La residencia de mayores de Vallecas que no quiere nadie
La Comunidad de Madrid lleva 15 a?os pagando lo mismo por la gesti¨®n del hogar Fundaci¨®n Reina Sof¨ªa. Mensajeros de la Paz intent¨® dejar su gesti¨®n. Tres empresas tambi¨¦n lo descartaron por la dificultad de dar un servicio de calidad
Muchas residencias de mayores se parecen unas a otras, como si hubieran sido fabricadas en serie. No es el caso de la residencia Fundaci¨®n Reina Sof¨ªa Alzh¨¦imer. Se trata de un hogar con mucho cach¨¦, quiz¨¢s el proyecto filantr¨®pico con m¨¢s renombre de la organizaci¨®n de la madre del Rey, quien le dio impulso hace dos d¨¦cadas. La Reina visit¨® parcelas en la ciudad de Madrid hasta escoger su ubicaci¨®n final en Vallecas. Ha aparecido innumerables veces en prensa desde que Sus Majestades lo inauguraron en 2007, obra del galardonado estudio de arquitectura Lamela. Adem¨¢s de ofrecer cama y cuidados a 154 personas con alzh¨¦imer, acoge un centro de investigaci¨®n contra esa enfermedad. A pesar de estas distinciones, 15 a?os despu¨¦s nadie del sector privado quiere hacerse cargo de esta residencia, entre ellos el famoso padre ?ngel, el sacerdote que ha intentado romper sin ¨¦xito el contrato que la Comunidad de Madrid adjudic¨® el a?o pasado a su asociaci¨®n. Antes, ya hubo al menos tres grandes empresas que dejaron ver su desinter¨¦s.
?La raz¨®n? La propietaria del centro, la Comunidad de Madrid, ofrece un precio demasiado bajo para que la gesti¨®n sea atractiva. Desde su pomposa inauguraci¨®n por los Reyes en 2007, la residencia ha sido gestionada por Clece, empresa del imperio de Florentino P¨¦rez dedicada a los cuidados, la limpieza y la hosteler¨ªa. El contrato preve¨ªa que la Comunidad pagara a Clece anualmente 4,4 millones de euros, incluido el 4% de IVA a cambio de que la empresa se ocupara de todos los costes del d¨ªa a d¨ªa. El precio se mantuvo durante 14 a?os tras un par de pr¨®rrogas. En total, 63,5 millones de euros.
Llegada la pandemia, la Comunidad propuso los nuevos t¨¦rminos para la renovaci¨®n y Clece respondi¨® que no estaba interesada. Los costes hab¨ªan subido, las exigencias tambi¨¦n (por ejemplo tres cuidadores extra), pero el precio que propon¨ªa pagar la Comunidad apenas se hab¨ªa movido.
Clece comunic¨® que no iba a presentarse a la renovaci¨®n porque cre¨ªa que no podr¨ªa prestar el servicio de acuerdo con sus est¨¢ndares de calidad, explica su director de Operaciones, Jes¨²s Nogales. ¡°A lo largo de 14 a?os se hab¨ªa producido un incremento de costes de un 35% debido fundamentalmente a las necesarias subidas salariales previstas en los convenios colectivos. Vimos que esto iba a causar un desequilibrio desfavorable para nosotros y decidimos no continuar. Avisamos con muchos meses de antelaci¨®n para que la Comunidad tuviese tiempo de gestionar la nueva licitaci¨®n¡±, agrega. ¡°Nos dio mucha pena pero con ese precio tan bajo no pod¨ªamos presentarnos¡±.
