Un profesor para asumir la nueva figura del coordinador de bienestar: la nueva pol¨¦mica educativa en Madrid
La Comunidad pretende, y no es una excepci¨®n en Espa?a, que ese trabajo lo desempe?e un docente elegido por el director y sin descuidar la asignatura que debe impartir
Siguen las aguas revueltas en la educaci¨®n madrile?a. Despu¨¦s de que el lunes los directores de secundaria denunciaran que encarar¨¢n el curso que viene con 1.000 docentes menos, y de que el consejero Enrique Ossorio lo desmintiera el martes sin aportar datos concretos, ahora sale una nueva pol¨¦mica que tiene de fondo el mismo problema: el presupuesto. En esta ocasi¨®n el que no se va a invertir para la nueva figura que se va a implantar a nivel estatal en todos los centros educativos que cuenten con menores: la del coordinador de bienestar. En Madrid la responsabilidad recaer¨¢ sobre un docente que deber¨¢ asignar el director del colegio o instituto, pese a las peticiones de toda la comunidad educativa para que asumieran ese papel especialistas en la materia, como los conocidos como Profesorado T¨¦cnico de Servicios a la Comunidad (PTSC). Despu¨¦s de que el curso pasado se abrieran casi 750 protocolos de autolisis o antisuicidios en Secundaria y de que Primaria tuviera un aluvi¨®n de menores con problemas de salud mental que han aflorado tras los a?os m¨¢s duros de la pandemia, un profesor de matem¨¢ticas, de historia o de ciencias naturales ser¨¢ el encargado de prevenir situaciones de violencia o de hablar con los servicios sociales. Y sin descuidar sus horas lectivas.
¡°Ya he recibido mensajes de profesores dici¨¦ndome que por favor no quieren ese marr¨®n¡±, cuenta Esteban ?lvarez, director del instituto Sierra de Guadarrama (Soto del Real).
Ese ¡°marr¨®n¡± naci¨® en realidad como una buena noticia. Al menos fue una iniciativa aceptada positivamente por toda la comunidad educativa: directores, profesores, padres de alumnos, sindicatos, incluso el Consejo Escolar en su conjunto. El curso pasado fue duro dentro de las aulas, y esta figura pretende poner algo de orden, atender a los menores que arrastran problemas por sus circunstancias socioecon¨®micas, o de salud mental, hacer de enlace con los servicios sociales, con las fuerzas de seguridad, si es necesario, con los psic¨®logos, con las familias y con el propio menor.
El Consejo de Ministros aprob¨® el 4 de junio de 2021 la ley de Protecci¨®n Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la violencia, que incluye precisamente eso, que debe existir un profesional encargado de velar por los estudiantes y evitar situaciones de violencia en los centros. Las comunidades aut¨®nomas deber¨¢n aplicar la norma a partir de septiembre.
Y Madrid la asume, pero sin dedicar presupuesto a implementar esa figura. Un h¨¢ndicap similar en la mayor¨ªa de regiones. ¡°Como no puede ser de otra manera, la Comunidad de Madrid cumplir¨¢ con lo establecido en la Ley Org¨¢nica 8/2021, y, evidentemente, tambi¨¦n en lo referente a la figura del coordinador¡±, asegura un portavoz de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n. ¡°La mayor¨ªa de estas tareas ya se realizan en los centros educativos de la Comunidad de Madrid¡±, contin¨²a, ¡°y el director podr¨¢ determinar la asignaci¨®n de horas¡±. La Administraci¨®n argumenta, adem¨¢s, que Madrid cuenta ¡°con un equipo de atenci¨®n socioemocional, pionero en Espa?a, que realiza una detecci¨®n y seguimiento de todos los casos comunicados por los centros educativos¡±. No explica, sin embargo, que ese equipo est¨¢ formado por cuatro personas para m¨¢s de un mill¨®n de alumnos de la regi¨®n y que no dan abasto, seg¨²n aseguran los directores. ¡°Por lo que solo te ayudan con alguna cuesti¨®n burocr¨¢tica, cuando te cogen el tel¨¦fono¡±, asegura ?lvarez.
