El caso de los 761 millones para unas minas en Huelva registrados en Madrid: as¨ª es el espejismo de la inversi¨®n exterior en la Comunidad

La noticia en febrero del a?o pasado ten¨ªa una gran trascendencia para Almonaster la Real, un pueblo enclavado en la Sierra Morena, en el norte de Huelva: un gigante minero australiano, Sandfire, compraba tres minas de cobre de la comarca, en las que trabajaban algo m¨¢s de 700 personas, y que eran propiedad de Minas de Aguas Te?idas SA (Matsa). Los australianos, atra¨ªdos por la revalorizaci¨®n del precio del cobre, llegaron con promesas de subidas salariales y futuras exploraciones en la zona, que supondr¨ªan nuevos empleos y redundar¨ªan en beneficio de la zona. Pero esa operaci¨®n tan importante para Huelva aparece registrada oficialmente en un lugar completamente ajeno a las minas, en un edificio se?orial en la calle Maldonado 4, en el distrito de Salamanca de Madrid, a 495 kil¨®metros por carretera. Ah¨ª, en un bajo de ese inmueble de viviendas donde opera una firma de abogados, la multinacional australiana hab¨ªa registrado su sede en Espa?a, en junio de 2021.

De esa forma, Madrid, que solo tiene 43 de las 2.629 explotaciones mineras de Espa?a, se ha atribuido ficticiamente esa importante inversi¨®n extranjera de 761 millones de euros en Huelva en el Registro de Inversiones Exteriores (RIE) del Ministerio de Industria. Ocurre con frecuencia en inversiones de todo tipo que realmente van destinadas a otras regiones espa?olas. Es el efecto sede, un espejismo que hace pensar que una lluvia de miles de millones de euros for¨¢neos cae sobre Madrid. Una de las principales propagadoras de esa imagen irreal es la presidenta regional, Isabel D¨ªaz Ayuso, que suele presumir de que su regi¨®n concentra la inmensa mayor¨ªa de las inversiones extranjeras en Espa?a. En 2021, el RIE asign¨® a la Comunidad de Madrid el 73% de las inversiones, 21.851 millones de euros. A much¨ªsima distancia aparec¨ªa la segunda regi¨®n, Catalu?a, con el 10%, 3.091 millones de euros. Para el resto de comunidades apenas quedaron las migajas.

¡°Madrid est¨¢ de moda¡±, suele decir la presidenta, que ha convertido el tema de las inversiones extranjeras en una de sus banderas, ondeada cada vez que hace viajes internacionales (recientemente a EEUU, Reino Unido o Israel). Usando esos datos inflados del registro del Ministerio de Industria, Ayuso ha dicho que Madrid aglutin¨® en 2021 m¨¢s inversi¨®n que todo M¨¦xico, algo que ha sido desmentido por la web de verificaci¨®n Newtral, que indic¨® que el pa¨ªs norteamericano recibi¨® 30.475 millones de euros. Tambi¨¦n el Ayuntamiento de Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida alardea a menudo de estos datos.

La Comunidad de Madrid suele sacar notas de prensa cada vez que el Ministerio de Industria actualiza la estad¨ªstica. La realidad es que Madrid ha liderado este ranking incluso en la ¨¦poca en que Catalu?a era la locomotora de Espa?a. Madrid ha sido n¨²mero uno anualmente desde 1993, salvo un solo a?o, en 2010, cuando Catalu?a la aventaj¨® ligeramente, seg¨²n la base de datos de la consultora espa?ola de inversi¨®n extranjera SIfdi obtenidas a trav¨¦s de la estad¨ªstica del ministerio. Con esta t¨¦cnica imperfecta, el registro lleg¨® a atribuir en 2018 a Madrid hasta el 83% de las inversiones for¨¢neas en Espa?a.

Una portavoz de la Consejer¨ªa de Hacienda dice que la Comunidad se limita a citar los datos que da el Ministerio. ¡°En nuestras notas de prensa siempre nos referimos a ellos. Igual ocurre con otros datos estatales como la Encuesta de Poblaci¨®n Activa. No entramos en si la estad¨ªstica est¨¢ bien o mal hecha¡±.

En el caso de las minas en Huelva, la compra ascendi¨® a 1.585 millones de euros, pero el Registro de Inversiones Exteriores solo recoge 761 millones de euros. Consultado, el Ministerio de Industria explica que solo se registra la cuant¨ªa que se aporta a fondos propios, u otras que se consideran inversi¨®n directa. ¡°Los cr¨¦ditos y deudas intragrupo, que pueda tener la empresa, actualmente no se consignan¡±, responde un portavoz en un correo, en el que a?ade que un cambio normativo prev¨¦ adaptar a Espa?a a los est¨¢ndares de la OCDE y del FMI para que la financiaci¨®n intragrupo s¨ª pase a formar parte de la inversi¨®n declarable.

