Mar¨ªa Le¨®n da la mano a una ¡®Yerma¡¯ feminista y rebelde
La actriz llega a los Teatros del Canal con una versi¨®n libre de la obra de Lorca, dirigida por Pepa Gamboa
Es una flor abierta, una criatura hermosa, pero no dichosa. Es una mujer seca y marchita, ya lo dijo el poeta, alguien que arrastra maldiciones, frustraciones y deseos incumplidos, pero no solo el de la maternidad, tambi¨¦n el del sexo y la libertad. Es la gran Yerma de Federico Garc¨ªa Lorca, que llega a los Teatros del Canal de la mano de la actriz Mar¨ªa Le¨®n. En versi¨®n libre de Lola Blasco, premio Nacional de Literatura Dram¨¢tica (2016) y dirigida por Pepa Gamboa, La pasi¨®n de Yerma es un canto al feminismo y a la libertad, a los sentimientos m¨¢s carnales.
Primera producci¨®n teatral del Centro Federico Garc¨ªa Lorca, la funci¨®n se representa en el centro madrile?o hasta el pr¨®ximo 18 de julio. Los 23 personajes originales de la obra se han reducido en esta versi¨®n a solo cinco. ¡°El reto estaba en contar esta vida opresiva con tres mujeres y dos hombres¡±, asegura su directora. Mar¨ªa Le¨®n (Sevilla 1984) est¨¢ acompa?ada en el escenario por Jorge Monje, Luc¨ªa Esp¨ªn, Mari Paz Sayago y Diego Garrido.
Una cama blanca impoluta, sin rastro de vida ni huella de pasi¨®n, preside esa sencilla habitaci¨®n de una casa en pleno campo. Aqu¨ª pasa sus d¨ªas una mujer a la que la sangre se le est¨¢ volviendo veneno. Es Yerma, el personaje lleno de vigor y de rabia, feminista y rebelde, con el que Mar¨ªa Le¨®n vuelve a los escenarios en esta nueva funci¨®n del cl¨¢sico de Lorca. Es la segunda vez que se enfrenta al teatro, tras un Juan de Mairena en el que trabaj¨® un a?o despu¨¦s de salir de la escuela.
Era un reto gigante pero me met¨ª de lleno por amor al texto, a Lorca, a esa mujer que me transporta a un mundo primario y pasional
¡°Amo demasiado mi profesi¨®n. A m¨ª no me sacia salir en las revistas, aunque a veces sea necesario. Me sent¨ªa triste, necesitaba parar y reencontrarme como actriz, oler el suelo, buscar la tierra. Y apareci¨® Yerma. Era un reto gigante pero me met¨ª de lleno por amor al texto, a Lorca, a esa mujer que me transporta a un mundo primario y pasional¡±, explica Le¨®n ante este exquisito personaje, al que han dado vida actrices de la talla de Margarita Xirgu, la encargada de estrenarla en 1934, N¨²ria Espert, Aurora Bautista o Mar¨ªa Casares.
En conversaci¨®n con este peri¨®dico tras el estreno de la obra en los Teatros del Canal, a Mar¨ªa Le¨®n se le escucha feliz y exultante por este viaje que est¨¢ haciendo de la mano de ¡°Yermi¡±, como ella la llama. Miedos ten¨ªa muchos, el principal que no se entendiera esa carencia y ese encarcelamiento en el que vive esta mujer del campo que termina convirti¨¦ndola en un ¡°animal completamente enrabietado y dolorido, que termina mordiendo el mundo¡±.
Su poes¨ªa, sus textos, sus obras de teatro no tienen fecha de caducidad. Las frustraciones y sentimientos que describi¨® Lorca siguen latiendo hoy todav¨ªa
¡°Yerma me lleva a un mundo muy primario y pasional. Me recuerda el primer olor, el primer deseo, los primeros sabores, el ir descubriendo lo que somos cada uno. Es un ser animal, nada cerebral, en el que se juntan todos los sentimientos, el dolor, la rabia, el amor, su capacidad de vivir, ya sea para el bien o para el mal¡±, explica la actriz, tan conectada a su tierra que asegura que su cuerpo habla en andaluz. Como Lorca. ¡°Su poes¨ªa, sus textos, sus obras de teatro no tienen fecha de caducidad. Las frustraciones y sentimientos que describi¨® Lorca siguen latiendo hoy todav¨ªa¡±, a?ade.
M¨¢s all¨¢ de la frustraci¨®n ante la imposibilidad de ser madre, Yerma es una mujer que se rebela contra las mentiras que le han ido contando. ¡°Ella quiere amar, cree que iba a ser libre en el matrimonio. Su deseo de ser madre va m¨¢s all¨¢ de querer recibir la semilla del hombre. Yerma busca descubrir su cuerpo, utilizar su cuerpo, salir de la casa e ir al campo. Quiere tocar el cielo y no la dejan por el hecho de ser mujer. De ah¨ª viene su sequedad, su rebeld¨ªa. Ella prefiere la muerte a dejar que el mundo anule su capacidad como mujer y no solo por el hecho de parir¡±, dice Mar¨ªa Le¨®n.
No solo las mujeres son personas frustradas en esta funci¨®n, tambi¨¦n los hombresMar¨ªa Le¨®n
Frente a la valent¨ªa de Yerma se agazapa la cobard¨ªa de su marido Juan. ¡°No solo las mujeres son personas frustradas en esta funci¨®n, tambi¨¦n los hombres. Juan es un cobarde que no quiere mirarse y mostrarse tal quien es. Cada d¨ªa est¨¢ m¨¢s enjuto, ya se lo dice Yerma. Se anula como hombre e intenta anularla a ella tambi¨¦n, pero lo que no sabe Juan es la fuerza de la mujer que tiene al lado.
Suena en el patio de butacas el comienzo de la funci¨®n y Mar¨ªa Le¨®n aparece bajo el agua de una ducha. Tres minutos antes ha cerrado los ojos y se ha dicho a si misma: ¡°Me voy a dejar el coraz¨®n en el escenario¡±. Y se lo deja, junto a las m¨¢s hermosas palabras del poeta: ¡°Cada vez tengo m¨¢s deseo y menos esperanza¡±.
La sexualidad reprimida
La dramaturga sevillana Pepa Gamboa (1963) ha revisitado de nuevo el teatro de Lorca. Y lo ha hecho ahora con el mito de Yerma, esa mujer encerrada en una casa en el campo, que lucha por su libertad. Gamboa, en fase todav¨ªa de recuperaci¨®n por una fuerte ca¨ªda sufrida hace meses, explica por tel¨¦fono que desde chica ella siempre pens¨® que parte de la tragedia de Yerma y de sus deseos incumplidos ven¨ªa por el hecho de que Juan, su marido pastor, era homosexual.
¡°Juan pasa tambi¨¦n su propia peripecia. Se daba mucho en aquella ¨¦poca, en la que hab¨ªa muchos hombres homosexuales que se casaban porque se ten¨ªan que casar y m¨¢s en un entorno cerrado y opresivo como era el mundo rural. Yerma arrastra toda esa enorme frustraci¨®n por el sexo no satisfecho¡± asegura la directora. En la funci¨®n de La pasi¨®n de Yerma no se oculta este hecho, muchas veces olvidado, dice Gamboa, por prejuicios.
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