La revoluci¨®n de los inquilinos llega a Chamber¨ª: ¡°Un primo de Esperanza Aguirre nos echa de Madrid¡±
Un bloque de m¨¢s de 20 pisos, unos 50 vecinos, se planta frente a los intereses inmobiliarios de un fondo buitre dirigido por el empresario Claudio Aguirre
Ram¨®n tiene 70 a?os y lleva 60 viviendo en este piso de 40 metros, dos habitaciones y un ba?o. Muestra el cuarto donde se met¨ªa con sus dos hermanos, amontonados en camas turcas. Y la de sus padres, un habit¨¢culo peque?o que se comunica con el sal¨®n. Este mi¨¦rcoles ense?a su casa porque no sabe cu¨¢nto tiempo seguir¨¢ siendo suya. Recuerda que llegaron a pagar 100 pesetas al mes por ella; ahora son 650 euros. Ram¨®n es un nombre ficticio, porque tiene miedo al gigante inmobiliario al que se ha enfrentado con el resto de sus vecinos: Elix Rental Housing, el fondo inmobiliario propiedad de AltamarCAM Partners, cuyo presidente es Claudio Aguirre, primo de la expresidenta regional Esperanza Aguirre. ¡°Quieren echar a los madrile?os de Madrid¡±, se?ala indignada otra vecina, que lleva 14 a?os en la calle Galileo 22, en el barrio de Chamber¨ª.
Unos 50 vecinos, incluidos jubilados, ni?os y trabajadores, se han plantado esta semana frente a la voracidad de la especulaci¨®n urban¨ªstica que arrasa zonas clave de la capital. La compa?¨ªa, que adquiri¨® el inmueble hace unos meses, cuando falleci¨® la antigua propietaria, les ha avisado a algunos de que sus contratos no van a ser renovados, explican. El objetivo, aseguran desde el Sindicato de Inquilinas, que los acompa?a en su proceso, es echar a los vecinos para remodelar el edificio e implantar alquileres temporales o tur¨ªsticos. El caso de los de Galileo 22 se suma a otro reciente, el de los inquilinos de Ermita del Santo, 14, a un lado del pelotazo urban¨ªstico del Ayuntamiento: la recalificaci¨®n de un centro comercial para construir dos rascacielos de 28 y 18 plantas.
En noviembre, las familias del bloque recibieron el aviso de que el edificio hab¨ªa sido comprado por Elix Rental Housing, aunque ya hab¨ªan recibido previamente un burofax en el que se les informaba de la no renovaci¨®n de sus contratos. ¡°El primer desahucio se dio el pasado agosto, cuando la vecina y portera del bloque fue despedida de manera improcedente y expulsada de su vivienda¡±, explican desde el Sindicato. Consultada por EL PA?S, la compa?¨ªa ha rechazado hacer alg¨²n comentario sobre el conflicto con los inquilinos.
Seg¨²n denuncian desde la asociaci¨®n, el objetivo de Elix Rental Housing es ¡°extraer beneficios millonarios gracias a la especulaci¨®n inmobiliaria¡±. Desde que se fund¨® en 2017, cuentan desde el Sindicato en un comunicado, ¡°la empresa se dedic¨® a adquirir bloques en la capital, as¨ª como en Barcelona, para despu¨¦s rehabilitarlos y volverlos a vender a precios desorbitados, sacando m¨¢ximo provecho al sistema normativo y fiscal que beneficia la actividad de las socimis [una sociedad an¨®nima dedicada a invertir en el mercado inmobiliario]¡±. La organizaci¨®n denuncia que la compa?¨ªa ya ha comprado edificios por todo Madrid: en Lavapi¨¦s, Tetu¨¢n y Barrio de la Concepci¨®n. ¡°Estos parecen ser sus nuevos objetivos, uni¨¦ndose as¨ª a ser principales propulsores del proceso de destrucci¨®n del tejido vecinal y de intensificaci¨®n de las din¨¢micas de gentrificaci¨®n y turistificaci¨®n que vienen afectando a toda la ciudad desde hace a?os¡±.
