La calle Ponzano: un kil¨®metro, 71 bares
Uno de cada dos locales de esta v¨ªa del distrito de Chamber¨ª es una taberna o un restaurante; su ¨¦xito y la concentraci¨®n de p¨²blico amarga a los vecinos
Esta es la historia de una calle de Madrid, habitada por sus vecinos, que se convirti¨® en un ¡°parque de atracciones para adultos¡±. Concretamente, la de la calle m¨¢s efervescente de la capital (hot en ingl¨¦s). Ese es el t¨ªtulo que la publicaci¨®n de viajes Lonely Planet acaba de otorgar a la calle de Ponzano, en el distrito de Chamber¨ª: ¡°Una calle plagada de bares de tapas y c¨®cteles con una popularidad sideral¡±. Es cierto, uno de cada dos locales comerciales de la v¨ªa ¡ªde algo m¨¢s de un kil¨®metro de longitud¡ª es un bar. No es una broma: 71 en total, seg¨²n un conteo local a local realizado por este peri¨®dico el pasado jueves. Si en 2008, las tabernas representaban un 34% de los locales comerciales de la calle, ahora son el 49%. Abren sus puertas de lunes a domingo, con tal ¨¦xito que en algunos hay colas para tomar una ca?a o un vino.
Pero esa afluencia, que alegra la vida de los taberneros, amarga la existencia de los vecinos debido a la pesadilla del ruido. Tambi¨¦n genera tensiones urbanas por los problemas de aparcamiento. Y de ah¨ª a la expulsi¨®n de vecinos, la turistificaci¨®n o la gentrificaci¨®n. ¡°La zona est¨¢ pr¨¢cticamente saturada¡±, lamenta Julio L¨®pez de la Sen, presidente de la asociaci¨®n de vecinos del barrio El Organillo.
HOSTELER?A Y RESTAURACI?N EN LA CALLE DE PONZANO
Fuente: Direcci¨®n General de Catastro y elaboraci¨®n propia EL PA?S
¡°El auge de tanto bar propicia la expulsi¨®n del negocio de proximidad y va a acabar expulsando a los vecinos¡±, contin¨²a L¨®pe de la Sen. Los vecinos han vivido la evoluci¨®n ¡ª¡°y degradaci¨®n¡±¡ª de la calle. ¡°Ha sido poco a poco¡±, describe. "Hemos estado alerta, pero se ha descontrolado: la gente no se imagina los problemas que genera el ponzaning¡±.
HOSTELER?A Y RESTAURACI?N EN LA CALLE DE PONZANO
NACHO CATAL?N EL PA?S
Esa palabra hace referencia al t¨¦rmino, creado hace a?os por los restauradores de la zona, para referirse a la acci¨®n de tomar el verm¨², comer, cenar o beber en esta calle. ¡°Hacer un ponzaning es una moda, una filosof¨ªa, compartir, beber, comer, re¨ªr...¡±, describ¨ªan los hosteleros su propuesta cuando estaban consolidando el t¨¦rmino.
En esa ¨¦poca, el chef Pepe Rodr¨ªguez, con una estrella Michelin en su restaurante El Boh¨ªo, en Illescas (Toledo), y jurado de MasterChef, contaba: ¡°En esta calle est¨¢n dos de mis tabernas favoritas¡±. Hablaba de El Doble y la reci¨¦n inaugurada entonces (era 2015) Taberna Aver¨ªas.
Es dif¨ªcil establecer el momento exacto en el que Ponzano empez¨® a convertirse en un potente polo de atracci¨®n, pero Sudestada marc¨® un hito. En 2005, este restaurante abri¨® sus puertas en el 85 de Ponzano, una v¨ªa que contaba con tradici¨®n tabernera, pero fuera de las zonas m¨¢s concurridas de la capital. Enseguida, se convirti¨® en un lugar imprescindible y recomendad¨ªsimo: las elaboraciones del chef Estanis Carenzo no solo eran apreciadas por el p¨²blico general, sino tambi¨¦n por reconocidos chefs, entre los que estaba Dabiz Mu?oz, de DiverXo.
En 2013, aterriz¨® en la v¨ªa la Academia de Despiece y su original Sala de Despiece (una mezcla de cena y masterclass de gastronom¨ªa). Dos a?os despu¨¦s abri¨® La Contrase?a y en 2016 la calle se consolid¨® al convertirse en parte de las fiestas del Carmen (una tradici¨®n en el distrito que este a?o se celebran del 5 al 14 de julio). ¡°Ah¨ª el problema ya era evidente¡±, dice Pilar Rodr¨ªguez, de 68 a?os y que lleva m¨¢s de tres d¨¦cadas viviendo en la zona: ¡°Mi marido es del barrio de toda la vida¡±. Aunque reside en Alonso Cano, sufre desde su casa el estruendo de Ponzano.
