Salvada de la mutilaci¨®n genital por segunda vez en un a?o de vida
Dos padres senegaleses son detenidos en Madrid por sustraer a su hija de un centro de menores para tratar de realizarle la ablaci¨®n
La residencia de primera infancia Rosa, en la zona norte de Madrid, tiene dos accesos. Un port¨®n met¨¢lico y otra entrada peatonal justo al lado. Por all¨ª sali¨® el viernes sobre las cinco de la tarde una mujer de 30 a?os con un bulto envuelto en una especie de pareo. Ese bulto era su hija, una beb¨¦ de un a?o. Y se la llevaba con la determinaci¨®n de que le llevaran a cabo la mutilaci¨®n genital. Es la segunda vez que sus padres intentaban someter a la peque?a a esa intervenci¨®n, consistente en extirpar parte de los ¨®rganos genitales, en el primer a?o de vida de la ni?a, seg¨²n han confirmado fuentes de la Polic¨ªa. Tanto ella como su marido fueron detenidos horas despu¨¦s. La peque?a vuelve a jugar en la residencia desde la que emergen risas y gritos de ni?os que juegan al otro lado del muro que la rodea.
Precisamente porque no era la primera vez que lo intentaban, las autoridades hab¨ªan decido poner a la ni?a bajo la custodia de la Comunidad de Madrid y tenerla ingresada en una residencia.
En cuanto los trabajadores del centro dieron el aviso de que la madre se hab¨ªa fugado con su hija, se puso en marcha un dispositivo policial ¡°fren¨¦tico¡± que logr¨® dar con el padre, de 41 a?os, en pocas horas en Tetu¨¢n. A trav¨¦s de ¨¦l, los agentes llegaron hasta la madre y el beb¨¦ antes de que acabara el d¨ªa. La ni?a vive en esta residencia ¡°desde verano¡±, se?ala una trabajadora del centro a trav¨¦s del telefonillo. La Comunidad de Madrid se hizo cargo de ella despu¨¦s de detectar que su familia ten¨ªa intenci¨®n de someterla a esta pr¨¢ctica que todav¨ªa es muy com¨²n en pa¨ªses de ?frica como Somalia y Mali, y que representa una forma m¨¢s de sometimiento de la mujer. En algunas de estas regiones, es obligatorio que una ni?a est¨¦ mutilada si quiere encontrar un marido.
Hodan Sulam¨¢n es somal¨ª de nacimiento, aunque lleva 32 a?os en Espa?a. Los ¨²ltimos siete, trabajando para M¨¦dicos del Mundo como mediadora cultural para concienciar y formar a familias y trabajdores sociosanitarios para prevenir la ablaci¨®n entre los migrantes que se establecen en Madrid. ¡°Normalmente se llevan a las ni?as a los pa¨ªses de origen para mutilarlas y despu¨¦s vuelven, pero puede que con la pandemia y las restricciones de viaje, empecemos a ver que lo hacen en el pa¨ªs de destino¡±, alerta la mediadora. ¡°He sentido tanta frustraci¨®n cuando he le¨ªdo la noticia. Son unos padres a los que no hemos llegado, pero claro, es que no podemos llegar a todos...¡±, se lamenta. Cada a?o, su grupo de trabajo se re¨²ne con 150 familias para evitar que se produzcan situaciones como de la de la menor del centro de primera infancia Rosa.
La madre se llev¨® a la ni?a en una visita programada y supervisada por el centro. ¡°Estos encuentros son habituales¡±, se?ala la misma empleada del centro. El contacto de estos padres con su hija seguramente se ver¨¢ alterado despu¨¦s del secuestro de este viernes. ¡°La semana que viene los t¨¦cnicos se reunir¨¢n para evaluar la situaci¨®n y bien o prohibir las visitas de los padres o adoptar mayores restricciones y medidas de control¡±, apuntan desde la Consejer¨ªa de Familia de la Comunidad de Madrid. Este portavoz asegura que todas estas acciones ir¨¢n en concordancia con la investigaci¨®n policial que se desarrolle a partir de este momento. La ni?a seguir¨¢ bajo la tutela de la Administraci¨®n y a la madre se le acusa de un presunto delito de sustracci¨®n de menores. El padre acumula numerosos antecedenes policiales por asuntos relacionados con extranjer¨ªa.
El poder del padre de familia
¡°Lo que me parece m¨¢s soprendente es que Senegal es uno de los pa¨ªses m¨¢s avanzados en este tipo de temas, esta pr¨¢ctica all¨ª se realiza muy poco¡±, se?ala Sulam¨¢n. La mediadora explica que siempre es el hombre que manda en la familia el que decide sobre el futuro de las ni?as. ¡°Si ¨¦l se opone, no se realiza la ablaci¨®n. Si trata de oponere la madre, puede incluso ser repudiada. As¨ª que el poder est¨¢ en manos del cabeza de familia, aunque no intervenga directamente en el proceso¡±, indica Sulam¨¢n. Ella se implic¨® a fondo en la lucha contra esta tradici¨®n ancestral en muchas regiones de ?frica porque era algo que hab¨ªa vivido de cerca. ¡°Lo hago porque quiero defender a las mujeres de mi alrededor, a las que amo¡±, sentencia.
M¨¢s de 2.000 ni?as se hallan en riesgo en la regi¨®n de sufrir una ablaci¨®n y esta cifra asciende a m¨¢s de 18.400 en toda Espa?a, seg¨²n las estimaciones de la Fundaci¨®n Wassu-UAB, una organizaci¨®n cient¨ªfica que trabaja desde hace 30 a?os por la erradicaci¨®n de esta costumbre y que colabora con el Ministerio de Igualdad. La ONU ha dictaminado que esta costumbre supone una violaci¨®n contra los derechos humanos de mujeres y ni?as. Desde 2017, la Comunidad de Madrid cuenta con una Gu¨ªa de Prevenci¨®n de la Mutilaci¨®n Genital Femenina, que pretende orientar a los profesionales sociosanitarios para que detecten a las ni?as en riesgo de sufrirla.
La peque?a que el viernes abandon¨® el centro de menores del norte de Madrid envuelta en un fular es una superviviente. Ha escapado dos veces en su primer a?o de vida de una pr¨¢ctica cruel que, por desgracia, sus padres no dejan de intentar hcerle exprimentar una y otra vez. Por el momento ella permanece segura tras los muros de ladrillo rojo del n¨²mero 174 del paseo de la Habana en un complejo en el que hay tambi¨¦n una escuela infantil y donde los ¨¢rboles sobresalen por encima de la tapia.
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