A finales de 2020, la Comunidad abri¨® plazo para un concurso que levant¨® ampollas en el sector de los cuidados. El presupuesto anual estimado por el Gobierno regional era de 4,8 millones de euros, un pago por la gesti¨®n que muchos consideraron irrisorio considerando los precios del mercado. Dos entidades, el sindicato Progreso y la patronal Asade, recurrieron. Asade, que representa a varios de los grandes grupos del sector de cuidados, cre¨ªa que el coste estimado por la Comunidad deb¨ªa ser incrementado en casi un 20%. Progreso, el representante mayoritario de los trabajadores, impugn¨® un contrato que consideraba indigno. ¡°Cuando vimos los pliegos nos echamos las manos a la cabeza¡±, dice su secretario general, Javier Blanco. ¡°Es imposible prestar el servicio con el dinero que ofrece la Comunidad. Lo que no nos explicamos es que hagan esto con una residencia top, que yo creo es la m¨¢s importante que tienen¡±.
No sirvi¨® de nada. El ¨®rgano de la Comunidad de Madrid que resuelve recursos contra los contratos, el Tribunal Administrativo de la Contrataci¨®n P¨²blica, desestim¨® las dos reclamaciones.
Los incidentes no acabaron ah¨ª. Se presentaron cuatro candidatos que fueron valorados por las mejoras que propusieron (hasta 51 puntos posibles) y por su oferta econ¨®mica (hasta 49 puntos). Ferrovial hizo una oferta tan escasa (4,4 millones al a?o) que fue expulsado por baja temeraria, un castigo legal para aquellos candidatos que hacen promesas que previsiblemente no podr¨¢n cumplir. La ganadora con 99 puntos, Sacyr Social, filial de residencias de la constructora Sacyr, rechaz¨® la adjudicaci¨®n. Un portavoz explica que la inflaci¨®n hab¨ªa subido m¨¢s de lo esperado entre noviembre de 2020, cuando mandaron su propuesta, y abril de 2021, cuando la retiraron. La segunda con 88 puntos, la multinacional francesa DomusVi, tambi¨¦n dio marcha atr¨¢s. Solo quedaban los ¨²ltimos con 72 puntos, el padre ?ngel y su asociaci¨®n Mensajeros de la Paz, que hab¨ªan propuesto un precio anual de 4,5 millones de euros (al ser una entidad social est¨¢ exentos del 4% de IVA, lo que supuso un peque?o ahorro para la Comunidad). El precio, 15 a?os despu¨¦s, segu¨ªa siendo pr¨¢cticamente el mismo que la Comunidad de Madrid empez¨® a pagar a Clece en 2007.
La asociaci¨®n del padre ?ngel gan¨® un contrato de casi 25 millones de euros hasta 2026. Parece una cifra suculenta pero hab¨ªan heredado una plantilla de 274 trabajadores. El contrato establece que debe haber a jornada completa 64 cuidadores (23 en turno de ma?ana, 22 de tarde y 9 de noche), cinco enfermeras (dos de ma?ana, dos de tarde y una de noche) y tres m¨¦dicos (uno de ellos geriatra). Adem¨¢s, Mensajeros debe garantizar la presencia de lunes a viernes de dos fisioterapeutas y dos terapeutas ocupacionales, un trabajador social, un psic¨®logo y un ingeniero industrial especialista en mantenimiento de instalaciones.
La consecuencia de un precio tan bajo para costes tan altos es que la entidad gestora trata de ahorrar a toda costa, seg¨²n las familias. ¡°Les dan compotas en lugar de fruta fresca, los colchones est¨¢n podridos, las s¨¢banas y toallas tienen agujeros, las almohadas son extraplanas y si sufren bajas de personal no las cubren¡±, protesta Carmen Mart¨ªn, portavoz de La Marea de Residencias, una asociaci¨®n nacida en el seno de la izquierda madrile?a para defender los derechos de las personas mayores y denunciar el negocio generado en torno a ellos.
El movimiento por la dignidad en las residencias se ha fortalecido como reacci¨®n a las penurias de la pandemia. Esa nueva energ¨ªa ha coincidido en Residencia Fundaci¨®n Reina Sof¨ªa Alzh¨¦imer con el cambio de manos de Clece a Mensajeros, que se produjo en agosto. Las familias han percibido un r¨¢pido deterioro del servicio y han intensificado sus protestas.
