Una ciudad, dos tempos
La colonia Retiro, con 203 hotelitos, es un espacio en el que la vida transcurre a un ritmo diferente al de las grandes v¨ªas que la rodean
Si se est¨¢ atento, Madrid ofrece la posibilidad de viajar en el tempo -que no tiempo- en cuesti¨®n de unos pocos metros. Sucede, por ejemplo, al tomar la salida de la Avenida del Mediterr¨¢neo en la rotonda de Conde de Casal, direcci¨®n Atocha. Es como una entrada a boxes.
Una casa gris, rematada por una c¨²pula, ejerce de avanzadilla de las 203 viviendas que componen la colonia Retiro, tambi¨¦n conocida como ¡°La Regalada¡±. Dentro, la vida transcurre a otra velocidad. Es una caracter¨ªstica de las colonias hist¨®ricas -no fueron dise?adas como lugar de paso- que m¨¢s destaca en esta. Desde el silencio y la tranquilidad de la calle Antonio D¨ªaz-Ca?abate se divisa, al fondo, el traj¨ªn de la Avenida del Mediterr¨¢neo.
Hay varios colegios. ¡°Aqu¨ª la hora punta son las 9 de la ma?ana y las cinco de la tarde, que es cuando la gente viene a dejar y a recoger a los ni?os en las escuelas. El resto del d¨ªa, apenas hay coches¡±, cuenta Ant¨®n Laguna (57 a?os, Madrid). Director art¨ªstico de numerosas pel¨ªculas y series, lleva toda su vida viviendo en la colonia. Su bisabuelo compr¨® dos hotelitos en 1930. Se fueron transmitiendo de generaci¨®n en generaci¨®n. La familia lleg¨® a tener cinco casas en la colonia. Hace 20 a?os, decidi¨® comprar una junto a sus dos hermanos. La dividieron. ?l, vive en una de las mitades. La otra es para un hermano. El tercero vive en la parte de debajo de la que habit¨® su bisabuelo. Ant¨®n recuerda los tiempos en los que se ve¨ªan pasar las ovejas y cuando empezaron a construir edificios alrededor. ¡°?bamos a tirarles los muros a las constructoras. Nuestros padres se hac¨ªan los despistados¡¡±, recuerda riendo. Hoy, ese espacio en el que ejerc¨ªan la resistencia es un parque con pistas deportivas y juegos que utilizan los colegios como espacio para el recreo. Tambi¨¦n un medidor del tiempo del d¨ªa: a primera hora de la tarde, unos ni?os juegan al f¨²tbol. El siguiente partido sube la edad media hasta la preadolescencia. En el turno de noche, ya hay m¨²sica y botell¨®n.
La colonia del Retiro se construy¨® entre 1925 y 1931. De estilo regionalista, hay, al menos, cinco tipos de chalet: castellano, vasco, mud¨¦jar, italiano y franc¨¦s. Hay c¨²pulas, torres, tejados a cuatro aguas, ¨®culos, cornisas, recercados de ladrillo visto en algunas esquinas. La mayor¨ªa de las casas son de dos alturas. Con unos 90 metros cuadrados por planta. Varios propietarios han optado por dividir las viviendas.
En el piso de arriba de una de ellas vive de alquiler desde hace seis a?os Ana Gallego (46 a?os, Granada). Funcionaria. Su habitaci¨®n est¨¢ rematada por la caracter¨ªstica c¨²pula del modelo franc¨¦s. Vive junto a su marido y sus dos hijos, de 15 y 10 a?os. ¡°Aqu¨ª te vienes por la personalidad de la colonia, no por los servicios... es que soy del Albaic¨ªn¡±, explica riendo. Destaca ¡°el orden y la tranquilidad¡± del entorno. Y tambi¨¦n lo caros que salen los despistes: ¡°por dejarme la puerta del patio abierta, ya se han llevado dos bicis y un patinete¡±.
Justo enfrente, en una casa de estilo vasco, viven Carmen y Antonio ¨C¡±la edad no se pregunta¡±. Adquirieron la casa en 1968. De pared blanca con detalles grises, tiene una cornisa volada de madera de medio metro. La verja, de hierro, se remata con un peculiar giro en su parte m¨¢s alta. En la parte de atr¨¢s, han levantado un vergel con varios toldos, en los que cada domingo se re¨²ne la familia a comer. ¡°A veces somos hasta 22, entre hijos, hijas, yernos, nueras, nietos¡ y a cada uno le preparo su plato preferido¡±, dice con orgullo Carmen. En el patio delantero se levanta una palmera de unos seis metros de altura. La plant¨® la madre de Carmen hace 50 a?os. Los brazos no alcanzan para abrazar su tronco. Algunos de los d¨¢tiles que han ca¨ªdo en una alcantarilla y en los huecos de la acera han empezado a brotar.
La tarde avanza y en la terraza del bar de la colonia se animan las conversaciones. En la parroquia de Santa Catalina de Siena -dise?ada por Alberto L¨®pez de Asiain y Enrique Llano-, construida en unas formas circulares que recuerdan a Niemeyer, hay misa. Un cartel recuerda, muy sutilmente, que ¡°donando a tu parroquia 150 euros al a?o, la agencia tributaria te devuelve en tu IRPF 120€¡±.
Desde una ventana se oye Summer in the city, de Joe Cocker. Y al fondo de la calle se divisa la ciudad, enfrascada en su propio tempo.
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