La pol¨¦mica, entonces, se centra en qui¨¦n debe realizar esa tarea y durante cu¨¢ntas horas. ?lvarez, portavoz de los directores de Secundaria de la red p¨²blica, y ?scar Centeno, representante de los de Primaria, coinciden en que ese puesto estaba llamado a ser de los PTSC y que as¨ª se lo han comunicado en diferentes reuniones a los representantes de la Administraci¨®n. Al fin y al cabo, argumentan, son profesionales que ya realizaban muchas de las funciones asignadas al nuevo coordinador, aunque no hayan tenido hasta ahora un puesto estructural dentro de los centros educativos. De hecho, desde la ¨²ltima crisis, concretamente desde 2010, ha sido un colectivo ¡°maltratado¡±, seg¨²n palabras de Marta Perela, presidenta de la asociaci¨®n madrile?a de PTSC, ya que ha ido desapareciendo de los colegios de dif¨ªcil desempe?o [los que se sit¨²an en zonas socioecon¨®micas complicadas] y de los institutos, donde solo acuden cuando hay 50 alumnos de compensatoria [cuando sufren un desfase escolar por sus circunstancias de desventaja sin que exista discapacidad personal a?adida].
¡°En la Consejer¨ªa admiten que nosotros somos los que cumplimos perfectamente el perfil para hacer de coordinador de bienestar¡±, explica Perela, que como portavoz de la asociaci¨®n tambi¨¦n se ha reunido con representantes de la Administraci¨®n para reclamar un hueco que cree que les corresponde. ¡°Pero nos dicen que como no desempe?amos un puesto estructural dentro de los centros, lo tenemos dif¨ªcil. Pero hombre, metednos en los centros, digo yo, ?no? Pero es un problema de dinero¡±, lamenta.
El CIS, en su encuesta sobre salud mental durante la pandemia, constat¨® que se han reflejado cambios en el comportamiento de los ni?os y adolescentes. Un 52,2% de los padres que tienen hijos menores de edad con los que han convivido durante la pandemia han notado cambios en la manera de ser de sus hijos. De ellos, un 72,7% asegura que sus hijos han sufrido ¡°cambios de humor¡±, un 78,6% ¡°cambios en los h¨¢bitos de vida¡± y un 30,4% ¡°cambios en el sue?o¡±. A eso se le une que la Fundaci¨®n ANAR ha constatado que en 2021 hubo un aumento significativo de los trastornos de alimentaci¨®n en menores (+154,7%), del duelo (+138,9%), las adicciones (+41%), los s¨ªntomas depresivos y tristeza (+31,5%), la baja autoestima (+27,9%) y la ansiedad (+25,6%). Y todo eso se ha trasladado a las aulas. Y todav¨ªa no se ha ido.
Por eso, a principios de julio pasado, organizaciones de estudiantes, familias, centros y docentes se unieron para lanzar un manifiesto en el que reclamaban ¡°medidas eficaces¡± para favorecer unas condiciones ¡°m¨¢s saludables¡± en los centros educativos, adem¨¢s de acciones de evaluaci¨®n e intervenci¨®n psicol¨®gica. Lo firmaron la Confederaci¨®n Estatal de Asociaciones de Estudiantes (CANAE), la Confederaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA), la Confederaci¨®n Cat¨®lica Nacional de Padres de Familia y padres de Alumnos (CONCAPA), el Consejo General de la Psicolog¨ªa de Espa?a (COP), la Federaci¨®n de Asociaciones de Directivos de Centros Educativos P¨²blicos (FEDADi), la Federaci¨®n de Sindicatos Independientes de la Ense?anza (FSIE), el Sindicato de Estudiantes (SE) y la Confederaci¨®n de Sindicatos de Trabajadoras y Trabajadores de la Ense?anza (STEs-Intersindical).
Sin embargo, en septiembre se encontrar¨¢n con que un profesor, el que decida el director de cada centro, ser¨¢ el encargado de velar por la salud mental de 600, 800, o 900 alumnos a la vez, adem¨¢s de realizar sus funciones como docente. Ese trabajo no tendr¨¢ aparejado un complemente econ¨®mico ni una menor carga lectiva, por lo que los profesores lo tendr¨¢n que realizar en sus horas de guardia: aquellas que deben estar presentes en el centro por si tienen que cubrir la baja de ¨²ltima hora de un compa?ero, es decir, entre tres y cinco horas semanales, alternas en d¨ªas diferentes.
¡°Estamos estudiando las instrucciones de inicio de curso para recurrirlas porque se pretende que unas funciones que no son propias del profesorado las realicen como cualquier otra materia¡±, avisa Isabel Galv¨ªn, de CC OO. El coordinar de bienestar ya crea malestar antes de empezar.
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