La sexta ola desborda la capacidad del sistema para medir los casos diarios de covid
La incidencia acumulada baja por segundo d¨ªa consecutivo, pero la inexactitud de los datos no permite todav¨ªa afirmar que se ha alcanzado el pico
La l¨ªnea que dibuja la sexta ola de la pandemia en Espa?a se nutre de datos incompletos, tard¨ªos y heterog¨¦neos en funci¨®n de cada comunidad aut¨®noma. Es el term¨®metro diario para seguir la evoluci¨®n de los contagios, pero no da la temperatura exacta, sino m¨¢s bien una aproximaci¨®n que los expertos no se atreven a leer a pies juntillas. Por este motivo, aunque todo indica que se est¨¢ superando el pico de esta onda tras dos d¨ªas seguidos de ca¨ªda de la incidencia acumulada (3.286 casos por 100.000 habitantes el mi¨¦rcoles), es dif¨ªcil se?alar todav¨ªa si este giro de la curva es definitivo o si puede quedar en el camino alg¨²n repunte.
¡°Es imposible llegar a todos los casos, porque ning¨²n sistema intensivo alcanza para medir esta explosi¨®n¡±, dice Pedro Gull¨®n, de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa. Quiz¨¢s sea la ¨²ltima ola en la que se contabilizan los datos de forma exhaustiva. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, confirm¨® que el plan es poner en marcha un modelo distinto tras esta sexta onda despu¨¦s de que EL PA?S adelantase que el ministerio y las comunidades aut¨®nomas ultiman un sistema para pasar a una vigilancia m¨¢s parecida a la de la gripe.
El debate entre quienes piensan que es muy temprano y los que creen que el cambio deber¨ªa producirse ya ha llegado a las sociedades m¨¦dicas. Lo que tienen todas claro es que, tal y como est¨¢ dise?ado, este modelo ha saturado la atenci¨®n primaria, que no es capaz de atender a todos los que lo solicitan.
Adri¨¢n Aginagalde, coordinador de Salud P¨²blica de la Academia de Ciencias M¨¦dicas de Bilbao, explica que el modelo exige testar a todos los casos, lo que lo convierte en un modelo ¡°robusto pero r¨ªgido ante cambios bruscos¡±, como durante la primera ola o el momento actual.
La contabilidad de los casos salt¨® por los aires poco antes de las Navidades. Sin una incidencia acumulada exagerada, la sensaci¨®n de muchos ciudadanos era por entonces que hab¨ªa m¨¢s contagios que nunca. Y llevaban raz¨®n. Pero el sistema comenzaba a colapsar y las personas con s¨ªntomas recurr¨ªan a pruebas de farmacia que no hab¨ªa forma de contabilizar en los informes oficiales, en caso de que los interesados se tomaran la molestia de reportarlos.
Eso no ha impedido que el sistema haya sido capaz de contabilizar m¨¢s de 3.300 diagn¨®sticos por cada 100.000 habitantes en 14 d¨ªas, con m¨¢s de 100.000 casos muchos d¨ªas (157.941 el mi¨¦rcoles). Cifras, en todo caso, que se quedan muy cortas con respecto a la realidad de la transmisi¨®n.
En Andaluc¨ªa, la comunidad con menor incidencia acumulada, el propio delegado de Salud de la provincia de M¨¢laga, Carlos Bautista, reconoci¨® esta misma semana que los datos reales ser¨ªan seguramente el doble o el triple de los que se reportan. No es casualidad que Andaluc¨ªa sea una de las autonom¨ªas con menos casos: es tambi¨¦n una de las que no reportan los test de autodiagn¨®stico caseros al Ministerio de Sanidad, con lo cual no aparecen en las estad¨ªsticas oficiales. Tampoco lo hacen Murcia, Madrid, Baleares, Castilla y Le¨®n o la Comunidad Valenciana. Pa¨ªs Vasco, que los notificaba, ha dejado de hacerlo esta semana. En una de las que s¨ª los reporta, Arag¨®n, pr¨¢cticamente de la mitad de los diagn¨®sticos que se notifican se corresponden con autotest.
Desde el pasado 30 de diciembre Sanidad pide contabilizar oficialmente los test caseros: ¡°Los resultados de los autotest, en situaciones en las que las comunidades aut¨®nomas no puedan garantizar la confirmaci¨®n en tiempo por PDIA [Prueba Diagn¨®stica de Infecci¨®n Activa], y que, por tanto, se manejen como casos de covid se considerar¨¢n confirmados, se integrar¨¢n en el sistema de vigilancia y en la notificaci¨®n habitual¡±. La ministra de Sanidad ha recordado este mi¨¦rcoles a las comunidades que deben reportar estos diagn¨®sticos, tanto para a?adirlos a los informes como para que pasen a la historia cl¨ªnica de los pacientes. ¡°Al menos mientras sigamos con este sistema de vigilancia¡±, ha puntualizado.