La nueva cara de los desahucios
La nueva era de los desalojos tiene rostro de inquilino que paga sus facturas. Como Ram¨®n, que despu¨¦s de trabajar toda la vida como dependiente en la hist¨®rica mercer¨ªa Almac¨¦n de Pontejos, gana poco m¨¢s de 1.000 euros de pensi¨®n y el alquiler supone m¨¢s del 60% de sus ingresos, contradiciendo las recomendaciones de cualquier agente inmobiliario. De vecinos como Marta (nombre ficticio), que lleg¨® hace 14 a?os al barrio, que se saludan por su nombre, a los que f¨ªa la frutera o el carnicero; que se conocen el atajo para ir a su centro de salud. O que tienen dos trabajos, como ella, de maestra de Yoga y de administradora, para llegar a fin de mes.
La nueva forma de ¡°expulsar a la gente de las viviendas¡±, seg¨²n denuncian desde el Sindicato, viene precedida de burofaxes, avisos de no renovaci¨®n de contratos. Como le ha sucedido a algunos pisos, aunque ha puesto en alerta al resto. A Marta le lleg¨® una carta en noviembre, desde entonces ha seguido pagando sus recibos ¡ª ¡°Y, apunta: pienso seguir pagando los 800 que pago¡±, se?ala¡ª. Y a Ram¨®n espera que le llegue otra para verano del a?o que viene, que es cuando se ha renovado desde hace 60 a?os el suyo. ¡°Ninguno ha pensado en dejar de pagar. Pero no nos vamos a ir. ?A d¨®nde? Si me he gastado hasta 3.000 euros en cambiar la ba?era vieja por una ducha para no caerme¡±, se?ala Ram¨®n, que sube las escaleras desgastadas, aferrado a la barandilla, aquejado de un problema de ci¨¢tica.
Ram¨®n duda sobre c¨®mo se pronuncia el nombre de la empresa que lo quiere echar de su casa. Y muestra el pasillo, repleto de cuadros y muebles de madera oscura: ¡°Ya ver¨¢s qu¨¦ bonita la tengo, parece un museo¡±, cuenta. Aunque apunta tambi¨¦n a las ventanas, que no cierran bien, y al suelo de hule, que imita a un parquet falso sobre uno de madera original hundido. El edificio de 1913 ha tenido pocas remodelaciones, coinciden los vecinos. Tampoco cuenta con calefacci¨®n y las humedades y los cables a la vista decoran los rellanos de loza decorada y portones de madera. En este piso, que Ram¨®n ha convertido en una trinchera, fallecieron sus padres. ¡°No nos vamos¡±, sentencia unas lonas que cuelgan del edificio.
En Madrid, el n¨²mero de propietarios con m¨¢s de cinco inmuebles ha crecido un 43% en los ¨²ltimos 10 a?os, de acuerdo con los ¨²ltimos datos de la Direcci¨®n General del Catastro. El arrendaticio es un negocio muy rentable en la capital y m¨¢s a¨²n cu¨¢nto m¨¢s popular sea el distrito. Seg¨²n los ¨²ltimos datos publicados por el INE y el Ayuntamiento de Madrid, el precio medio del alquiler en Chamber¨ª ha subido un 22,7% entre 2020 y 2023, lo que le sit¨²a entre las zonas de la ciudad en la que m¨¢s se ha encarecido la vivienda en ese periodo. En noviembre de 2023, el precio medio del suelo para alquiler se situaba en 21,6 el metro cuadrado, lo que hace que el alquiler de un piso de 70 metros cueste m¨¢s de 1.500 euros. ¡°Por eso mismo, hay un especial inter¨¦s en expulsar a aquellas familias que siguen manteniendo precios de 500 y 700 euros; solo as¨ª se podr¨¢n hacer negocios por y para las rentas altas, limpiando el barrio de aquellos a los que ya no se quiere por ah¨ª¡±, sentencian desde el Sindicato.
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