyo emblema eran dos espadas cruzadas bajo una calavera, y su compa?era Anne Bonny, que hac¨ªan de las suyas en el mar Caribe. Pero Bonny descubri¨® su verdadera identidad: se convirtieron as¨ª en compa?eras de aventuras y en las dos mujeres que pasaron a la historia en la edad de oro de la pirater¨ªa.
Tanto Read como Bonny han pasado tambi¨¦n al imaginario popular y aparecido en m¨²ltiples productos culturales. Desde los colectivos trans se ha reivindicado a Mary Read como s¨ªmbolo transexual. Desde los colectivos de lesbianas se ha reivindicado que ambas piratas no eran solo ¡°amigas¡±, sino otra cosa. El hecho de que el apellido Read signifique ¡°leer¡± en castellano se lo ha puesto f¨¢cil a Ana Murillo y a ?scar Romero para bautizar as¨ª su flamante librer¨ªa LGTBQ+ transfeminista Mary Read (Marqu¨¦s de Toca, 3), que acaba de abrir sus puertas entre Atocha y Lavapi¨¦s.
El proyecto nace del f¨¦rtil caldo de cultivo de los ERTE y la pandemia, en el que tantas personas se replantearon c¨®mo deb¨ªan vivir su vida, incluso dejando una posici¨®n m¨¢s o menos c¨®moda, para emprender proyectos que les llenasen algo m¨¢s que el bolsillo. ¡°Nos dimos cuenta de que trabajamos jornadas enormes, de que viv¨ªamos para el trabajo¡ as¨ª que desde el privilegio y a nuestra edad, ya que tenemos que vivir en este capitalismo, preferimos elegir nuestra propia esclavitud¡±, explica Murillo. Ahora quieren que su librer¨ªa se convierta en un espacio de encuentro seguro para la comunidad LGTBQ+.
¡°Creemos que est¨¢n resurgiendo los discursos de odio, sobre todo en torno a lo que rodea a lo queer¡±, explica Romero. No solo, dicen, en los mensajes de la ultraderecha que se recogen constantemente en los medios de comunicaci¨®n, sino tambi¨¦n dentro del propio feminismo, en las corrientes que se han posicionado ¨²ltimamente contra lo trans, generando notable pol¨¦mica, en particular a ra¨ªz de la Ley Trans. ¡°Son compa?eras de siempre que ahora est¨¢n haciendo much¨ªsimo da?o a las trans, pero no me queda ninguna duda de que las siguientes ser¨ªamos las bolleras o las maricas¡±, dice Murillo.
Es cada vez m¨¢s com¨²n ver a gente muy joven que vive su identidad de otra manera, no ya solo dentro de lo trans, sino de lo no binario, lo gender fluid, como si los g¨¦neros ya no tuvieran tanta importancia, y con mucha m¨¢s naturalidad que generaciones precedentes. ¡°Hay quien no se entera de lo que est¨¢ pasando en la calle, de c¨®mo son las personas de 18 o 20 a?os. Estos discursos de odio forman parte de otros momentos hist¨®ricos ya superados¡±, afirma Murillo. Precisamente, a?ade Romero, ¡°una de las estrategias de la ultraderecha es poner sobre la mesa esos discursos ya superados¡±.
¡°Las librer¨ªas son espacios de libertad¡±
?Qu¨¦ importancia tiene una librer¨ªa en esta situaci¨®n? ¡°Nos define esa frase que dice: ¡®contra su odio, nuestras lecturas¡±, dice Murillo. ¡°Las librer¨ªas son espacios de libertad¡±. Alrededor se ven estanter¨ªas y mesas repletas de todo tipo de publicaciones sobre temas como feminismo, no monogamia, LGTBQ+, antirracismo, teor¨ªa queer y, en fin, todo eso que se ha llamado izquierda ¡°identitaria¡± y que desde ciertos ¨¢mbitos se ha opuesto a la izquierda ¡°obrerista¡± o ¡°material¡±, m¨¢s centrada en cuestiones materiales como el trabajo o el salario. En Mary Read consideran esto un falso dilema: se puede ser, por ejemplo, lesbiana y obrera, y consideran tambi¨¦n que son necesarias las alianzas y que estos debates son espurios y solo suceden en el espacio abstracto de los medios y las redes sociales. ¡°En la calle, en las manifestaciones, no se ve esa divisi¨®n¡±, afirma Romero.
¡°Lavapi¨¦s es el barrio queer por excelencia, que ha acogido a las personas expulsadas de la Chueca gentrificada¡±, dice Murillo. Mary Read es un local espacioso y lleno de luz, por el que no paran de dejarse caer vecinos curiosos, en cuyo s¨®tano pretenden llevar a cabo actividades, como talleres y presentaciones, cuando las medidas de seguridad pand¨¦micas lo permitan. ¡°Queremos entender en qu¨¦ mundo estamos y, sobre todo, c¨®mo queremos estar en ese mundo¡±, concluye Romero.
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