Pidan perd¨®n

A veces, la voluntad y la pasi¨®n son capaces de ocultar carencias y colocar a quien no tiene un talento natural para desempe?ar un oficio a la altura de alguien que s¨ª naci¨® con esa ventaja. Pero tambi¨¦n existen taras pr¨¢cticamente incapacitantes para realizar determinados trabajos. Pienso, por ejemplo, en la falta de sensibilidad o empat¨ªa y la pol¨ªtica y el periodismo.

Nos hemos acostumbrado a que los dirigentes no sean siempre los m¨¢s inteligentes y mejor preparados porque esos perfiles suelen ver m¨¢s incentivos en la gesti¨®n privada que en la p¨²blica y porque la vida interna de los partidos pol¨ªticos, sometida a intrigas permanentes, al intercambio de favores o al capricho, a menudo no favorece que asciendan quienes cuentan con m¨¢s habilidades para gestionar millones de euros, resolver problemas y generar oportunidades. Pero cuesta mucho m¨¢s asumir otro tipo de carencias en las ¨¦lites que toman decisiones trascendentales para todos.

Dijo hace unos d¨ªas la presidenta madrile?a, Isabel D¨ªaz Ayuso: ¡°El aborto es el recurso f¨¢cil que pone la izquierda para cada vez que algo les sobra. ?Que molesta? ?Eutanasia! ?Que me molesta el beb¨¦? ?Aborto!¡±. Y dijo este mi¨¦rcoles la diputada de Vox Macarena Olona: ¡°Nuestros mayores podr¨¢n renunciar a poner la televisi¨®n, o incluso lavar a mano, ?pero qu¨¦ hacemos con los enfermos que necesitan estar conectados 24 horas a un aparato para vivir? Pues es muy sencillo porque con el Gobierno de la recuperaci¨®n tienen una salida: la eutanasia¡±.

Es dif¨ªcil pensar en frases que revelen tal nivel de frivolidad y desprecio al dolor ajeno y se han pronunciado en dos parlamentos, la Asamblea de la Comunidad de Madrid y el Congreso de los Diputados.

?ngel Fern¨¢ndez escuch¨® ¡°muchas veces¡± a la persona m¨¢s importante en su vida, su mujer, Mar¨ªa Jos¨¦ Carrasco, decir que quer¨ªa morirse. ¡°Yo insist¨ªa en que viviera m¨¢s¡±, recordaba a EL PA?S. Llevaba 30 a?os enferma de esclerosis m¨²ltiple. ¡°Era como tener una camisa de fuerza todo el d¨ªa, desde los tobillos hasta el cuello. Luego vino el dolor. Cuando la trataron con morfina, empeor¨®. Le causaba efectos terribles, no pod¨ªa respirar¡±, explic¨® ¨¦l despu¨¦s de acceder finalmente a su deseo y suministrarle ante una c¨¢mara el pentotal s¨®dico que acab¨® con su vida. Se hab¨ªa comprometido a hacerlo a?os antes si no se legalizaba la eutanasia.

Frivolizar sobre el sufrimiento ajeno deber¨ªa ser una frontera infranqueable, un umbral que, al traspasarse, hiciera sonar alarmas ensordecedoras

?Qu¨¦ hay de f¨¢cil ah¨ª, se?ora Ayuso? ?Qu¨¦ fue f¨¢cil en el d¨ªa a d¨ªa y en las doloros¨ªsimas decisiones de Mar¨ªa Jos¨¦ y ?ngel? ?C¨®mo se atreve, se?ora Olona, a burlarse de situaciones as¨ª?

Tiene que haber l¨ªmites. Frivolizar sobre el sufrimiento ajeno deber¨ªa ser una frontera infranqueable, un umbral que, al traspasarse, hiciera sonar alarmas ensordecedoras. Pero fueron aplausos lo que se oy¨® tras las intervenciones de Ayuso y Olona. Herir desde una tribuna pagada con dinero p¨²blico ha de ser siempre un esc¨¢ndalo y cuando alguien se equivoca desde esas alturas, no sobre un nombre o cifra, sino sobre otro ser humano, la ¨²nica salida digna es rectificar y pedir perd¨®n. H¨¢ganlo, por favor.

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