11 vecinos contra un fondo de inversi¨®n que les quiere expulsar: ¡°Han tenido mala suerte con nosotros. Nos quedamos¡±
La firma Vitruvio no acept¨® prorrogar el alquiler de cuatro viviendas. Sus moradores no tienen un perfil vulnerable, son profesionales con estudios. No ha habido impagos. El inmueble est¨¢ en una zona cotizada frente a Madrid R¨ªo
Todo empez¨® a oler mal cuando llegaron las cajas de IKEA, las plantas de pl¨¢stico, las cerraduras el¨¦ctricas. El alquiler por habitaciones, las palabras en ingl¨¦s, coliving, los minutos andando al centro. Los vecinos de Ermita del Santo, 14, al filo de Madrid R¨ªo, sab¨ªan que la nueva cara de los desalojos huele a pintura fresca, casi siempre blanca, ambientador de cadena de ropa, c¨®digos secretos en lugar de llaves. A cuatro de las 40 viviendas propiedad de un fondo inmobiliario, Vitruvio, les lleg¨® una carta: no les iban a renovar el contrato a 11 inquilinos. Ten¨ªan hasta el 30 de septiembre para abandonar su casa. El rellano se convirti¨® de pronto en una trinchera. De ah¨ª no se iba nadie. ¡°Nos quedamos¡±, acordaron todos.
Este jueves, a dos d¨ªas de que se cumpla el plazo, Luc¨ªa Trentini (Durazno, Uruguay, 38 a?os) y Gonzalo Ramos (Alcorc¨®n, 31 a?os) comentan entre risas en una terraza de su barrio, Puerta del ?ngel, que la socimi Vitrubio, propietaria de todo el bloque donde viven, ha pinchado en hueso. ¡°Suena fatal, pero quiz¨¢ han tenido mala suerte con nosotros¡±, apunta con sarcasmo Ramos.
Muchos de los que pretende desalojar son mujeres y hombres con estudios universitarios, algunos ya maleados en movimientos sociales, entre 30 y 40 a?os, hijos de las crisis, del pelotazo urban¨ªstico, que han tenido que irse ya de otras zonas gentrificadas de la capital, que les est¨¢ pasando lo mismo, si acaso sus trabajos llegan a cumplir las tortuosas condiciones que piden para nuevos contratos. Que los echan de sus casas, no porque hayan dejado de pagar, ni porque pretendan dejar de hacerlo, sino porque los due?os quieren seguir ganando m¨¢s dinero con la f¨®rmula de alquileres temporales, insisten.
En Madrid, el n¨²mero de propietarios con m¨¢s de cinco inmuebles ha crecido un 43% en los ¨²ltimos 10 a?os, de acuerdo con los ¨²ltimos datos de la Direcci¨®n General del Catastro. El arrendaticio es un negocio muy rentable en Madrid y m¨¢s a¨²n cu¨¢nto m¨¢s popular sea el distrito. Y este bloque, con vistas a los jardines del Manzanares, llamado Madrid R¨ªo, a 15 minutos andando de la plaza Mayor ¡ª¡°con un patio interior precioso, como berlin¨¦s, con sus farolitos¡±, cuenta Ramos¡ª, es un caramelo.
Pertenecen a una comunidad que mantiene todav¨ªa lazos estrechos. Esas escaleras de vecinos en las que se siguen dando los buenos d¨ªas y se comentan sus problemas, como hace unos meses se habl¨® de las reformas en los pisos vac¨ªos y los llev¨® a unirse a charlas del Sindicato de Inquilinas de Madrid, una organizaci¨®n que lucha desde hace a?os por alquileres justos, y que estos d¨ªas los apoya. En este bloque, los vecinos, antes de desechar sus trastos, vaciaban en el portal libros, muebles o ropa que ya no quer¨ªan por si a otros les ven¨ªan bien. ¡°Yo a Gonzalo lo conoc¨ª porque un d¨ªa necesitaba una bicicleta, lo puse en el grupo de la comunidad y ¨¦l me la prest¨®¡±, cuenta Trentini. ¡°Hab¨ªa una suerte de tejido organizativo previo, como una malla, en la que el burofax no cae en vac¨ªo¡±, apunta Ramos.