Aun en el caso de que todas las comunidades reportaran estos test, la foto que aporta la incidencia distar¨ªa de ser exacta. Nunca lo es. Aunque se aproximan a la realidad siempre hay un porcentaje de casos invisible para el sistema, una porci¨®n que aumenta a medida que el sistema est¨¢ m¨¢s saturado. Y los que se contabilizan llegan tarde por los retrasos en la atenci¨®n primaria para hacer las pruebas.
La falta de capacidad para medir exhaustivamente los casos repercute en que por ejemplo sea m¨¢s complicado medir la letalidad del virus (el porcentaje de personas infectadas que mueren). Pero, desde el punto de vista de la vigilancia epidemiol¨®gica, es ¡°un problema menor¡±, en palabras de Fernando Rodr¨ªguez Artalejo, catedr¨¢tico de Salud P¨²blica de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
¡°Disponemos de muchos indicadores que complementan. Ninguno es perfecto¡±, explica Artalejo. ¡°El problema es darle excesivo valor a la tasa de infecci¨®n y adem¨¢s calcularlo d¨ªa a d¨ªa. Ahora se le da porque son muy llamativos, pero ha ido perdiendo relevancia porque la mayor¨ªa son leves. Para medir tendencias podemos ver las tasas semanales y atender a las comunidades que hacen m¨¢s pruebas o a determinadas franjas de edad, como los mayores, donde el seguimiento suele ser m¨¢s riguroso¡±, a?ade el catedr¨¢tico.
Seg¨²n Aginagalde, la incidencia de m¨¢s de 65 a?os, el n¨²mero de casos sospechosos, casos graves hospitalizados y UCI constituyen los indicadores principales de la vigilancia. ¡°?Es suficiente? Si tomamos de referencia la vigilancia de infecciones respiratorias que exist¨ªan hasta la covid-19, y los sistemas que adicionales que han surgido es suficiente para tener una imagen a tiempo real para la acci¨®n¡±, sostiene.
Y, ?qu¨¦ est¨¢ pasando en los hospitales? La subida de los ingresos tambi¨¦n ha perdido fuerza, aunque contin¨²a. Y las UCI comienzan a mostrar signos de ca¨ªda, una din¨¢mica ya se ha visto en pa¨ªses como Reino Unido y Dinamarca, donde se han estabilizado a pesar de que la ola de casos segu¨ªan creciendo. Esto es contraintuitivo: siempre ha sido el ¨²ltimo indicador en bajar, tras los casos y los ingresos en planta.
Clara Prats, investigadora en Biolog¨ªa Computacional de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a (UPC), explica este fen¨®meno por el solapamiento de dos variantes en una misma ola. La delta parece causar m¨¢s gravedad y fue la primera en provocar la subida de los casos de UCI. Cuando fue relevada por la ¨®micron, m¨¢s leve, los ingresos se han mantenido estables por el enorme n¨²mero de infecciones, pero, aparentemente, sin la suficiente porci¨®n de enfermos cr¨ªticos como para que siga subiendo.
Lo que queda de sexta ola se seguir¨¢ midiendo como se pueda: con indicadores directos e indirectos. Luego habr¨¢ que evaluar, pero las autoridades sanitarias no le ven sentido a cambiar el sistema en mitad de la tormenta. Cuando pase habr¨¢ que estudiar c¨®mo se plantea la vigilancia. ¡°La intensiva no est¨¢ hecha para dibujar una curva bonita¡±, dice Pedro Gull¨®n. ¡°Con ella queremos aislar a todos los casos, y hasta hace poco, cuarentenar sus contactos. Hay una actitud cl¨ªnica diagnosticando al 100% de los infectados: se hace para cortar cadenas de transmisi¨®n¡±, explica.
La vigilancia centinela, como la de la gripe, consiste en que solo un peque?o porcentaje de m¨¦dicos reportan las infecciones. Y, a partir de ah¨ª, se hacen extrapolaciones. Bien hecho, puede ser incluso m¨¢s preciso que tratar de hacer test a todo el mundo. Pero, como dice Gull¨®n, una cosa es dibujar la curva y otra establecer qu¨¦ hay que hacer con los casos positivos. Eso habr¨¢ que determinarlo de cara a una posible s¨¦ptima ola.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.