Los talentos que esconden los muros de la Casa de Vel¨¢zquez
15 artistas se alojan durante un a?o en el centro que tutela el Ministerio de Ense?anza Superior de Francia para desarrollar otros tantos proyectos


¡ªSoy sirio, este es mi proyecto.
Najah Albukai se pasa los d¨ªas en un taller de grabado, entre una monumental impresora y bandejas llenas de tinta que remueve con una pluma, como un verdadero poeta, para impedir que se creen burbujas que podr¨ªan da?ar las estampas. Dibuja sin parar, a un ritmo tan fren¨¦tico que a veces acaba por olvidarse de lo que hab¨ªa dibujado y vuelve a repetirlo. ¡°Es una terapia para m¨ª. El grabado te toma tiempo, tienes que pensarlo mucho. Es mi forma de ahondar en mi memoria¡±. Najah dibuja las escenas que vio en las c¨¢rceles sirias, donde estuvo preso entre 2012 y 2014 por haber participado en las manifestaciones pac¨ªficas contra el r¨¦gimen de Bachar el Asad. Una imagen se repite con frecuencia: presos reducidos a los huesos que transportan los cad¨¢veres de los compa?eros fuera de la c¨¢rcel.
¡°Nos despertaban por la ma?ana, gritaban sobre llevar mantas. Entonces sab¨ªamos que alguien hab¨ªa muerto¡±, recuerda mientras ense?a un dibujo que reproduce este episodio traum¨¢tico, el primero que hizo al salir de la c¨¢rcel. Lo tiene guardado ¡ªjunto a muchos otros que en estos a?os han sido expuestos alrededor del mundo¡ª en su taller de la Casa de Vel¨¢zquez. Es uno de los 15 artistas que cada a?o reciben una beca de la instituci¨®n francesa en Madrid para investigar y trabajar en un proyecto. Fot¨®grafos, cineastas, compositores musicales, pintores y pl¨¢sticos. No existen l¨ªmites a la genialidad en este oasis del arte en el coraz¨®n de la Ciudad Universitaria de Madrid.
Cobijados por la Acad¨¦mie de France y el Ministerio de Ense?anza Superior de Francia, este grupo de artistas de cuatro pa¨ªses diferentes ¡ªEspa?a, Francia, Alemania y Siria¡ª se encuentra al comienzo de su residencia en la Casa de Vel¨¢zquez. Se instalaron en septiembre en los d¨²plex atelieres en la casa madre y en el estupendo jard¨ªn, y aqu¨ª permanecer¨¢n hasta el pr¨®ximo verano, cuando el resultado de un a?o de trabajo ver¨¢ la luz en una exposici¨®n colectiva en Madrid, antes de empezar la gira por Nantes y Par¨ªs. Justo en la capital francesa se pueden apreciar en estas semanas las obras de la promoci¨®n anterior, la 91? de la historia de esta prestigiosa instituci¨®n.