Nuevos bares
Al principio, la llegada de los bares fue recibida con cierta alegr¨ªa: ¡°Menos mal que han empezado a abrir nuevos locales¡±, le contaba a Rodr¨ªguez la farmac¨¦utica, a mediados de la d¨¦cada pasada. La boticaria se mostraba preocupada por la escasez de viandantes en una calle perteneciente al distrito m¨¢s envejecido de Madrid. Actualmente, lo sigue siendo: por cada 220 mayores de 65 a?os hay 100 menores de 16, la tasa m¨¢s alta de la capital. Tambi¨¦n es el m¨¢s femenino: en ¨¦l residen 78.140 mujeres por 61.308 hombres. ¡°Hace muchos a?os, la calle Ponzano necesitaba vida, pero esto ya es demasiado. Ahora necesita paz¡±, agrega Rodr¨ªguez que ejerce de portavoz del PSOE en el distrito y que forma parte de la Mesa del Ruido de la zona desde 2015, cuando se cre¨®.
Hace cuatro a?os se inauguraba un local nuevo cada dos meses; hoy hay un bar cada 15 metros. La calle tiene m¨¢s restauraci¨®n (49%) que otras v¨ªas calientes de la capital como Gran V¨ªa (29%) o Fuencarral (13%), seg¨²n un informe reciente de la consultora inmobiliaria Gesvalt. El auge de los bares en Madrid es la otra cara de la ca¨ªda del comercio minorista, que lleva d¨¦cadas sufriendo. As¨ª, mientras el n¨²mero de comercios minoristas ha ca¨ªdo en la regi¨®n de Madrid un 3,5% desde 2014; el de restauraci¨®n (comidas y bebidas) ha subido un 1,2% en el mismo periodo.
Amenaza al comercio local
Pero los males de los peque?os comercios de barrio (de ropa, electr¨®nica, ¨®ptica o pasteler¨ªa) vienen de lejos. A la competencia de los centros comerciales se unieron la agresiva liberalizaci¨®n de horarios comerciales, el aumento de los precios de alquiler en zonas calientes o la crisis econ¨®mica. Ahora, el sector se enfrenta al fen¨®meno que est¨¢ poniendo en jaque su supervivencia: las ventas por Internet.
La calle ha experimentado una transformaci¨®n semejante a las de otras zonas de ocio nocturno como Malasa?a o Chueca, donde el comercio de proximidad est¨¢ siendo reemplazado por los bares. Donde hab¨ªa una tienda de antig¨¹edades, ahora hay un caf¨¦, en lugar de la panader¨ªa encontramos un bar de c¨®cteles, una antigua sucursal de banco es ahora una taquer¨ªa.
Pero en Ponzano tambi¨¦n han cerrado algunos de los locales que iniciaron el fen¨®meno como el ic¨®nico restaurante Sudestada que cerr¨® en 2017 tras 12 a?os. La Academia de Despiece sigui¨® sus pasos (a¨²n est¨¢ abierto el local contiguo, la Sala de Despiece). El ¨²ltimo en despedirse ha sido Lambuzo, otro de los dinamizadores de la calle y especializado en cocina gaditana. Los comerciantes de toda la vida est¨¢n traspasando sus negocios a grupos hosteleros que se lanzan a por las vacantes y est¨¢n extendiendo el concepto de bar de copas.
Tambi¨¦n siguen llegando peque?os empresarios que apuestan por la gastronom¨ªa como Alejandro Yravedra. Es el regente del bar Charnela, que ha sustituido a Lambuzo, especializado en mejillones, productos de la huerta y carnes nacionales. Yravedra ten¨ªa desde hace tiempo el sue?o de montar un negocio de hosteler¨ªa y junt¨® sus ahorros para instalarse en una calle que cree tiene futuro. ¡°Cuando gente importante y con dinero viene apostando por esta calle, es por algo¡±, dice.
Los vecinos describen a la ¡°gente importante¡± como ¡°fondos¡±, ¡°inversores venezolanos¡± y ¡°los grupos¡±. Estos ¨²ltimos son Larrumba, Lalala o La M¨¢quina; muchos de los nuevos negocios de restauraci¨®n de la calle pertenecen a alguno de estos tres. Como pasa con los locales gastron¨®micos, que viven un frenes¨ª ¡ªcon aires de burbuja¡ª, los locales proliferan alentados por la econom¨ªa, el turismo y los fondos, como se puede leer en este reportaje de Negocios.
