Juicio por violaci¨®n a un celador de psiquiatr¨ªa del hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid: ¡°Yo estaba acorralada¡±
La v¨ªctima relata dos agresiones despu¨¦s de que el acusado le ofreciera coca¨ªna mientras estaba ingresada por un cuadro agudo tras haber intentado suicidarse
Un hombre de 40 a?os se ha sentado este mi¨¦rcoles frente al juez acusado de violar a una paciente de psiquiatr¨ªa de 19 a?os del hospital Ram¨®n y Cajal en Madrid en 2021. R. en ese momento trabajaba como celador en esa planta en la que estaba ingresada la denunciante por un episodio agudo en el que hab¨ªa intentado suicidarse. El acusado tambi¨¦n suministr¨® coca¨ªna a la joven. En la vista oral, ¨¦l ha asegurado que fue ella la que le pidi¨® droga y la que lo empez¨® a tocar y ¨¦l no pudo evitar ¡°hacer el acto¡±. Ella, sin embargo, narra una realidad muy distinta: ¡°Cerr¨® la puerta con llave, estaba acorralada, me qued¨¦ bloqueada¡±. En el proceso est¨¢ acusada tambi¨¦n la Consejer¨ªa de Sanidad de la Comunidad de Madrid, como responsable de haber garantizado el bienestar de la v¨ªctima.
Los hechos sucedieron el 29 de abril y el 1 de mayo, seg¨²n la denuncia. La v¨ªctima ha podido declarar en la vista oral por videoconferencia para no tener que coincidir en la sala con el presunto agresor. A ratos con una voz potente, a ratos con un hilo, la muchacha ha descrito las agresiones, que se produjeron en un momento en el que ella tomaba ¡°cinco pastillas al d¨ªa¡± por prescripci¨®n m¨¦dica. Un testimonio que ha interrumpido por los sollozos. La chica est¨¢ diagnosticada con trastorno de la personalidad, psic¨®tico y alimenticio. El acusado era celador interino en ese centro desde 2007.
¡°Yo en ese momento estaba muy inestable, se acerc¨® a m¨ª a darme cigarros y luego me dijo que tambi¨¦n ten¨ªa coca¨ªna. Yo no la hab¨ªa probado nunca, pero estaba muy mal, no s¨¦ por qu¨¦ dije que s¨ª. Despu¨¦s de eso me encerr¨® en una sala, cerr¨® con llave y se puso violento¡±, ha explicado sobre la primera agresi¨®n. ?l afirma que ese primer d¨ªa solo fumaron y consumieron drogas porque ella se lo pidi¨® y que no sucedi¨® nada sexual. Despu¨¦s de eso, ¨¦l le facilit¨® un tel¨¦fono m¨®vil, algo prohibido en un ingreso as¨ª, que us¨® para escribirle mensajes como: ¡°Eres un sue?o, nunca me hab¨ªa pasado algo as¨ª¡±. Ella ha asegurado que acept¨® el dispositivo porque quer¨ªa escuchar m¨²sica y que ¨¦l le pidi¨® que no se enterara nadie.
Sobre la segunda, la denunciante ha descrito que se encontraba en su habitaci¨®n por la noche cuando el celador entr¨® y volvi¨® a violarla y le orden¨® a guardar silencio para que no se despertara la compa?era de habitaci¨®n. A la v¨ªctima le ha costado mucho entrar en los detalles de la agresi¨®n y ha necesitado ayuda de la fiscal, su abogado, Juan Manuel Medina, y el juez, en diferentes momentos, para contar todos los detalles. El magistrado ha considerado improcedente una pregunta sobre si hab¨ªa propiciado encuentros sexuales con otros pacientes. El abogado de la defensa tambi¨¦n ha preguntado a una compa?era de trabajo del acusado si la v¨ªctima era una persona ¡°melosa¡±, a lo que ha respondido que s¨ª y que recuerda que le gustaba estar cerca de ¡°figuras masculinas¡±.
Despu¨¦s de los hechos, la chica se hizo unos cortes y se trag¨® 12 fichas del juego de las damas. Unos d¨ªas despu¨¦s, cuando entr¨® de turno un enfermero que a la v¨ªctima le ¡°ca¨ªa bien¡± porque se hab¨ªa ¡°portado muy bien¡±, le cont¨® lo sucedido. En ese momento avisaron a la familia y presentaron la denuncia. ¡°Fue muy traum¨¢tico, yo ve¨ªa a mi hija muy demacrada¡±, ha apuntado el padre, que ha lamentado que apenas pod¨ªa tener contacto con ella por las restricciones impuestas por el covid. El progenitor ha narrado que la chica tiene trastornos alimenticios desde los 14 a?os y que cuando intent¨® suicidarse en marzo de 2021 fue ¨¦l quien la llev¨® al hospital, donde qued¨® ingresada. ¡°Mi hija no estaba en situaci¨®n de tener relaciones sexuales con nadie. Estaba inestable. Todo se convirti¨® en una agon¨ªa y un infierno m¨¢s dram¨¢tico¡±, ha afirmado.
Uno de los enfermeros de esa planta ha asegurado que recrimin¨® al acusado que le dejara un tel¨¦fono m¨®vil, despu¨¦s de pillarla con ¨¦l en la mano en una de las rondas. El testigo ha se?alado que no se extra?¨® de posibles ausencias del acusado porque a veces el personal sale a fumar y no avisa. Fue a este sanitario al que la v¨ªctima acudi¨® para contarle lo sucedido. ¡°Nosotros somos personal sanitario y ella una paciente. No le hice la pregunta de si hubo consentimiento porque no concibo que deba suceder algo as¨ª. No me entra en la cabeza el consentimiento. Me sent¨ª escandalizado y avis¨¦ a un m¨¦dico de guardia¡±, ha puntualizado el enfermero, quien dio parte a sus superiores tanto del episodio del m¨®vil como de la agresi¨®n sexual. ¡°Ella estaba en estado de ansiedad¡±, ha se?alado. Dos forenses que examinaron a la v¨ªctima tras los hechos han indicado que las patolog¨ªas de la chica se agravaron tras estos hechos. ¡°Fue coherente y congruente¡±, han afirmado las peritos sobre la declaraci¨®n que hizo la joven cuando denunci¨®.
La fiscal¨ªa pide para el acusado 10 a?os de prisi¨®n por un delito continuado de abuso sexual y una indemnizaci¨®n de 20.000 euros que deber¨ªa asumir la Comunidad de Madrid. La acusaci¨®n particular solicita 26 a?os de c¨¢rcel por dos abusos sexuales y facilitar estupefacientes a una paciente psiqui¨¢trica. El abogado Juan Manuel Medina ha elevado la petici¨®n de la responsabilidad civil a 60.000 euros. En este caso se aplica el tipo penal de abuso porque los hechos son previos a la nueva ley de libertad sexual. El letrado de la defensa cree que su cliente debe ser exonerado de cualquier responsabilidad penal.
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