Margaret Chen, la china m¨¢s influyente de Espa?a
La empresaria ha sido elegida por una publicaci¨®n avalada por el Gobierno chino como una de las 100 personas con m¨¢s impacto en el exterior. Es una inmigrante con una historia de ¨¦xito poco conocida por el gran p¨²blico espa?ol
Margaret Chen viste una chaqueta rojo fuego mientras habla por videoconferencia con China desde su casa en el barrio burgu¨¦s de Chamber¨ª, en Madrid. Sus interlocutores no lo ven en pantalla pero bajo la mesa de su amplio despacho tiene enfundadas sus zapatillas de deporte. Entre llamada y llamada, ella se monta en la bicicleta el¨ªptica que ha colocado junto a su escritorio para hacer una pausa tras manejar el destino de inversiones millonarias. Esta inmigrante de 59 a?os, menuda, elegante y risue?a, lleva casi tres d¨¦cadas instalada en Espa?a, donde se ha labrado una extraordinaria carrera de ¨¦xito empresarial. A diario hace de puente entre dos mundos separados por una enorme barrera ling¨¹¨ªstica y cultural. En su ordenador aparecen del lado chino las caras de inversores con gruesas chequeras que necesitan a un interlocutor de confianza conocedor del mercado y las leyes espa?olas. Del otro lado figuran empresarios del sector tur¨ªstico, sanitario o energ¨¦tico deseosos de recibir parte del man¨¢.
Su despacho est¨¢ decorado con fotos de ella junto a l¨ªderes de China y Espa?a. Si descuelga uno de sus cinco tel¨¦fonos m¨®viles puede conectar r¨¢pidamente con gente que hace que sucedan cosas. Pero es una persona discreta, apenas conocida por el gran p¨²blico. Tiene poco m¨¢s de un centenar de seguidores en Twitter y no usa Instagram ni TikTok. No son las cifras de una influencer, pero ella acaba de ser designada como tal ni m¨¢s ni menos que por una publicaci¨®n avalada por las autoridades chinas. La editorial China International Humanity Press, en cuyo consejo se sientan altos miembros del Congreso Nacional, la ha seleccionado entre los chinos que m¨¢s influencia han tenido en el exterior en 2021. En el libro, llamado Modelos de poder, los 100 chinos m¨¢s influyentes, aparece Chen junto a personalidades como el due?o de Huawei, Ren Zhengfei; el principal asesor del Gobierno chino para el coronavirus, Zhong Nanshan; o el multimillonario Cao Dewang, due?o de la f¨¢brica de cristal en torno a la cual gira el documental de Netflix American Factory, producido por los Obama. Del grupo de 100 personalidades, ella es la ¨²nica que reside en Espa?a. Treinta son mujeres.
La publicaci¨®n destaca en t¨¦rminos muy elogiosos los logros de Chen en la sociedad espa?ola: su crucial contribuci¨®n al aterrizaje y expansi¨®n en China de la teleco espa?ola Telef¨®nica entre 2004 y 2013, as¨ª como su dedicaci¨®n actual a su consultora de inversiones, Optimus Horizon, y a la asociaci¨®n para profesionales chinos China Club Spain, fundada por ella en 2010.
¡°El mundo est¨¢ inmerso en un profundo cambio¡±, dice Chen en un segmento del cap¨ªtulo dedicado a ella, ¡°el ascenso de China est¨¢ cambiando el curso de la historia y los chinos de ultramar tienen una misi¨®n importante a la hora de hacer valer la posici¨®n de su pa¨ªs¡±.
Chen se mueve con la clase de una ¡°primera dama china en Espa?a¡±, un apodo que a veces le han puesto y que le queda como un guante. Atiende a este peri¨®dico en casa, donde trabaja a la espera de mudarse en cuesti¨®n de d¨ªas a un nuevo espacio en Paseo de Recoletos, 5, con vistas a Cibeles. Hasta hace poco operaba cerca del Bernab¨¦u. El nuevo lugar de trabajo le conviene porque cuando recibe visitas de chinos les lleva de paseo por el Madrid m¨¢s antiguo. ¡°China quiere ver la vieja Europa de palacetes elegantes. Los edificios nuevos de cristales no les impresionan¡±, explica.
La llamada que cambi¨® su vida
La historia de c¨®mo Chen lleg¨® a ser tan influyente tiene un episodio fundamental al comienzo del verano de 2004. Una ma?ana, trabajando como era habitual en su oficina de Telef¨®nica en Madrid, en la plaza de Cuzco, recibi¨® una llamada para que se presentara al d¨ªa siguiente sin falta en la sede de la compa?¨ªa, en la Gran V¨ªa. La c¨²pula le reclamaba para un asunto urgente.
