Desfile de Orgullo

Una manifestaci¨®n sin carrozas ni conciertos no ha impedido que miles de personas salgan este fin de semana a las calles del barrio de Chueca a celebrar las fiestas del Orgullo 2021. Por segundo a?o, es una celebraci¨®n marcada por la pandemia. Las medidas de seguridad son distintas que en a?os anteriores ¡ªen 2020 no hubo desfile¡ª, pero la reivindicaci¨®n es la misma: defender el derecho de toda persona a expresarse con libertad. Libertad para poder querer a quien cada uno quiera. Libertad de poder ser quien uno quiere ser y libertad de poder sentir lo que cada uno siente. Estas son algunas de las personas que ayer salieron a la calle a reivindicar con una celebraci¨®n esos derechos.

Un estilo de vida para Anthony

Anthony Hern¨¢ndez, de 27 a?os, vive la celebraci¨®n del Orgullo como un estilo de vida. Por eso, lo prepara el resto del a?o con mucho cuidado. Busca los complementos adecuados, confecciona su propia ropa para asegurar la mayor originalidad de los cambios de vestimenta que hace en diferentes momentos del d¨ªa, planea actividades, localiza bares, discotecas, organiza el horario, crea grupos de WhatsApp para cada d¨ªa.

¡°Soy el pesado que est¨¢ desde bien temprano pidiendo a mis amigos que salgamos ya a la calle¡±, bromea. La primera vez que pis¨® Chueca fue hace seis a?os, ten¨ªa 21 y acababa de aterrizar de San Pedro Sula, la segunda ciudad m¨¢s grande de Honduras y la m¨¢s violenta del mundo durante a?os. ¡°Me march¨¦ por mi mam¨¢, ella me pidi¨® que lo hiciera, all¨ª ser gay te condiciona la vida¡±, explica.

Ahora trabaja como cocinero en un restaurante y est¨¢ esperando poder obtener el permiso de residencia por la v¨ªa del arraigo laboral (demostrar la existencia de una relaci¨®n laboral de m¨¢s de seis meses). Hace poco se tatu¨® en el antebrazo la frase ¡°Vivir siendo libre¡±, para tener a golpe de vista los sacrificios que ha tenido que hacer por estar este s¨¢bado en Chueca, todo mocasines y terciopelo.

Los mayordomos de la plaza de Chueca

Michael y Esberty, de 50 a?os, no se pierden una manifestaci¨®n desde hace tres d¨¦cadas, cuando llegaron a Madrid desde Santo Domingo (Rep¨²blica Dominicana). ¡°Es importante celebrar este d¨ªa porque se lo merece, ma?ana no sabemos si vamos a tener un nieto o un hijo homosexual o como sea, y hay que aceptarlo¡±, asegura Michael, antes de ponerse a cantar su himno: ¡°En este mundo, a quien le importa lo que yo haga, a quien le importa lo que yo diga¡±.

Son amigos desde la infancia, cuando a Esberty su madre le pegaba por juntarse con gays. ¡°Y yo, ?ah si? Pues cuanto m¨¢s me pegues m¨¢s me arrimo¡±, cuenta ella. El destino y su obstinaci¨®n quisieron que encontrara su vida en la misma plaza de Chueca donde vive desde hace 15 a?os, cuando se divorci¨® de su marido espa?ol con el que tiene dos hijas. Vive sola, pero Michael la visita siempre que puede. Comparten mucho, incluso profesi¨®n. ¡°Ambos somos mayordomos: cuidamos, limpiamos, cocinamos, lo que haga falta¡±, explica. Michael ha pasado por varias casas ¡ª¡±de gente muy importante, era el ni?ero de Borja Thyssen¡±, asegura¡ª y Esberty trabaja con la misma familia desde hace tres d¨¦cadas. ¡°Que no lo digo porque no le gustar¨ªa nada, es gente de mucho dinero¡±, comenta. Hablan con prisa, acaban de ver a una drag queen y se despiden para hacerse una foto con ella.

Los sanitarios celebran el d¨ªa

Janet Alba, de 24 a?os, Marina Colomer, de 22 y ?lvaro Pulido, de 29, han llegado a Madrid a celebrar el Orgullo solo por una raz¨®n: ¡°Nos lo merecemos¡±. Vivieron la pandemia desde la planta de geriatr¨ªa de un hospital de Barcelona donde trabajan como auxiliares de enfermer¨ªa. ¡°Lo peor est¨¢ siendo ahora, cuando ha vuelto la normalidad a la planta y nos hemos dado cuenta de lo que hemos vivido¡±, explican, emocionados.

¡°El agotamiento f¨ªsico es siempre enorme en nuestra profesi¨®n, pero el emocional este ¨²ltimo a?o¡­ ha sido el triple que en a?os anteriores, lloramos much¨ªsimo¡±, recuerdan. La palabra que repiten para definir sus ¨²ltimos meses de trabajo es impotencia: los ancianos se les mor¨ªan en los brazos cada d¨ªa y no pod¨ªan dejar entrar a los familiares para despedirse.

