R¨¦cord de ingresos en la UCI de animales silvestres con casi 8.000 ejemplares auxiliados en 2023
El centro de recuperaci¨®n de fauna de Madrid registra su pico m¨¢s alto de actividad desde su apertura en 2010
Cuando sali¨® de la Unidad de Cuidados Intensivos el pasado 15 de diciembre, ten¨ªa un agujero en el t¨®rax del di¨¢metro de un l¨¢piz que los especialistas le hab¨ªan provocado para ayudarle a drenar la infecci¨®n. Nunca se supo la causa de su accidente. La ficha de ingreso solo aporta que pertenece a la familia de los cern¨ªcalos, una peque?a ¨¢guila de unos 40 cent¨ªmetros, y que fue encontrado desnutrido y con un traumatismo en una carretera de Getafe, al sur de Madrid. Un particular decidi¨® llevarlo al Centro de Recuperaci¨®n de Animales Silvestres (CRAS), un lugar que ha atendido a unos 56.451 ejemplares de fauna desde su apertura en 2010. El ¨²ltimo a?o ha establecido un r¨¦cord de actividad con 7.908 animales auxiliados, un 15% m¨¢s respecto al a?o anterior.
El CRAS, administrado por el Gobierno regional, se ubica en una parcela de 51.000 metros cuadrados en Tres Cantos, 22 kil¨®metros al norte de Madrid, en ese punto de la comunidad donde el suelo es menos ¨¢rido y la vegetaci¨®n se hace m¨¢s verde. Las instalaciones cuentan con una recepci¨®n, UCI, quir¨®fanos, laboratorios, salas de observaci¨®n, rayos X, voladeros, hotel de animales ex¨®ticos, cocina, oficinas y biblioteca, todo engalanado por el omnipresente piar de los pacientes. La plantilla est¨¢ compuesta por 11 personas que atienden a un promedio de 500 animales, aunque en verano, cuando el calor multiplica los accidentes de los p¨¢jaros, una cuadrilla de becarios universitarios y otros veterinarios se suman como refuerzo.
Las aves prevalecen dentro de los grupos taxon¨®micos que recibe el CRAS, con un 89% de los ejemplares asistidos ¡ªel 10% de ellas, rapaces¡ª. Siguen la lista los mam¨ªferos con un 10% de los ingresos y, con un porcentaje residual, reptiles, anfibios y peces. Aunque el CRAS opta por una pronta liberaci¨®n para evitar el congestionamiento del centro, hay algunas especies ex¨®ticas que se han convertido en residentes, ante la imposibilidad de su puesta en adopci¨®n. Algunos ejemplos son las iguanas, tortugas, guacamayas, boas constrictoras de hasta tres metros de longitud e incluso un cerdo vietnamita.
El 48% de los animales que ingresan con vida son liberados de nuevo al medio natural, mientras que el 41% fallece, principalmente a consecuencia de las lesiones (27%) o por eutanasia (14%).
Juan pas¨® una semana en un cub¨ªculo de un metro cuadrado de la UCI, antes de entrar en la sala de observaci¨®n. El 12 de enero, a un mes de su ingreso, el cern¨ªcalo volvi¨® a alzar vuelo, aunque no en su entorno natural, sino en uno de los voladeros artificiales del CRAS, que representan el paso previo a la liberaci¨®n. Estas jaulas de forma hexagonal o alargada est¨¢n tapadas por una malla de sombreado para evitar el contacto con el exterior. ¡°Solo entramos para lo estrictamente necesario porque queremos que el contacto con el humano sea el m¨ªnimo para que no se acostumbren a nosotros¡±, afirma Silvia Villaverde.
En el CRAS replican las caracter¨ªsticas del h¨¢bitat de cada especie, durante su recuperaci¨®n. Para ello, trabajan con el m¨¦todo fostering, que consiste en usar aves nodrizas que tengan cr¨ªas del mismo tama?o que el animal enfermo ¡°para que lo cr¨ªen como si fuera un hijo m¨¢s¡±, se?ala Villaverde. El m¨¦todo se prob¨® con vencejos, pero al ver la tasa alta de aceptaci¨®n de los padres adoptivos, han comenzado a experimentar con cig¨¹e?as y cern¨ªcalos como Juan.
La simulaci¨®n del entorno natural de los animales del CRAS tambi¨¦n pasa por la alimentaci¨®n, que en este lugar se ofrece en un men¨² poco convencional. La primera raci¨®n del d¨ªa puede llevar insectos descongelados, como grillos o gusanos, que cuestan hasta 20 euros el kilo. Para las aves de presa se desmiembran conejos o pollos reci¨¦n nacidos que se arrojan a los voladeros aun con plumas y sangre, tal como lo encontrar¨ªan en el medio natural.
Los animales que est¨¢n a punto de ser liberados se alimentan de carnada viva, principalmente de los ratones que se cr¨ªan en el bioterio del CRAS. ¡°Tenemos presa viva para que [las aves en recuperaci¨®n] vean como las nodrizas la matan y se la comen, para que aprendan que eso es comida¡±, se?ala Villaverde.
