El loro que aprendi¨® a decir ¡°alto polic¨ªa¡±: historias de ladrones contadas por los que los cazan
Los robos con fuerza han disminuido en la Comunidad de Madrid un 25% en los ¨²ltimos tres a?os. El Grupo XXI se encarga de la mayor¨ªa de estos casos y cumple este a?o dos d¨¦cadas tras los grandes grupos de delincuentes
Los agentes se preparan frente a la puerta para irrumpir y detener a los delincuentes. Acceden a la vivienda al grito de: ¡°Alto, polic¨ªa¡±. En cuesti¨®n de minutos, todos los sospechosos est¨¢n esposados. Operaci¨®n completada con ¨¦xito. Entonces, una voz emerge en una de las estancias y repite lo que acaba de escuchar: ¡°?Alto, polic¨ªa!¡±. ?Se trata de alguien que se est¨¢ mofando? No exactamente. Los agentes descubren a un hermoso loro al que le ha gustado mucho su intervenci¨®n. El animal sigui¨® repitiendo una y otra vez la frase durante varias semanas, como la voz de la conciencia en aquella casa. En realidad, como la voz del Grupo XXI de la polic¨ªa nacional en Madrid, que este 2023 ha cumplido 20 a?os detr¨¢s de las organizaciones criminales dedicadas al robo. No hay un solo caco que se precie que no haya ca¨ªdo en sus manos varias veces. ¡°Joder, dejadnos en paz ya¡±, le suplic¨® un detenido amargamente al jefe del grupo. ¡°Pues dejad de robar¡±, le respondi¨®.
Los robos con fuerza, ep¨ªgrafe bajo el que se incluyen las acciones de la mayor¨ªa de los grupos organizados de ladrones, han descendido en la Comunidad de Madrid un 25% en los ¨²ltimos tres a?os. Normalmente, estos grupos de delincuentes buscan ser silenciosos y efectivos, pero hay otros a los que no les importa reventar un cajero con explosivos. ¡°Los delitos que nosotros perseguimos crean mucha alarma social. Para que a una banda que roba recaudaciones de bares le salga rentable, el golpe tiene que entrar en varios en una misma noche y eso genera revuelo¡±, explica el jefe del grupo, del que todos los principales cabecillas del robo en Madrid saben su nombre. Este fue el caso de dos delincuentes que se dedicaron este agosto a saquear bares y farmacias en toda la regi¨®n. Adem¨¢s de dinero y dispositivos electr¨®nicos, estos dos ladrones incluyeron en su bot¨ªn gel, un limpiador bucal y un ventilador.
Lo de las bombas en cajeros no es un ejemplo casual. En mayo de este mismo a?o, dos grupos de delincuentes con conexiones entre s¨ª acab¨® en prisi¨®n por robar 600.000 euros por toda Espa?a con esta t¨¦cnica tan llamativa. Uno de sus golpes en el barrio de La Elipa lleg¨® a hacerse viral porque varios viandantes acudieron a coger algunos de los billetes que los ladrones no recogieron antes de huir. Tambi¨¦n trataron de reventar otro cajero en Pinto, pero en esa ocasi¨®n no sali¨® bien. Esos delincuentes usaban material pirot¨¦cnico para elaborar sus explosivos caseros a los que llamaban petacas.
Pero la ¨¦poca de los asaltos a bancos qued¨® atr¨¢s. ¡°Ahora mismo no hay un solo grupo en Espa?a capaz de robar uno con caja de seguridad. Es pr¨¢cticamente imposible¡±, destaca el polic¨ªa. Mucho m¨¢s atr¨¢s quedaron incluso las oleadas de atracos a punta de pistola a las joyer¨ªas de los que la hemeroteca de los a?os 80 y 90 est¨¢ llena y que retrataron las pel¨ªculas de cine quinqui de la ¨¦poca. Esos golpes irreflexivos y llamativos han dado paso a grupos que estudian sus objetivos con paciencia, que incluso hacen un an¨¢lisis del lugar gracias a b¨²squedas en internet y tienen cierta formaci¨®n sobre el sistema de alarmas que muchos de ellos tienen. ¡°Los hay que roban completamente depilados para no dejar ni un pelo en el sitio en el que entran¡±, apunta el polic¨ªa.
No siempre son tan sofisticados. Otro de los miembros del equipo rememora la investigaci¨®n de un robo muy chapucero en la que un cabecilla de mayor edad reclut¨® a un grupo de chicos muy j¨®venes para dar un golpe. Cuando lleg¨® el momento, los soldados se asustaron y no quer¨ªan entrar al establecimiento. ¡°En la grabaci¨®n se ve c¨®mo el l¨ªder les empuja para que entren, pero ellos no quieren¡±, explica. La birria de asalto no acaba ah¨ª. Al acabar, se llevan una parte de los tel¨¦fonos m¨®viles, pero otros se les caen. Y las im¨¢genes de videovigilancia muestran c¨®mo un taxista aprovecha la coyuntura, frena y se guarda un par de ellos.
El ni?o S¨¢ez ¡ªque muri¨® tiroteado en 2017¡ª, el Goyito, el Troll, el Arriero, el Gordo Maya ¡ªtambi¨¦n tiroteado hace unos meses¡ª, el Piojo o el Ni?o Juan son los apodos de sus clientes habituales. ¡°Todos aprenden. Les preguntan a sus abogados en qu¨¦ he fallado esta vez para no repetir errores¡±, asegura el agente. Aun as¨ª, siempre hay un resquicio por el que caen. ¡°Sienten su ego herido cuando los detienes y son conscientes de que llevas meses detr¨¢s de ellos y no te han visto¡±, cuenta el jefe del grupo. Tanto padecen de narcisismo, que no les molesta, sino que les encanta verse en los medios, que a menudo relatan las historias de ni?os que comenzaron a robar e incluso lo aprendieron de sus mayores, y han acabado siendo algo as¨ª como leyendas en su barrio. ¡°Se van reciclando, aprenden cosas nuevas¡±, explica el jefe de grupo. La ¨²ltima detenci¨®n del ni?o Juan se produjo este junio, acusado de asaltar junto a otros cuatro compinches una nave de Telef¨®nica en Torrej¨®n de Ardoz. En sus ¨²ltimos meses de fechor¨ªas hab¨ªan sustra¨ªdo dinero y dispositivos por un valor superior a tres millones de euros. ¡°Las naves y los camiones son ahora sus objetivos. Con un solo pal¨¦ de telefon¨ªa m¨®vil ganan miles de euros¡±, reconocen los polic¨ªas.
Hay investigaciones que empiezan en lugares inesperados. En 2010 detectaron en una chatarrer¨ªa de Toledo una obra de Chillida valorada en cinco millones de euros. Los vendedores la hab¨ªan depositado ah¨ª a cambio de 30 euros y estaba a punto de ser fundida. Por suerte, pudo ser rescatada y el hilo de la investigaci¨®n llev¨® a los miembros del grupo a un golpe mucho mayor que inclu¨ªa varias obras de Picasso, Botero o Saura, entre otros, que hab¨ªan sustra¨ªdo de un almac¨¦n en Getafe. Ese robo lo hab¨ªa protagonizado la banda del alunicero ni?o S¨¢ez, que ser¨ªa asesinado siete a?os despu¨¦s. La banda no solo desde?¨® el arte de Chillida. Cuando encontraron el coche abandonado de los detenidos, en el interior hallaron una escultura de Dal¨ª. No hab¨ªa sido de su gusto.
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