¡°Llegaba un momento en el que pens¨¢bamos que no val¨ªa la pena ni ir a trabajar, se mor¨ªan tantos...¡±. Pero ahora pasean por la calle de Hortaleza cogidos de los brazos. Para la mayor parte del grupo esta es su primera vez en la ciudad y tienen muchas ganas. ¡°En esta ciudad hay mucho ambiente, seguro que lo pasamos bien aunque esper¨¢bamos m¨¢s gente¡±, dicen.

El estilo ravero desde Valencia

Daniel Ramos, de 24 a?os, Marc Rodr¨ªguez de 19 y M¨®nica V¨ªctor de 18, est¨¢n acostumbrados a que les hagan fotos por la calle y se lo toman bien: ¡°Son las pintas¡±. Han venido desde Valencia a pasar el fin de semana del Orgullo en una decisi¨®n que tomaron un poco por casualidad. Daniel acaba de comprarse un coche hace un mes y medio, el otro d¨ªa se sentaron los tres en el asiento de atr¨¢s y se preguntaron: ?A d¨®nde vamos? ¡°A Madrid, que es el Orgullo¡±. Y en Chueca se plantaron, con control policial incluido, algo que les ocurre de manera bastante habitual. ¡°Por nuestra apariencia, siempre nos paran y cuando lo hacen nos registran a fondo, sobre todo a Dani que es el m¨¢s sano de todos¡±, cuentan entre risas. Es un d¨ªa importante para todos, sobre todo para M¨®nica, que sali¨® del armario con dificultades: ¡°Mi abuela se lo tom¨® mucho mejor que mi madre, con eso lo explico todo¡±.

Los tres se conocen desde los 12 a?os, M¨®nica les uni¨® y las noches de fiesta en grupo definieron un estilo muy particular (¡°somos raveros¡±), un flow que llevan cada d¨ªa un poco m¨¢s al extremo: m¨¢s tatuajes, cresta m¨¢s alta, nuevos cent¨ªmetros en las dilataciones. ¡°Aunque la cresta me la hago solo para eventos especiales, como el Orgullo¡±, aclara Daniel. Son como una peque?a familia, se cogen del brazo y se dirigen a la siguiente tienda de piercings que van a visitar, antes de que empiece la noche de fiesta.

Un viaje rom¨¢ntico de fin de semana

Roberto L¨®pez y Emmanuel Hulbin, de 26 y 25 a?os, se conocieron hace seis meses por Tinder y este es su primer viaje como pareja. ¡°Un plan perfecto, el Orgullo en Madrid, la ciudad m¨¢s famosa para celebrarlo¡±, dicen.

Manuel es de M¨¦xico y Roberto de Alemania, pero ambos viven y trabajan en Z¨²rich, uno como consultor y otro en una empresa tecnol¨®gica. ¡°Cuando vi su perfil en la app, le ped¨ª directamente una cita, y yo nunca hago eso. Me intrig¨®, simplemente¡±, dice Roberto. Y quedaron a beber vino caliente en un parque de la ciudad suiza. Desde entonces, no se han separado un solo fin de semana, y ahora pasean por las calles de Chueca sorprendidos por la ¡°libertad¡±.

¡°Aqu¨ª es todo mucho m¨¢s abierto que en Suiza, por lo menos es lo que hemos notado hasta ahora¡±, afirman. Sin embargo, tambi¨¦n est¨¢n sorprendidos por las medidas anticovid de Madrid, que, aunque no son muchas, son m¨¢s que las de una Suiza donde la vida nocturna ha vuelto a una normalidad que casi recuerda a la de antes de la pandemia. ¡°Con un test o con un certificado de vacuna puedes entrar a cualquier discoteca y bailar toda la noche¡±, comentan. Aqu¨ª lo har¨¢n por las calles, ¡°no est¨¢ mal¡±, r¨ªen.

Una bandera de amigos

Eduardo y sus 14 amigos han elegido cada uno un color para ir vestidos, entre todos, de la bandera LGTBIQ+. Un disfraz conjunto. ¡°Como este a?o no hay desfile, hemos decidido hacerlo nosotros¡±, explica. ?l va de verde, ¡°porque es la esperanza¡±. Tiene 38 a?os, es arquitecto y lleg¨® de Venezuela a Madrid hace ocho con su pareja, para estudiar una especializaci¨®n. Se quedaron.

¡°Todos los a?os hacemos algo diferente, nos vestimos de chicas o vamos de playero y nos ponemos a tomar sol en la Gran V¨ªa, esperando que pasen las carrozas¡±. Le encanta Madrid, en Caracas hay mucho rechazo hom¨®fobo, asegura. ¡°Aqu¨ª me siento libre, la primera vez que llegu¨¦ a Chueca ten¨ªa 14 a?os y estaba de vacaciones, me qued¨¦ boquiabierto¡±, recuerda. ¡°Uno va vestido cada d¨ªa al trabajo muy normal, pero ya est¨¢ bien, me gusta manifestarlo, aunque sea una vez al a?o, porque todo el mundo puede ser libre sin importar nada¡±.

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