M¨¢s de 100.000 madrile?os no reciben atenci¨®n de su m¨¦dico de cabecera
Las bajas de facultativos sin suplir afectaron a m¨¢s de 220.000 personas en 2021
Puede que en cada cita toque un m¨¦dico nuevo. Y que en cada visita se empiece a contar el mismo problema de siempre desde cero. Siempre con el tic-tac del reloj marcando los tiempos. M¨¢s de 220.000 madrile?os acudieron en alg¨²n momento de 2021 a su centro de salud sin que les atendiera el m¨¦dico de familia o pediatra que ten¨ªan asignado, por estar de baja, ni tampoco un suplente fijo, que conociera su historial sanitario, seg¨²n un documento oficial al que accedi¨® EL PA?S. Esas ausencias sin suplir adecuadamente por parte de la Administraci¨®n, que la Consejer¨ªa de Sanidad cifra en 108.056 para el arranque de 2022, dificultan que se cumpla uno de los principios clave de la Atenci¨®n Primaria, seg¨²n denuncian los profesionales: tratar la enfermedad teniendo en cuenta la biograf¨ªa sanitaria del paciente. As¨ª, esos ciudadanos viven con la inc¨®gnita de qu¨¦ facultativo les tocar¨¢ en la pr¨®xima cita.
¡°Lo que muestran estos datos son falta de respeto hacia el paciente y sus m¨¦dicos, y falta de previsi¨®n. ?Por qu¨¦ est¨¢n esas plazas sin cubrir y sin suplente? ?Se han jubilado los titulares? Es desesperante, porque es mala gesti¨®n¡±, lamenta el profesor em¨¦rito del departamento de Salud Internacional de la Escuela Nacional de Sanidad, exdiputado auton¨®mico del PSOE y exconsejero de Sanidad del Pa¨ªs Vasco, Jos¨¦ Manuel Freire. ¡°En lugar de favorecer la continuidad los m¨¦dicos de familia en la atenci¨®n a su poblaci¨®n, se organizan concursos de traslados de facultativos a otros centros que en el ¨²ltimo caso afecta a casi un mill¨®n de ciudadanos. ?Es una falta de respeto!¡±, insiste. Y ejemplifica: ¡°El conocimiento de la biograf¨ªa de la salud de un paciente, y de su entorno, es clave, y una de las caracter¨ªsticas de la buena atenci¨®n primaria. Su m¨¦dico sabe la historia de un ni?o con asma, pero no uno nuevo que encima va con prisas y solo pueden escuchar una parte de su historia. Si su m¨¦dico es el de siempre, sabe tambi¨¦n el historial m¨¦dico de la familia y si puede haber relaci¨®n entre ambas, y reacciona de una manera distinta¡±.
¡°Esto demuestra que las colas en los centros de salud no son porque no quieran trabajar los profesionales, cuelguen el tel¨¦fono o desaparezcan de repente, como dice la presidenta, sino porque no son capaces ni de sustituir las ausencias¡±, ampl¨ªa la diputada de IU integrada en el grupo parlamentario de Podemos en la Asamblea, Vanesa Lillo, que pregunta habitualmente al Ejecutivo por estos datos. ¡°Es la precariedad la que expulsa a los profesionales fuera de Madrid¡±.
El Gobierno de la Comunidad no niega el problema, pero lo minimiza subrayando que afecta al 1,6% de la poblaci¨®n regional, y se defiende con el argumento de que no es una dificultad espec¨ªfica de Madrid, sino com¨²n a todo el sistema sanitario espa?ol. As¨ª, en 2018, el ¨²ltimo estudio demogr¨¢fico de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial (OMC) alertaba del ¡°d¨¦ficit estructural de las plantillas de m¨¦dicos de familia y pediatras de AP [Atenci¨®n Primaria]¡± en todo el territorio nacional y del empeoramiento que se iba a producir en esos n¨²meros ¡°a consecuencia de la jubilaci¨®n de miles de profesionales y la escasa oferta de plazas MIR¡±.
¡°Existe una situaci¨®n generalizada de falta de m¨¦dicos y pediatras que no afecta s¨®lo a la Comunidad de Madrid, sino al conjunto del Sistema Nacional de Salud, lo que en casos puntuales dificulta la cobertura de las bajas o ausencias de los profesionales¡±, expone un portavoz gubernamental. ¡°No obstante, todos los ciudadanos residentes de la regi¨®n disponen de atenci¨®n por parte de un m¨¦dico de familia o pediatra y una enfermera, bien por el que se le asigna por tarjeta sanitaria, o bien por suplencias o reorganizaciones que se realizan para garantizar la calidad asistencial cuando falta un profesional¡±, a?ade.