Ella llevaba ocho a?os liderando proyectos de innovaci¨®n en la empresa. Hab¨ªa llegado a Espa?a de la mano de su marido, el espa?ol Javier Pisa, a quien conoci¨® en EE UU en los ochenta, cuando ambos estudiaban ingenier¨ªa en la Tennessee Technological University. Hab¨ªa alcanzado una prosperidad que era solo un sue?o durante su infancia y adolescencia en la pobre china mao¨ªsta, cuando fue campeona nacional de nataci¨®n y una alumna aplicada que m¨¢s tarde conseguir¨ªa becas para estudiar en EE UU. Por esas alturas ella estaba pensando en irse de la compa?¨ªa para ganar m¨¢s en el prometedor sector de la exportaci¨®n e importaci¨®n entre ambos pa¨ªses.
Entonces son¨® su tel¨¦fono.
-Oye Margaret, ?t¨² hablas chino, verdad?
-S¨ª, ?por qu¨¦?
Era Esperanza Fern¨¢ndez-Mayoralas, asistente del presidente de la compa?¨ªa, C¨¦sar Alierta. Ambas no se conoc¨ªan en persona.
-Es que estamos buscando a una traductora de chino.
-No me insultes porque yo soy ingeniera.
A Chen parec¨ªa que le propon¨ªan bajar de rango. Pero Fern¨¢ndez-Mayoralas le aclar¨® de inmediato que necesitaban a un chinoparlante que acompa?ara a los jefes a un viaje la semana siguiente a China con la misi¨®n de explorar la entrada de Telef¨®nica en ese nuevo mercado tan lucrativo. China acababa de abrir sus puertas a compa?¨ªas de telecomunicaciones extranjeras y varios competidores, Vodafone y France T¨¦l¨¦com, se estaban moviendo muy r¨¢pido. Hab¨ªa que actuar sin demoras y ten¨ªan un inconveniente may¨²sculo. No encontraban en toda Espa?a a un traductor de chino que conociera el l¨¦xico y las complejidades t¨¦cnicas del sector. Fern¨¢ndez-Mayoralas decidi¨® buscar dentro de la propia empresa, que entonces ten¨ªa una plantilla mastod¨®ntica de 173.000 empleados. Recursos Humanos le inform¨® de que la persona id¨®nea se llamaba Margaret Chen.
A Chen le esperaba en las alturas de la sede de Gran V¨ªa el consejero Luis Lada. Ella estaba sudando, nerviosa no tanto porque le intimidara el poder, sino porque nunca hab¨ªa hecho de traductora y tem¨ªa meter la pata. La reuni¨®n fue breve. ?l vio que Chen reun¨ªa lo que buscaban y le dijo: ¡°Haz las maletas que nos vamos¡±.
A la semana siguiente se estaba montando en el aeropuerto de Torrej¨®n en uno de los aviones privados de la compa?¨ªa. Viaj¨® con cuatro altos ejecutivos de la empresa: Alierta y Lada, y otros dos hombres que liderar¨ªan a?os m¨¢s tarde Telef¨®nica, Julio Linares y Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez-Pallete. Era una misi¨®n de exploraci¨®n, una aventura de dos semanas con la meta de conocer el nuevo mercado. Se entrevistaron con ministros, empresarios de telecomunicaciones, escuelas de negocios...
Chen fue crucial para que la delegaci¨®n espa?ola inspirara confianza a sus interlocutores chinos porque asombrosamente, cuenta ella, Telef¨®nica era una absoluta desconocida. ¡°Nadie sab¨ªa de d¨®nde sal¨ªamos a pesar de ser la empresa de telecomunicaciones n¨²mero tres del mundo¡±, recuerda. ¡°No est¨¢bamos en sus listas de qui¨¦n es qui¨¦n¡±. Por fortuna hubo qu¨ªmica porque a los chinos les atra¨ªa el argumento de que Telef¨®nica les permitir¨ªa entrar en el mercado latinoamericano.
Los cuatro ejecutivos volvieron a Madrid animados por las oportunidades de negocio en China y deslumbrados por el saber estar y la resoluci¨®n de Chen. Llamaron uno por uno al jefe directo de Chen, Eliseo S¨¢nchez Trasobares, entonces director ejecutivo de Telef¨®nica Soluciones. ¡°Vinieron todos enamorados de ella. Y de inmediato me la quitaron, cosa que lejos de molestarme me complace enormemente¡±, cuenta ¨¦l por tel¨¦fono, hoy ya jubilado.
