¡®Beer pong¡¯: de las pel¨ªculas americanas a triunfar entre los j¨®venes madrile?os
Un nuevo juego se ha puesto de moda en la capital, Beer Pong Madrid en la calle del Doctor Fourquet, 20 es uno de los lugares donde practicarlo
Colgado en la pared, justo a la entrada acristalada del local, se puede leer en luces de ne¨®n este mensaje: ¡°You¡¯re the beer to my pong¡±. T¨² eres la cerveza de mi ¡®pong¡¯, en castellano. Toda una declaraci¨®n de intenciones que recoge la filosof¨ªa del juego que est¨¢ de moda entre los j¨®venes de la capital y que algunos solo conoc¨ªan hasta ahora a trav¨¦s de las pel¨ªculas norteamericanas: el ¡®beer pong¡¯.
Al cartel de bienvenida le acompa?a apoyada en la pared una peque?a ba?era a modo de sof¨¢ llena de pelotas amarillas de ping pong, donde los asistentes hacen cola para hacerse fotos y subirlas a sus redes sociales. ¡°Do you speak english?¡±, pregunta el encargado de permitir el acceso a la sala principal, acostumbrado a recibir p¨²blico de diferentes nacionalidades.
Un grupo de siete chicas, de entre 19 y 22 a?os, ha reservado una de las salas privadas durante dos horas. La sala, tambi¨¦n de cristal, dispone de una mesa plegable de 2,40 metros de largo por 70 cm de ancho. En el centro del tablero un logotipo que recuerda al de la NBA, pero en el que aparecen el oso y el madro?o t¨ªpicos de Madrid. A ambos lados de la mesa, seis vasos con un poco de agua dispuestos en forma triangular, en los que el equipo contrario debe encestar la pelota de ping pong. El objetivo: ser el primero en encestar una bola en cada recipiente y dejar al rival sin ninguno. Carlota, Sara y Claudia, del equipo azul, han conseguido encestar a sus amigas, del equipo rojo. Las ganadoras han pegado un chillo de la misma intensidad que los madridistas cuando Sergio Ramos marc¨® al Atleti en el minuto 93 de la final de la Champions de Lisboa. ¡°Conozco este sitio porque vivo aqu¨ª al lado y lo vi al pasar. Es nuestra primera vez, pero repetiremos¡±, comenta Carlota.
Lino Slegers Duarte, de 30 a?os, es la persona detr¨¢s de esta idea que no deja de sumar adeptos. Nacido en Gab¨®n (?frica), de madre francesa y padre portugu¨¦s, hace ocho a?os que, tras finalizar la carrera de Turismo en Par¨ªs, se traslad¨® a Madrid para montar su propio negocio alrededor del ¡®beer pong¡¯. Primero como un servicio que se pod¨ªa contratar en fiestas, eventos de trabajo o bares y discotecas. Desde el 31 de octubre de 2020, ?en plena pandemia, decidi¨® abrir su propio espacio, situado en la calle del Doctor Fourquet, 20, y dejar de depender de otros. ¡°No somos un bar al uso. Nuestra licencia ser¨ªa m¨¢s como la de un ¡®escape room¡¯. T¨² contratas una actividad cerrada y ah¨ª es donde entran las consumiciones. Una hora por 10 euros y dos bebidas o dos horas por 15 euros y tres bebidas por persona. Puedes elegir entre cerveza, vino, refrescos, sidra¡Aunque esta ¨²ltima se nos agota siempre¡±, explica el due?o.
El p¨²blico que suele acudir al local es 80% espa?ol y oscila entre los 24 y los 35 a?os. ¡°Aunque est¨¦ la creencia de que es un juego al que juegan m¨¢s los hombres aqu¨ª no lo hemos notado. Hay un 50% de chicos y un 50% de chicas. Y lo que m¨¢s nos funciona es el boca a boca y las redes sociales¡±, a?ade.
Slegers cuenta que abrir un negocio de este juego en exclusivo era un ¡®plan b¡¯ que pas¨® a ser un ¡®plan a¡¯. ¡°Ten¨ªamos entre siete y ocho eventos semanales antes de abrir el local. Nos iba bien ofreciendo a los clientes este servicio en sus casas o empresas, pero ahora estoy m¨¢s satisfecho y cuento con mi propio equipo¡±. Entre sus planes, espera que Beer Pong Madrid, despu¨¦s de haber sorteado con ¨¦xitos las restricciones de aforo de la pandemia, se convierta en franquicia y se extienda a otros puntos de Espa?a y del mundo.
Sin confesarse adicto a este juego, considera haber hecho de ¨¦l su pasi¨®n y un desaf¨ªo. ¡°Mucha gente todav¨ªa lo ve como una actividad para desfasarse en el garaje de una casa americana y no lo es. Mi intenci¨®n siempre ha sido desmitificar esa idea desde que aprend¨ª a jugar en una fiesta universitaria. Es un concepto que intento cambiar y me he empe?ado mucho en que tiene que funcionar¡±, afirma.
Lo cierto es que el local no huele a alcohol, m¨¢s bien a una sala de squash que roza el ocio nocturno. El due?o cuenta que esta es una de las ventajas que ha encontrado a la limitaci¨®n horaria por no disponer licencia de bar. Abren de 17.00 a 23.00. ¡°Te evitas complicaciones como peleas, drogas, robos¡La semana pasada fue la primera vez que recogimos un v¨®mito¡±, asegura riendo.
En una de sus paredes, cubiertas la mayor¨ªa de grafitis, tambi¨¦n se puede observar lo que Slegers llama ¡°el muro de la fama¡±. Fotos de ¡®influencers¡¯, de escenas de videoclips que se han rodado en la sala, incluso una foto de ¨¦l y su equipo en el programa de televisi¨®n ¡®Got talent¡¯ al que acudieron para promocionar este juego. ¡°Hay mucha gente que incluso ha venido a hacerse fotos en la ba?era o la luz de ne¨®n de la entrada y no a jugar¡±, confiesa el empresario. El mundo de las redes.
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