Cada a?o, la Casa de Vel¨¢zquez recibe centenares de solicitudes para esta beca. Adem¨¢s del curr¨ªculo, el jurado analiza la propuesta de proyecto que los artistas desean desarrollar a lo largo de sus estancias en Madrid. Fabianne Aguado, directora art¨ªstica, explica que uno de los factores que se toman en consideraci¨®n, adem¨¢s del ¡°claro talento¡±, es la posibilidad o necesidad de gestar este proyecto en Espa?a.
La pintora francesa Mathilde Lestiboudois est¨¢ aprovechando su residencia en la Casa para estudiar las geometr¨ªas del monasterio de El Escorial, que descompone y reinterpreta en sus cuadros. ¡°Este lugar no es solo mi punto de partida, sino de la arquitectura de toda Madrid. Es la base de la ciudad como la conocemos ahora¡±, comenta la artista. La tradici¨®n escult¨®rica ib¨¦rica que alberga las salas del Museo Arqueol¨®gico Nacional es la musa de Adrien Menu, que busca en los cuerpos y en las formas de la escultura antigua la poes¨ªa que quiere incorporar a su arte.
Las paredes y el suelo del atelier de Arnaud Rochard est¨¢n adornados con las muchas pruebas de grabados que reproducen los azulejos del Real Alc¨¢zar de Sevilla, encontrados durante sus viajes a la capital andaluza. Adem¨¢s de estudiar los azulejos de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica ¡ªsus pr¨®ximas etapas ser¨¢n la Alhambra y el Museo Nacional del Azulejo de Lisboa¡ª tiene entre sus objetivos experimentar nuevas formas de grabado hasta desarrollar una t¨¦cnica original.
Los cuadros de Maxime Biou hablan a trav¨¦s de un silencio aterrador de la crisis migratoria, que tiene Espa?a como eje central. El pintor ¡ªtan espont¨¢neo que le resulta imposible explicar con palabras su proyecto¡ª reproduce los cuerpos de los migrantes que llegan sin vida a las costas espa?olas, envueltos en mantas blancas y sin apenas ense?ar los rostros de las v¨ªctimas de la guerra y la pobreza.
Dudar y equivocarse
Casi nunca el proceso art¨ªstico avanza sin problemas. Con la pausa de Navidad a la puerta de la esquina ¡ªy a pocas semanas de montar una exposici¨®n sobre el estudio de sus trabajos en la galer¨ªa parisiense Loo & Lou¡ª, los artistas reflexionan sobre la vuelta de tuerca que han tomado sus proyectos despu¨¦s de solo tres meses del comienzo de la beca. Chlo¨¦ Belloc lleg¨® a Espa?a con una idea bien clara: realizar un cortometraje sobre las brujas de Galicia, las mujeres sanadoras que tienen una conexi¨®n con el mundo vegetal. ¡°Es un tema que me apasiona porque mi abuela ten¨ªa este don, y muri¨® sin haber tenido la posibilidad de transmitir sus saberes¡±, cuenta la cineasta. Sin embargo, la investigaci¨®n en el norte del pa¨ªs ha sido tan prolija que decidi¨® pasar del corto al largometraje, y de dedicar este a?o a la escritura y preproducci¨®n de la pel¨ªcula.
Eve Malherbe se encuentra en una situaci¨®n a las ant¨ªpodas. Durante sus meses en la Casa de Vel¨¢zquez quer¨ªa centrar su atenci¨®n en un motivo ya recurrente en su obra, el del pliegue: ¡°Vine con la idea de estudiar los drapeados del barroco espa?ol del Siglo de Oro, en las obras de El Greco, Ribera, Zurbar¨¢n¡±. A la hora de investigar, se encontr¨® con una escasez de publicaciones sobre los materiales que estos pintores utilizaban en sus cuadros. ¡°Dicen que El Greco se invent¨® los tejidos, pero yo pinto drapeados, s¨¦ que es imposible¡±, afirma entre risas. Por el momento, decidi¨® dejar al lado el estudio te¨®rico y concentrarse en nuevas t¨¦cnicas, como el dibujo con p¨®lvora.

¡°Quien de verdad sabe lo que significa trabajar en un proyecto de investigaci¨®n, no puede no estar de acuerdo en que dudar y equivocarse es fundamental para avanzar¡±, opina la valenciana Mery Sales, una de los dos artistas que cuentan con una beca de dos instituciones espa?olas. Pintalabios, pendientes y mono de trabajo rojo: es este el color indiscutible de su arte, que ya la acompa?¨® en sus trabajos anteriores al entrar en la Casa de Vel¨¢zquez. Intenta explotarlo en todas sus formas, analizando al detalle las manchas de pintura en su ropa de trabajo, que llega a quitarse y ofrecer a los sujetos que retrata.
Inmersi¨®n total
Cada uno de los residentes de la Casa de Vel¨¢zquez tiene a su disposici¨®n un amplio apartamento donde vivir y trabajar al mismo tiempo. Aunque los estudios parecen todos iguales, en realidad la ¨²nica constante es una gran pared de vidrio, una fuente preciosa de luz natural para los artistas. Cada d¨²plex tiene la clara huella de las personalidades de los artistas que los habitan, adem¨¢s de los atrezos t¨ªpicos del oficio. Para la sevillana Carmen Ayala es la primera vez que trabaja y vive en el mismo espacio: ¡°En el futuro intentar¨¦ separarlo. Estoy viendo mis cuadros todo el tiempo, incluso mientras estoy cocinando. Me parece que no es lo m¨¢s sano¡±.

