Vivir a la madrile?a en Ponzano
?Merecen los vecinos de la calle de Chamber¨ª dormir entre el ruido y el caos aunque la mayor¨ªa de ellos vote en contra de los derechos de otros?
¡°Disfruten de lo votado¡±. Qu¨¦ frase m¨¢s manida, simplista e, incluso, mezquina que no conoce de ideolog¨ªas. En los ¨²ltimos tiempos lucho para que no salpique mis pensamientos, o para neutralizarla cuando salta como una palomita de ma¨ªz en ese microondas calentador de ideas t¨®xicas en el que se ha convertido buena parte de la pol¨ªtica madrile?a.
Los magacines de infoentretenimiento de la televisi¨®n veraniega matinal llevan d¨ªas recordando las protestas de los vecinos de Ponzano, la calle de moda en Madrid para ir a ahogar meses de tensi¨®n recluida y de incierta espera. El ruido de sus bares y terrazas, algunas creadas de manera improvisada en lo que antes eran plazas de aparcamiento al aire libre, es todav¨ªa m¨¢s alto que en veranos anteriores y est¨¢ amargando a los vecinos de esa zona del barrio de Chamber¨ª. Afecta a su sue?o y ven c¨®mo se invade y se vandaliza su espacio p¨²blico ante la inacci¨®n del Ayuntamiento. Tambi¨¦n les preocupa lo poco que se respetan en ¨¦l las medidas sanitarias actuales.
Tras ver los reportajes, consulto en este peri¨®dico el especial elecciones regionales de Madrid del pasado mayo. Recopila las estad¨ªsticas con los resultados de aquellas urnas y quiero confirmar mi idea preconcebida. Un 63,8% de la calle de Ponzano que ejerci¨® su derecho a voto apoy¨® a alguna de las opciones pol¨ªticas, que, bajo mi punto de vista, fomentan un individualismo capaz de afectar al conjunto de la comunidad. Y a las que no les importa el bienestar de las minor¨ªas. Calculo entonces que, por estad¨ªstica, la mayor parte de los vecinos que aparecen protestando estos d¨ªas en televisi¨®n apoyaron en esos comicios, y probablemente tambi¨¦n en citas municipales, las pol¨ªticas que ahora les estalla en las narices y, sobre todo, en los t¨ªmpanos a horas de la noche no deseadas.
Y es cuando de forma furibunda surge la frase. ¡°Disfruten de lo votado¡±. Y alguna otra. ¡°Ahora les toca vivir a la madrile?a¡±. ?Acaso no tienen derecho a reclamar justicia, aunque hayan ensalzado y vayan a seguir haci¨¦ndolo a las propuestas electorales que fomentan desde un principio lo que ahora es su tormento? ?No merecen derechos aquellos que se significan en contra de los derechos de otros? ?Es el rechazo a sus quejas una llamada a la coherencia o al revanchismo? Con esos mismos datos electorales que he buscado a conciencia, tambi¨¦n tengo la certeza de que algunos de esos protestantes que aparecen en pantalla no eligieron libertad el 4 de mayo. Y se sabe que su problema se remonta, aunque en otro contexto, a hace ya muchos a?os. La denominaci¨®n de la ilustre v¨ªa como Zona de Protecci¨®n Ac¨²stica Especial (ZPAE) es una constante desde hace varias administraciones y nunca llega a resolverse. Simplemente, ahora la situaci¨®n es peor y m¨¢s urgente que nunca.
Me pregunto si debemos todos evitar esos lugares comunes dial¨¦cticos. He de reconocer que mi alma racional est¨¢ cerca de una postura, mientras que mis almas irascible y concupiscible se encuentran muy pr¨®ximas a la otra. Y que en ese conflicto pelean dos contra una.
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