Reforma para reducir el efecto sede

El problema metodol¨®gico del efecto sede ha sido advertido por la consultora Sifdi, que asesora a administraciones de toda Espa?a en materia de inversi¨®n extranjera. En sus informes anuales, precisa que Madrid se beneficia de la forma en que se recogen los datos. Las empresas extranjeras est¨¢n obligadas por ley a notificar sus operaciones en Espa?a en el plazo de un mes. Pero a menudo omiten el lugar del destino de la inversi¨®n (por ejemplo, un nuevo centro comercial en Valladolid) y esa operaci¨®n se asigna por defecto al lugar donde la empresa tiene su domicilio en Espa?a, que suele ser Madrid.

Ese problema se da en el caso de inversiones productivas de ese tipo, que suponen construcci¨®n de nuevas instalaciones (se conocen como green field, un nombre que evoca a un campo verde sobre el que inician su actividad). Pero tambi¨¦n se da en buena parte de las operaciones de inversi¨®n extranjera del tipo ¡°cambios de cromos¡±, es decir, cuando una empresa extranjera adquiere una nacional. Aqu¨ª de nuevo surge el problema de que las empresas suelen tener su sede social en Madrid, aunque en realidad sus actividades est¨¦n descentralizadas por todo el territorio nacional en f¨¢bricas, oficinas, tiendas o, como hemos visto, minas de cobre.

Como sugiere SIfdi, una alternativa m¨¢s pr¨®xima a la realidad es mirar la distribuci¨®n del inmovilizado material de las empresas, al valorar el conjunto de bienes f¨ªsicos ¨C terrenos, edificios, cadenas de montaje, maquinaria, equipos de transporte, mobiliario, etc- de car¨¢cter m¨¢s duradero que una empresa dedica al desarrollo de su actividad. Aqu¨ª, Madrid acaparaba 28.889 millones de euros en el a?o 2020, ligeramente por encima de Catalu?a con 28.134 millones de euros. Es la primera vez que Madrid superaba en este concepto a Catalu?a, seg¨²n SIfdi. No obstante, tampoco este dato est¨¢ exento de sesgos, se?ala la consultora: ¡°Supone apenas el 27% del stock de inversi¨®n total, y suele tener mayor representaci¨®n en regiones con m¨¢s peso en el sector industrial en relaci¨®n con regiones m¨¢s orientadas a servicios, ya que, por definici¨®n, no tiene en cuenta el inmovilizado financiero e inmaterial¡±.

El Ministerio de Industria responde que hacen revisiones peri¨®dicas para localizar el destino final de las inversiones e imput¨¢rselo a la comunidad de destino real. ¡°Con los futuros modelos de declaraci¨®n que entrar¨¢n en funcionamiento con el nuevo Real Decreto de Inversiones Exteriores, se obligar¨¢ a las empresas a que especifiquen cu¨¢l es la comunidad aut¨®noma en la que se encuentra la empresa objeto de la inversi¨®n, de forma que se reducir¨¢ el efecto sede que ahora se da temporalmente¡±, dice un portavoz. ¡°El Real Decreto ha sido informado recientemente por el Consejo de Estado y pr¨®ximamente ser¨¢ adoptado por el Consejo de Ministros¡±.

A pesar de los problemas metodol¨®gicos hasta ahora, Espa?a es uno de los pocos pa¨ªses desarrollados que cuentan con un registro de inversiones extranjeras, indica Andr¨¦s Garc¨ªa, director de SIfdi. Esta consultora asesora a las agencias de promoci¨®n de inversiones de administraciones de todo el territorio y percibe frustraci¨®n por la manera en que el Ministerio comunica los datos. ¡°Solemos recomendarles que pidan a las empresas que sean expl¨ªcitas a la hora de indicar el lugar de la inversi¨®n en los formularios¡±, dice Garc¨ªa. Algunas regiones muy perjudicadas son las que rodean a Madrid, donde es com¨²n que haya inversiones productivas que se asignan a Madrid, donde las empresas tienen sus sedes.

Sandfire ha declinado responder a una pregunta de este peri¨®dico para conocer si tiene alg¨²n empleado en la capital de Espa?a. En casos como el suyo no hay un incentivo fiscal para poner su sede en Madrid porque el impuesto de sociedades es el mismo en toda Espa?a. A veces, las empresas gravitan hacia Madrid buscando estar cerca de los centros de decisi¨®n.

Que una empresa tenga su sede social en Madrid no significa que tenga una gran operaci¨®n en la capital. En el imaginario colectivo, Madrid es sede de grandes multinacionales alojadas en grandes oficinas, pero a menudo sus actividades en la capital se reducen a un papel. Contratan a un despacho de abogados que, entre otros servicios, les presta su domicilio social. En esos casos, la capital no tiene ni mina ni oficina, pero se beneficia de un sistema que le permite sacar pecho de manera exagerada.

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