En 2021, los profesionales que se dieron de baja durante m¨¢s de tres meses, y luego se reincorporaron a su puesto de trabajo, estuvieron de media cinco meses y medio sin ver a sus pacientes (165 d¨ªas). Si se tiene en cuenta a los que ya estaban de baja el a?o pasado, o se fueron entonces, y que no han retornado a trabajar, los datos se disparan: 14,6 meses de media de ausencia, para 438 d¨ªas. En total, son casi 190 bajas que se concentran m¨¢s al sur de la capital y de la regi¨®n que al norte y que, al no ser compensadas con un sustituto fijo, dificultan la atenci¨®n a los pacientes.
¡°Conocemos la historia del paciente, su historial m¨¦dico, su entorno familiar y social¡ y muchas veces cuando entran ya sabemos qu¨¦ le puede pasar¡±, describe su trabajo la m¨¦dico de familia y presidenta del sector de Atenci¨®n Primaria Amyts, Mar¨ªa Justicia. ¡°El problema es que la gran mayor¨ªa estamos muy saturados, tenemos una excesiva presi¨®n asistencial, llegamos a ver al d¨ªa 50, 70, 90 pacientes¡ cuando lo ideal ser¨ªa no pasar de 30¡å, lamenta. ¡°Y esto ha aumentado con la covid, pero los problemas ya los ve¨ªamos arrastrando de antes, porque falta tiempo y faltan m¨¦dicos¡±, a?ade. ¡°La situaci¨®n en atenci¨®n primaria es realmente mala, muchos no pueden m¨¢s y lo han dejado por depresi¨®n o crisis de identidad profesional¡±.
El trabajo, la saturaci¨®n, la falta de especialistas y la pandemia han ocasionado, cuenta Justicia, una ola de bajas por depresi¨®n y ansiedad anticipatoria que se vio reflejada en una reciente encuesta del sindicato entre los profesionales del sector con un resultado demoledor: m¨¢s del 50% de los doctores de atenci¨®n primaria tomar¨ªa psicof¨¢rmacos para pasar consulta.
Antonio Cabrera tambi¨¦n es m¨¦dico de atenci¨®n primaria, en su caso de un centro de salud de Ciudad Lineal, y reclama sobre todo ¡°tiempo¡±. Es el bien m¨¢s preciado entre los doctores porque de ¨¦l depende que los pacientes tengan ¡°una atenci¨®n personalizada y de calidad¡±.
¡°Tengo compa?eros que les toca atender a personas por tel¨¦fono, sin conocerles de nada y sin saber nada de su situaci¨®n o de su entorno. As¨ª es imposible¡±, lamenta. Para empezar, porque de esa manera, sin saber qu¨¦ vida ha llevado o lleva un enfermo y cu¨¢l es su historial m¨¦dico ¡°muchas veces tiendes a recetar medicamentos que no son siempre necesarios¡±. Y eso, a?ade, implica adem¨¢s ¡°m¨¢s gastos al sistema, porque se realizan m¨¢s pruebas diagn¨®sticas, se utilizan m¨¢s recursos y muchos pacientes acaban acudiendo a urgencias cuando con un m¨¦dico de atenci¨®n primaria que ha atendido desde el principio lo puedes evitar¡±.
Mientras, 108.056 madrile?os acuden al m¨¦dico sin saber con qui¨¦n hablar¨¢n, porque su m¨¦dico no est¨¢ ni su plaza tiene asignada un sustituto permanente. La Administraci¨®n lo llama ¡°ausencias de larga duraci¨®n no cubiertas¡±. Para los pacientes es otra cosa: un problema.
"Madrid es la comunidad que menos paga"
Algo pasa en la atención primaria madrileña que no es nuevo. La Consejería de Sanidad lo admite, aunque asegura que un problema general, y asegura que para paliarlo va a poner en marcha un Plan de Mejora Integral, con una dotación de 200 millones, que va a servir para crear 1.200 plazas más.
Pero los especialistas en la materia niegan que esa sea la solución. Al menos la única. María Justicia, presidenta del sector de Atención Primaria de Amyts, apunta a un déficit estructural que el sistema lleva arrastrando una década: faltan 1.400 plazas de médicos de familia más 350 en pediatría. A eso, dice Justicia, se le suman las 1.250 personas que están a punto de jubilarse, por lo que “el plan de la Administración es completamente insuficiente”. A pesar de eso, los sindicatos de médicos como Amyts creen que el foco hay que ponerlo en otros frentes, como conseguir que los médicos no se quieran ir a otro país, donde se sienten mejor remunerados y donde, sobre todo, tienen el tiempo suficiente para realizar bien su trabajo, para investigar y para disfrutar atendiendo a sus pacientes en su día a día. “Y dentro de España, Madrid es la comunidad que menos paga. La diferencia tampoco es mucha, pero el nivel de vida aquí es más alto, por lo que una mayoría tiende a irse. Da igual que abras muchas plazas de MIR, si luego todos se te van no sirve de nada”, apunta Justicia.
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