Reconoce, sin embargo, que es una panacea para los ritmos de trabajo. Su proyecto, ?Qu¨¦ quiere Conchita?, tiene mucho que ver con sus inquietudes biogr¨¢ficas. ¡°Conchita se le llamaba a las mujeres espa?olas que trabajaban en Francia en el servicio dom¨¦stico entre los a?os setenta y setenta. Son las mujeres que viv¨ªan en las habitaciones de los ¨²ltimos pisos, donde yo misma viv¨ªa cuando estaba en Par¨ªs¡±, relata. En la Casa de Vel¨¢zquez le gustar¨ªa tratar este tema en relaci¨®n con la actualidad, ya que Espa?a es uno de los pa¨ªses europeos donde m¨¢s existe un servicio dom¨¦stico interno. En la pared, se puede observar el primer cuadro que realiz¨® durante la residencia: una mujer que se quita el traje de sevillana para ponerse el de limpiadora dom¨¦stica. ¡°O al rev¨¦s. Est¨¢ all¨ª, entre varios mundos¡±.
Pablo P¨¦rez ha decidido aprovechar al m¨¢ximo la posibilidad de sumergirse no solo en su arte, sino en el de todos los dem¨¢s residentes. ¡°Te pasas de taller en taller, encuentras a gente en la biblioteca investigando¡ y descubres que tienes muchas cosas en com¨²n con los otros artistas, nos ayudamos mucho¡±, comenta el zaragozano. El continuo intercambio de visiones es fundamental para el desarrollo de su proyecto, que intenta describir la manera en la cual el individuo est¨¢ degenerando en un ¡°yo hiperautorreferencial¡±.
Sensibilidad investigativa
La Casa de Vel¨¢zquez es sin lugar a dudas un espacio m¨¢gico, con sus vistas sobre la sierra de Guadarrama y los jardines con patios y fuentes. No por eso, los artistas que la habitan suelen quedarse parados. Alberto Mart¨ªn est¨¢ trabajando durante las ¨²ltimas semanas, antes de las vacaciones, en Extremadura, donde est¨¢ grabando Antier noche, el relato de cuatro j¨®venes que viven en un mundo rural donde todav¨ªa se resiste la caza de liebre con galgos.

Las historias de la Espa?a m¨¢s agreste no han dejado indiferente tampoco a la fot¨®grafa Lise Gaudaire. Con su c¨¢mara de placas relata el pausado rumbo de la vida de los cultivadores de aguacates en la comarca malague?a de la Axarqu¨ªa. La francesa, en b¨²squeda constante del oasis, observa c¨®mo el hombre ha transformado el paisaje natural. ¡°Estoy explorando algo diferente a los paisajes de mi pa¨ªs, una realidad que no conozco. Me da igual terminar este a?o y no tener respuestas, lo que quiero de verdad es hacer preguntas¡±, aclara.
La barcelonesa Anna L¨®pez conoce bien el contexto social y econ¨®mico de su pa¨ªs, y ha decidido realizar una instalaci¨®n visual que hable de un colectivo de mujeres que est¨¢n trabajando con contratos precarios. ¡°Me gusta contar la realidad a trav¨¦s de testimonios, pero no de especialistas, sino de las mismas personas que viven estas situaciones de primera mano¡±, razona la cineasta, que en paralelo est¨¢ rodando una pel¨ªcula sobre las mujeres mineras en Asturias.
Las melod¨ªas de la Casa de Vel¨¢zquez
Entre los residentes de este año se encuentran incluso dos compositores musicales. Julian Lembke, alemán, decidió enfrentarse con el reto de poner música a Así que pasen cinco años, una de las obras de Federico García Lorca que, contrariamente a muchas otras, no ha despertado el interés de los compositores. En sus meses en la residencia, Lembke se lanza tras los pasos del poeta andaluz para dar vida a una ópera de cámara inspirada en una de las obras más surrealistas de Lorca.
Las arquitecturas árabes guían el trabajo del francés Benjamin Attahir, que a través del encuentro del Maristán de Granada comprende el célebre hospital psiquiátrico Bîmârstân Al-Arghoun de Alepo, bombardeado durante el verano de 2013. Analizando los pasillos, las salas hexagonales y las fuentes de los jardines quiere edificar una forma musical que es un reflejo de las disposición arquitectónica.
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