¡°Primero intentamos negociar un nuevo precio con la propiedad, pero no aceptaron. Hablamos entre todos y decidimos que no nos ¨ªbamos a ir, que seguir¨ªamos pagando, pero no nos mov¨ªamos¡±, cuenta Trentini, a cuyo nombre iba dirigida una de las temidas cartas. ¡°Me dedico al teatro y a la m¨²sica, es un empleo irregular y es muy dif¨ªcil reunir los requisitos que te exigen para alquilar otra vivienda¡±, agrega. ¡°N¨®minas que no tengo, hasta dos meses de fianza y unos precios imposibles que nos obligan a compartir piso con esta edad¡±, se queja. La realidad del bloque de Ermita del Santo, 14, con la que f¨¢cilmente se pueden identificar miles m¨¢s en la capital.
Trentini vive con otras dos personas, Ramos igual. Ella lleva compartiendo dos a?os un piso por el que pagan 900 euros; ¨¦l, que lleva uno, paga con sus compa?eros 1.150. Las cuatro viviendas a las que se les termina el contrato este s¨¢bado se encuentran en una situaci¨®n similar, explican los vecinos. Aunque Ramos apunta: ¡°A nosotros no nos ha llegado todav¨ªa ninguna carta. Pero llegar¨¢, estamos seguros. Forma parte de la misma estrategia de desmantelar el tejido comunitario, vecinal. Lo hemos visto en el barrio y en otras zonas de Madrid, como Lavapi¨¦s, Malasa?a. Por eso nos plantamos, somos todos afectados¡±.
Consultada por este diario, la empresa prefiere no hacer ning¨²n comentario sobre si tienen previsto convertir el resto de viviendas en alquileres vacacionales o temporales, si el resto de los inquilinos recibir¨¢n m¨¢s cartas. Desde Vitruvio insisten en que se trata de un procedimiento habitual: ¡°Estamos hablando de cuatro contratos dentro de este edificio que se han decidido no renovar, pues terminaban. Es un proceso habitual en el mercado inmobiliario y se est¨¢ gestionando por los cauces habituales¡±. No han querido dar m¨¢s informaci¨®n sobre qu¨¦ medidas plantean tomar en el caso de que, como aseguran los vecinos, el lunes no se hayan marchado.
El polvor¨ªn de La Ermita
La zona es un polvor¨ªn que mantiene enfrentados a muchos vecinos con los magnates inmobiliarios y el Ayuntamiento. El caso de Ermita del Santo 14 se suma a las quejas de la mayor¨ªa de asociaciones del barrio contra el Ayuntamiento por la recalificaci¨®n del centro comercial La Ermita, a unos minutos de ah¨ª, sin apenas actividad, en suelo urbanizable. Ah¨ª sobreviv¨ªan hasta hace un a?o un gimnasio privado de dos plantas con piscina, el teatro Goya, un supermercado D¨ªa, una bolera y un local de coches de kart alquilado por Carlos Sainz para fan¨¢ticos del motor. El Gobierno de Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Almeida hizo saltar lo que quedaba del complejo por los aires. Es el ¨²ltimo pelotazo urban¨ªstico que perge?¨® el PP y Ciudadanos (en la anterior legislatura) para un magnate venezolano que ya rechaz¨® Manuela Carmena. El objetivo: plantar dos rascacielos de 28 y 18 plantas.
Desde el esqueleto de lo que fue ese centro comercial marchar¨¢ este s¨¢bado a las 12 una manifestaci¨®n convocada por la plataforma No al Pelotazo de la Ermita y la Asociaci¨®n de Vecinos Puerta del ?ngel, a la que se ha sumado el Sindicato de Inquilinas con los vecinos de Ermita del Santo, 14. Todos bajo el lema de: ¡°Puerta del ?ngel (y los C¨¢rmenes) no se vende¡±.
Trentini sabe que bien podr¨ªa haber rebuscado m¨¢s en Idealista, encontrado otro piso en una zona que le acomodara y dejarse de lucha social. ¡°Pero a m¨ª la vida me est¨¢ poniendo un poco esto en la cara. No me queda otra opci¨®n que hacer frente. Estamos cansadas de ver esta situaci¨®n, as¨ª que si a m¨ª se me presenta ahora y tengo la posibilidad de decir basta, lo voy a hacer. Por lo menos hay que visibilizarlo y tratar de cambiarlo. Capaz que es ut¨®pico, pero es lo que me toca¡±, asegura convencida. Este jueves el edificio amaneci¨® con una pintada en la fachada de enfrente: ¡°Solidaridad con Ermita, 14¡å. Se acaban de convertir en un s¨ªmbolo m¨¢s de la capital en la lucha por una vivienda digna.
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