Telef¨®nica puso a Chen al frente de su nueva oficina en Beijing a principios de 2005. La compa?¨ªa espa?ola adquiri¨® el 5% de una de las principales telecos del pa¨ªs, China Netcom Corp. La relaci¨®n con las autoridades chinas era tan fluida que en noviembre de 2005, el presidente chino Hu Jintao visit¨® una sede de Telef¨®nica en Aravaca, Madrid, durante una visita de Estado a Espa?a. En las fotos del evento aparece Chen detr¨¢s del l¨ªder chino.
En muchas fotos de aquella ¨¦poca Chen es la ¨²nica mujer. Por ejemplo en una de septiembre de 2007 aparece ella junto a 35 hombres en un posado de los consejeros de Telef¨®nica y China Netcom Corp. ¡°Telef¨®nica era as¨ª. No hab¨ªa mujeres en lo alto, ni tampoco mujeres ingenieras¡±, dice ella. (El balance de g¨¦nero se ha equiparado algo: Hoy en el consejo de administraci¨®n de 17 miembros se sientan cinco mujeres).
En los a?os siguientes, Telef¨®nica invertir¨ªa m¨¢s de 2.500 millones de euros en China, controlando casi un 10% de China Unicom, la segunda operadora de m¨®viles del pa¨ªs. A¨²n hoy, Telef¨®nica mantiene en esa corporaci¨®n una peque?a participaci¨®n accionarial del 0,6% y una alianza estrat¨¦gica.
Chen dej¨® Telef¨®nica en 2013 para volar sola. Ahora, como entonces, sigue haciendo de enlace entre ambos pa¨ªses. Espa?a podr¨ªa recibir mucho m¨¢s dinero chino si los pol¨ªticos nacionales mostraran m¨¢s inter¨¦s, dice ella: ¡°Espa?a est¨¢ virgen¡±. Y para explicarlo saca uno de sus cinco tel¨¦fonos, un iPhone estadounidense (Tambi¨¦n tiene otros de las marcas chinas Huawei, Xiaomi y Vivo). Muestra en la pantalla un gr¨¢fico que us¨® hace unos d¨ªas en una charla a universitarios de la CEU San Pablo. Son los datos de inversi¨®n china en diversos pa¨ªses entre 2005 y 2021 y Espa?a aparece por detr¨¢s de Portugal, Ecuador, Serbia, Italia o Francia. Puede que todo se acelere ahora tras la pandemia, que ha supuesto un frenazo a muchos planes. ¡°No paran de llamarme inversores¡±, cuenta. ¡°Cada d¨ªa tengo nuevos proyectos¡±.
Su ¨¦xito como inmigrante en la Espa?a de los 90 y 2000 fue posible gracias al apoyo de un c¨®nyuge oriundo de Espa?a, cuenta ella. Como otros compatriotas, lleg¨® sin saber ni una palabra de espa?ol y sufri¨® un enorme choque cultural. Le cost¨® encontrar trabajo a pesar de su curr¨ªculum excelente. Su marido, Javier Pisa, un destacado profesional de la multinacional espa?ola de la ingenier¨ªa T¨¦cnicas Reunidas, fue su sost¨¦n: ¡°Todo lo que he aprendido es gracias a ¨¦l¡±. Con ¨¦l tiene una hija de 27 a?os nacida en Espa?a, Elena Pisa Chen, que reside en Reino Unido, donde ha estudiado un doctorado de ingenier¨ªa bioqu¨ªmica en la Universidad de Cambridge.
Sin el ascenso chino, Chen cree que tampoco hubiera llegado tan alto, tan r¨¢pido: ¡°Siempre lo digo. He tenido mucha suerte. China est¨¢ subiendo y sin la importancia que ha adquirido yo no ser¨ªa tan importante¡±.
Pero es obvio que cuando lleg¨® la oportunidad de su vida, ella estaba preparada y supo reaccionar. Y eso tambi¨¦n lo sabe. ¡°Hay gente muy preparada a la que nunca le llega una gran oportunidad, pero no todo es suerte¡±, dice y se acuerda de una antigua p¨ªldora de sabidur¨ªa china. Busca y la encuentra en Internet. Es una frase de seis ideogramas ÌìʱµØÀûÈËºÍ muy parecida a la tan utilizada expresi¨®n espa?ola ¡°estar en el momento justo en el lugar adecuado¡±. Pero en chino la clave del ¨¦xito incluye tres ingredientes: el momento, el lugar y la persona correctas.
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