La estafa es Madrid
El alcalde vende unos m¨ªseros kil¨®metros de carril bici en la Castellana como si fuera una gran obra de ingenier¨ªa y, llevando la contraria a la l¨®gica de la bici, a su objetivo ¨²ltimo, el de cambiar los h¨¢bitos y aligerar el tr¨¢fico
Me compro una bici para ir a la redacci¨®n. Casi 4.000 euros. Ocho kil¨®metros de ida, ocho0 de vuelta. Cuestas y repechos. Me convence la publicidad de una conocida marca de bicis el¨¦ctricas urbanas, que me promete que movi¨¦ndome en bici con motorcillo por Madrid no s¨®lo har¨¦ ejercicio, ser¨¦ libr¨¦, mejorar¨¦ mi estado f¨ªsico, alargar¨¦ mi vida, contribuir¨¦ al bienestar de los dem¨¢s, a la lucha contra la contaminaci¨®n ac¨²stica, las emisiones de carbono y el cambio clim¨¢tico, sino que incluso llegar¨¦ al trabajo fresco y feliz como una lechuga, sin ropa empapada apestando a sudor.
No me advierte, sin embargo, de que inevitablemente recuperar¨¦ mi alma macarra de adolescente que se cree transgresor, me animalizar¨¦, porque para sobrevivir en la selva del tr¨¢fico, desinhibido por la adrenalina del ejercicio, me fijo mis propias normas, y acabo siendo antisocial.
?Publicidad enga?osa? No. La estafa es Madrid.
El problema no es la bici, un veh¨ªculo magn¨ªfico. Ligera, ¨¢gil, f¨¢cil de manejar, pedaleable hasta sin ayuda del motor y segura. Es un sue?o, como cualquier otra bicicleta, el¨¦ctrica o no; Madrid, su alcalde, su polic¨ªa municipal, es la pesadilla.
En Madrid, el alcalde vende unos m¨ªseros kil¨®metros de carril bici en la Castellana como si fuera una gran obra de ingenier¨ªa y, llevando la contraria a la l¨®gica de la bici, a su objetivo ¨²ltimo, el de cambiar los h¨¢bitos y aligerar el tr¨¢fico, alardea de que es tan listo que ha logrado incrustarlo sin tener que eliminar ni uno solo de la m¨¢s de media docena de carriles para coches y autobuses en cada sentido; en Madrid, el polic¨ªa municipal, siempre al acecho, que me multa por saltarme a paso de paseante un sem¨¢foro en rojo me confiesa que no pueden sancionar a los coches que van a m¨¢s de 30 por hora en los llamados ciclocarriles que tienen una bici pintada en el asfalto porque no disponen de radares para poder hacerlo; en Madrid, el conductor del 109 en la glorieta de Arcentales me alerta de que es peligroso marchar por el carril bici recientemente delimitado, que mejor vaya por otro sitio, que all¨ª ya ha visto como atropellaban y mataban a un ciclista, y la mejor forma de que los ciclistas no sufran accidentes es conseguir que no circulen; en Madrid llaman a los carriles bici carriles multimodales, quiz¨¢s porque se usan no solo para transitar sino tambi¨¦n para que furgonetas, camiones y coches practiquen sin riesgo de multas la costumbre de aparcar en doble fila.
En Madrid, el ¨²nico carril bici seguro es la carretera que atraviesa el cementerio de la Almudena, tan calma que da tiempo a respirar, a comprobar el cambio de estaciones en las ramas de los ¨¢rboles, a descubrir tumbas e historias inesperadas, como la de la torera Juanita Cruz, a disfrutar del silencio. All¨ª, en un repecho duro hasta el crematorio, se unen por fin, felicidad completa, las promesas de la bici el¨¦ctrica y el medio ambiente en el que florece.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.