Cedido por la Reina
Para muchos hijos es una desagradable sorpresa que este abandono se produzca en una residencia ¡°pionera al incorporar una unidad de investigaci¨®n¡±, seg¨²n la promoci¨®n que en su d¨ªa hizo la Fundaci¨®n Reina Sof¨ªa. Era ¡°un modelo de tratamiento integral preparado para ser reproducido en cualquier parte del mundo¡±. La Fundaci¨®n Reina Sof¨ªa cedi¨® gratuitamente la residencia a la Comunidad de Madrid y la unidad cient¨ªfica a la Fundaci¨®n estatal Centro de Investigaci¨®n de Enfermedades Neurol¨®gicas (CIEN), dependiente del Instituto de Salud Carlos III y del Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n. Desde entonces, este ¨²ltimo centro ha recibido m¨¢s de seis millones de euros de la organizaci¨®n filantr¨®pica de la Reina, seg¨²n responde su secretar¨ªa en un correo. Su Majestad ha mostrado el complejo residencial y de investigaci¨®n a autoridades venidas del resto del mundo como por ejemplo en 2011 el presidente de Chile Sebasti¨¢n Pi?era.
Hace dos semanas se produjo una concentraci¨®n a las puertas de la residencia durante un simposio cient¨ªfico en el que ten¨ªa previsto participar el padre ?ngel. Tras esto, el sacerdote envi¨® una carta a la consejera de Pol¨ªtica Social en Madrid, Concha Dancausa, pidiendo el fin del contrato. La Comunidad no lo ha permitido y le ha impuesto la presencia de un supervisor que vigilar¨¢ que Mensajeros cumple sus obligaciones, seg¨²n pudo conocer EL PA?S este martes. Est¨¢ por ver si el padre ?ngel destina m¨¢s recursos humanos y materiales para mejorar la atenci¨®n. El sacerdote ha reconocido a este peri¨®dico que est¨¢ abierto a esa opci¨®n.
Pero las familias no creen en sus promesas. ¡°La propia empresa nos ha reconocido en privado que fue un error haber aceptado gestionar un centro con muchos gastos por un precio tan bajo¡±, critica el actor Trist¨¢n Ulloa, hijo de una residente. ¡°La Comunidad de Madrid est¨¢ obligando a los residentes desatendidos a convivir con unos trabajadores desmotivados y una empresa gestora que se quiere retirar¡±. A muchos familiares les gustar¨ªa que la Comunidad asumiese la gesti¨®n directa del centro con sus propios recursos. Pero la opci¨®n por lo p¨²blico es minoritaria en una regi¨®n con casi 500 hogares de mayores, de los cuales 43 son residencias p¨²blicas (25 gestionadas directamente por el Gobierno regional y otras 18 por el sector privado bajo la misma f¨®rmula que Fundaci¨®n Reina Sof¨ªa Alzh¨¦imer).
Seg¨²n la Comunidad, Mensajeros debe quedarse en la residencia al menos hasta noviembre de 2023. Entonces habr¨¢ que ver si se ha resuelto el problema de este centro sin pretendientes.
Para complicarlo todo, la frustrada salida del padre ?ngel ha puesto en evidencia el p¨¢nico que el sector privado siente por la mala prensa que dan las protestas. Mensajeros trat¨® de huir cuando la agitaci¨®n fue a m¨¢s. ¡°Cada vez hay m¨¢s protestas en residencias y nosotros queremos alejarnos de ese ruido¡±, le dec¨ªa la semana pasada a este peri¨®dico el director general de Mensajeros, Sergio Mella.
Probablemente ese movimiento por la dignidad no se detendr¨¢, pronostica la portavoz de la Marea: ¡°Creo que la sociedad ya ha empezado a despertar y los familiares no se van a callar¡±.
?Tienes m¨¢s informaci¨®n? Escribe a fpeinado@elpais.es
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