¡°Ponzano no solo se ha ido de madre¡±, a?ade Roc¨ªo Borobia, vecina y propietaria de un local en la zona, ¡°adem¨¢s, ya no se come bien en casi ninguno de los sitios¡±. La familia de Borobia es de Chamber¨ª de toda la vida. Sus abuelos se instalaron en Santa Engracia esquina con Ponzano en 1953. Viv¨ªan aqu¨ª y ten¨ªan un local. Fue estanco, quiosco, tinte... Luego su madre lo convirti¨® en una tienda de ropa, negocio que Borobia continu¨® durante 15 a?os. El a?o pasado decidi¨® cerrar la tienda y alquilar el local. ¡°De ninguna manera quer¨ªa que montaran un bar¡±, explica.
Se pas¨® meses buscando arrendador y testando el mercado inmobiliario. En ese tiempo comprob¨® que los precios fluctuaban en funci¨®n de la actividad que se iba a desarrollar: la principal diferencia radicaba en si el local ten¨ªa opciones de convertirse en un bar (entonces los alquileres oscilaban entre los 6.000 y los 10.000 euros al mes en funci¨®n del tama?o) o no (entonces el precio bajaba a la mitad). ¡°Muchos locales ya ni si quiera instalan salida de humos porque no cocinan ah¨ª¡±, apunta Borobia en referencia a la quinta gama (alimentos precocinados, que no se elaboran en el establecimiento, y que se les da un golpe de calor antes de servirlos).
¡°Soy muy cr¨ªtica con lo que pasa en el barrio, por eso no quiero fomentar que se degrade¡±, explica Borobia que finalmente alquil¨® su local el pasado diciembre. ¡°Antes, este barrio ten¨ªa muchos negocios: ferreter¨ªas, panader¨ªas locales, ultramarinos peque?os¡ Es un barrio de gente mayor y algunos de ellos llevan muchos a?os al frente de sus negocios. Cuando te jubiles, los hijos o bien no querr¨¢n seguir con el negocio o bien no podr¨¢n porque no da beneficios. Entonces, la gente lo alquila o lo vende sin preocuparse mucho de lo que pase en el local. A m¨ª s¨ª me importa mi barrio¡±, contin¨²a la vecina. Su local ahora es una papeler¨ªa-librer¨ªa. Entre las posibles soluciones al problema de Ponzano ve una clara: ¡°Que no den m¨¢s licencias de bar ni de restaurante¡±.
Protecci¨®n ac¨²stica
Seg¨²n la normativa municipal, una limitaci¨®n de licencias solo se puede realizar si el ¨¢rea se declara Zona de Protecci¨®n Ac¨²stica Especial (ZPAE). Actualmente, hay tres ¡ªen Centro; la zona de Azca, en Tetu¨¢n; y otra en Chamber¨ª, pero en Gaztambide. ¡°Nuestra intenci¨®n era crear la figura de protecci¨®n¡±, cuenta Jorge Garc¨ªa Casta?o, concejal del Ayuntamiento de Madrid que estuvo a cargo de Chamber¨ª durante parte de la pasada legislatura.
La ZPAE ha estado sobre la mesa, se habl¨® en el pleno municipal hace un a?o y el pasado septiembre se empezaron a realizar mediciones con son¨®metros en inmuebles de la zona. Despu¨¦s, parece que la idea se difumin¨®. ¡°Hay un problema de saturaci¨®n en la calle¡±, incide el concejal. Al ruido se suman los problemas de aparcamiento por los miles de visitantes a los bares. ¡°Y se puede agravar con la aparici¨®n de locales de copas o discotecas que intensificar¨ªan los problemas de ruido¡±, agrega Garc¨ªa Casta?o. Habla de algo que ya ha pasado: a los bares, ahora se han sumado un par de sitios nuevos con un ambiente m¨¢s discotequero y nocturno.
Esa continua actualizaci¨®n de negocios ¡ª¡°no es normal que cada cuatro d¨ªas cambien¡±, apunta un vecino mayor bajando un poco la voz¡ª, adem¨¢s de provocar la desaparici¨®n de los comercios de siempre, produce un cambio de perfil: ¡°Los bares de toda la vida cerraban a medianoche; los de ahora, a las dos o tres; los nuevos quieren estar hasta las seis¡±, lamentan desde la asociaci¨®n vecinal El Organillo, que pide al Ayuntamiento que salga el 15 de junio ¡°una mayor sensibilidad con su problema¡±: ¡°La calle en la que vivimos no puede ser una postal ni un parque tem¨¢tico¡±.
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