Causas de ingresos
Las ca¨ªdas de los nidos representan cerca de la mitad de los ingresos del CRAS. Villaverde explica que este fen¨®meno ¡°viene muy marcado por las olas de calor¡±: Con las temperaturas tan altas de los ¨²ltimos a?os, hay un momento en que no aguantan el calor y se tiran de los nidos, cuando todav¨ªa no pueden volar¡±. Este problema afecta principalmente a los vencejos, la especie que m¨¢s ejemplares aporta al registro del CRAS, con 1.791 auxiliados en 2023, seguidos del gorri¨®n (416), la paloma brav¨ªa (395) o la urraca (345). En menor n¨²mero, pero de mayor importancia dada la urgencia de su conservaci¨®n, resaltan el b¨²ho real (78 ejemplares), el milano real (61), el halc¨®n peregrino (24), el buitre eegro (16) o el ¨¢guila imperial (14).
La segunda causa de ingreso m¨¢s com¨²n agrupa a los traumatismos ocasionados por accidentes contra el mobiliario urbano, como las pistas de p¨¢del o los rascacielos, que contabilizaron m¨¢s de un millar de ingresos en 2023. El problema para Villaverde es que ¡°las tendencias urban¨ªsticas no siempre tienen en cuenta al resto de especies que viven en las ciudades¡± y cita como ejemplo ¡°los edificios con espejos en las fachadas¡±. En algunas edificaciones han probado con ¨¦xito pegar figuras adhesivas a los cristales para reducir la accidentalidad o simplemente apagar las luces durante la noche, como ha hecho Nueva York, la que tal vez sea la capital de la accidentalidad para las aves. Los especialistas del centro sospechan por las heridas de Juan que el cern¨ªcalo probablemente se haya estrellado en pleno vuelo. ¡°Seguramente fue una racha de viento¡±, apunta Villaverde, quien relaciona el ingreso del ave con las condiciones climatol¨®gicas adversas del d¨ªa del siniestro.
Desde el CRAS tambi¨¦n advierten del peligro de las tendencias en redes sociales. Villaverde resalta: ¡°Lo de las modas es un problema. Nosotros casi que estamos en las redes sociales, para saber qu¨¦ nos va a venir¡±. Los ejemplos abundan: desde la tendencia viral en Tik Tok que multiplic¨® la adopci¨®n de patos peque?os, hasta el erizo africano, declarado como especie ex¨®tica invasora, pero protagonista en las redes. Disney tambi¨¦n influye en la compra y el abandono de los animales. ¡°Los mapaches de Pocahontas, los Zuricatos del El Rey Le¨®n¡±, cita algunos ejemplos Villaverde, que luego terminan en el CRAS, ¡°cuando las familias se cansan del animal y lo abandonan¡±. Muchos de estos individuos viven en comunidades grandes, as¨ª que despu¨¦s del cautiverio, llegan al CRAS ¡°mal de la cabeza: dando vueltas sobre s¨ª mismos o mordi¨¦ndose el rabo por el estr¨¦s, porque no pueden desarrollar su naturaleza¡±, detalla Villaverde.
Los animales solo se liberan cuando est¨¢n en plenas capacidades, ya que la convalecencia puede ser mortal bajo la ley indiscutible de la naturaleza que reserva la supervivencia para los m¨¢s aptos. El 1 de febrero lleg¨® el d¨ªa m¨¢s esperado para Juan. Tras m¨¢s de 90 d¨ªas de recuperaci¨®n, su recuperaci¨®n estaba completa. Rub¨¦n Garc¨ªa (87 a?os), auxiliar t¨¦cnico veterinario del CRAS, tom¨® el ave del voladero, le tap¨® la cabeza con un trapo para evitarle el estr¨¦s y lo llev¨® al punto de la liberaci¨®n, dentro de las mismas instalaciones del centro.
Las principales caracter¨ªsticas a tener en cuenta para la liberaci¨®n de un animal es la disponibilidad alimentaria y la garant¨ªa de resguardo, se?ala Garc¨ªa antes de destapar la cara de Juan, que mueve sus ojos compulsivamente de un lado a otro como queriendo abarcar la infinitud de la vegetaci¨®n que tiene por delante. ¡°Uno, dos y tres¡±, cuenta el auxiliar antes de impulsar el ave hacia arriba. Juan da unos primeros aletazos torpes que lo hacen subir y bajar bruscamente, pero antes de irse de bruces, logra alzar el vuelo por encima de la dehesa de Tres Cantos, rica en encinas para anidar y conejos para comer. ¡°?Qu¨¦ bonito!¡±, expresa Garc¨ªa con la mirada clavada en el cern¨ªcalo que se transforma en un punto min¨²sculo en el horizonte. ¡°Nunca sabes si realmente est¨¢n curados hasta que llega ese momento¡±.
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