Activo XL, el perfil de Grindr tras el que se ocultaba una banda venida a Espa?a para drogar y robar a hombres
La polic¨ªa localiza a una parte del grupo a punto de coger un avi¨®n y les atribuye ocho robos con violencia y una agresi¨®n sexual a hombres con los que quedaban por redes sociales en Madrid
La cita fue tempranera. Sobre las siete de la ma?ana del 13 de febrero, ese chico alto y tatuado apareci¨® en la puerta con unas cuantas cervezas. Al inquilino del piso, un chico de 23 a?os de Madrid, no le apetec¨ªa beber tan pronto, pero su acompa?ante insisti¨®. No lo conoc¨ªa m¨¢s que de unas pocas conversaciones por redes sociales de contactos. Esos tragos son lo ¨²ltimo que recuerda: abri¨® los ojos unas horas despu¨¦s en su sof¨¢, sin m¨®vil ni ordenador. Acudi¨® todav¨ªa aturdido a presentar una denuncia en la comisaria del distrito madrile?o de Hortaleza y despu¨¦s, al hospital, donde determinaron que tambi¨¦n hab¨ªa sido v¨ªctima de una agresi¨®n sexual. Este hombre encontr¨® despu¨¦s el envoltorio del preservativo en la basura y el envase de un yogur que su atacante se hab¨ªa comido mientras ¨¦l permanec¨ªa inconsciente.
Al d¨ªa siguiente, otro hombre se present¨® en esa misma oficina de atenci¨®n al ciudadano y describi¨® los mismos hechos, en este caso, sin violaci¨®n, pero con la cara destrozada. La agresi¨®n se hab¨ªa producido el d¨ªa anterior a la del chico de 23 a?os. Sobre las ocho de la tarde del 12 de febrero, este segundo denunciante hab¨ªa quedado con un chico al que hab¨ªa conocido por Grindr bajo el nombre de Activo XL. Su descripci¨®n era diferente a la que hab¨ªa ofrecido la v¨ªctima del d¨ªa anterior. El primero era alto y con mechas en el pelo y el segundo m¨¢s bajito, ambos latinoamericanos y muy tatuados. ¡°En ese momento determinamos que no era un hecho aislado y que se trataba de varios autores¡±, apunta el inspector Eduardo D¨ªez, de la comisar¨ªa de Hortaleza. Entonces comenz¨® un ¡°trabajo artesanal¡± de comprobar una a una las ¨²ltimas denuncias de robos con violencia presentadas en Madrid, en busca de m¨¢s coincidencias. Encontraron otra muy parecida en el distrito de Usera.
El robo de los m¨®viles de las v¨ªctimas dificult¨® el inicio de las pesquisas, porque las redes sociales eran el nexo de uni¨®n entre todos los robos. Sin embargo, una de las v¨ªas de investigaci¨®n comenz¨® a fructificar y dieron con cuatro sospechosos que viv¨ªan en un piso tur¨ªstico de Hortaleza y que hab¨ªan aterrizado en Espa?a solo unos d¨ªas antes. Los indicios apuntaban a ellos. Uno ten¨ªa antecedentes por los mismos delitos y el hermano mayor de otro de los hombres estaba en prisi¨®n por el mismo modus operandi. En ese momento encontraron en la casa a tres de ellos, mientras que otro se hab¨ªa marchado a Galicia, donde vive su familia. Hab¨ªa comenzado los tr¨¢mites para pedir la residencia en Espa?a. A este ¨²ltimo es al que se acusa de haber cometido la agresi¨®n sexual al chico de 23 a?os.
Turismo criminal
Al entrar en ese hogar provisional que hab¨ªan escogido para sus d¨ªas de ¡°turismo criminal¡±, como lo define el inspector, los agentes descubrieron multitud de joyas, dispositivos electr¨®nicos y tarjetas en cinco maletas. Cuando analizaron los objetos descubrieron que pertenec¨ªan a nuevas v¨ªctimas. En total, los investigadores les atribuyen ocho robos con violencia. Adem¨¢s de los de Hortaleza y Usera, registraron otros en el distrito de Salamanca, en el de Retiro y en el de Carabanchel. ¡°Los agresores usaban Tinder y Grindr.
Hab¨ªa una persona m¨¢s dedicada a gestionar estos perfiles, que ¡°a veces usaban las fotos reales de los autores y otras, de gente que se les parec¨ªa, por eso las v¨ªctimas no se daban cuenta de que eran im¨¢genes falsas¡±, apunta el inspector D¨ªez. Adem¨¢s de robar objetos, tambi¨¦n quitaban a las v¨ªctimas sus tarjetas de cr¨¦dito y se iban de compras. Sus adquisiciones favoritas eran ordenadores y Iphones. ¡°Tambi¨¦n compraron camisetas oficiales del Real Madrid y otra de una marca de lujo de 530 euros¡±, puntualiza el investigador D¨ªez.
En todos los casos se han tomado muestras de las v¨ªctimas para averiguar si ha existido sumisi¨®n qu¨ªmica, aunque los resultados a¨²n no han llegado al juzgado. Sin embargo, en el registro de la vivienda que hab¨ªan alquilado con una identidad falsa, los polic¨ªas hallaron varios bl¨ªsteres de somn¨ªferos. ¡°Han visto un fil¨®n de negocio. Vienen a Espa?a, dan muchos golpes y se vuelven a marchar. En este caso llevaban un ritmo muy alto, porque llevaban aqu¨ª pocos d¨ªas y creemos que todav¨ªa puede haber m¨¢s v¨ªctimas¡±, explica el inspector. Todos ellos son colombianos y tienen entre 22 y 35 a?os.
Tras esa detenci¨®n, el juez los dej¨® en libertad a todos, salvo al que se le atribuye la violaci¨®n. Tan solo un d¨ªa despu¨¦s de que salieran a la calle, los investigadores descubrieron otras tres agresiones con indicios que apuntan a que pueden estar involucrados. Los polic¨ªas decidieron detenerlos de nuevo para atribuirles los nuevos delitos y encontraron a dos de ellos en el aeropuerto, a punto de entrar en un avi¨®n para regresar a Colombia. ¡°El tercero no estaba ah¨ª porque, al haber sido detenido el a?o anterior por hechos similares, no quiso arriesgarse a coger un vuelo¡±, apunta D¨ªez. El juez volvi¨® a dejarlos en libertad, esta vez, con medidas para evitar que salgan de Espa?a.
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