La Orquesta y el Coro de Madrid se quedan mudos por su escaso salario
Los m¨²sicos se unen en una protesta frente al el Auditorio Nacional para denunciar los problemas de financiaci¨®n que la instituci¨®n acarrea desde hace 30 a?os
En silencio y frente al Auditorio Nacional, as¨ª se manifestaron ayer los m¨²sicos de la fundaci¨®n Orquesta y el Coro de Comunidad de Madrid (FORCAM) su malestar por sus condiciones laborales. Algunos con los instrumentos guardados en sus fundas, otros con sus cantorales bajo el brazo, pero todos vestidos de negro y listos para el que iba a ser su ¨²ltimo concierto de la temporada. Es su primera protesta en m¨¢s de 30 a?os. Desde diciembre del a?o pasado, la fundaci¨®n, que depende de la Comunidad, se encuentra sumergida en la negociaci¨®n del primer convenio colectivo con el comit¨¦ de empresa para regular las relaciones laborales y salariales del colectivo, aunque no se ha llegado a ning¨²n puerto por el momento.
¡±Cuando hablo con compa?eros de otras comunidades, no se lo creen. Creo que tenemos las peores condiciones laborales de toda Espa?a¡±, admite un miembro de la orquesta que no quiere dar su nombre. Mientras una orquesta de cualquier parte del territorio nacional puede contar con entre siete y nueve millones de euros anuales, la de la capital obtiene del Gobierno regional 3,4 millones, dentro del cual se incluye adem¨¢s el presupuesto del coro. Para CC OO la diferencia salta a la vista. ¡°Con un presupuesto as¨ª, es imposible que puedan pagar los sueldos de una plantilla suficiente para tener calidad art¨ªstica. Hacen falta m¨¢s m¨²sicos para hacer m¨²sica, no solo directivos¡±, se queja el m¨²sico.
Entrar en la orquesta no es f¨¢cil. A los 13 a?os que dura la carrera se debe a?adir el tiempo de preparaci¨®n para la oposici¨®n. ¡°Tienes que ser muy bueno en lo que haces porque junto a ti se presentan miles de personas. Somos conscientes tambi¨¦n de la situaci¨®n extrema en la que nos encontramos por la pandemia, pero solo pedimos condiciones dignas¡±, dice otro m¨²sico situado cerca de la pancarta que reza: ¡°El silencio se escucha: por unas condiciones laborales dignas¡±.
Somos conscientes tambi¨¦n de la situaci¨®n extrema en la que nos encontramos por la pandemia, pero solo pedimos condiciones dignas¡±Un m¨²sico de la orquesta
Aunque desde la fundaci¨®n se ha recordado que durante la pandemia realiz¨® todos los esfuerzos en su mano para mantener a todo el personal en n¨®mina con el mismo sueldo, la sensaci¨®n de los m¨²sicos es otra. La mayor¨ªa alega que sus condiciones empeoraron y que todav¨ªa no han regresado a su cauce normal. Uno de los m¨²sicos cuenta que ahora es com¨²n que trabajen cinco d¨ªas seguidos, sin respetar los turnos o el derecho a conciliar la vida familiar. Otro mel¨®n son las consecuencias f¨ªsicas que todo esto conlleva. ¡°Por ejemplo, los instrumentos de viento trabajan mucho los labios, al igual que los de cuerda los tendones. Si a un trompetista le haces tocar tan seguido, le vas a destrozar los labios¡±, confiesa preocupado.
Durante el verano, los trabajadores de la orquesta tienen la opci¨®n de trabajar de forma voluntaria y remunerada, pero esta ¨²ltima es de 160 euros por concierto, es decir, cinco veces menos que en el resto de Espa?a. Admiten que se sienten deca¨ªdos, pero que eso no se le notar¨¢ cuando suba al escenario. Las obras a interpretar son: Las siete palabras de Cristo de la Cruz, de C¨¦sar Frank y R¨¦quiem, de Gabriel Faur¨¦. ¡°Bueno, por lo menos hay que admitir que el r¨¦quiem hoy nos viene como anillo al dedo¡±, asegura con iron¨ªa.
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