El esc¨¢ndalo c¨¢rnico de los falsos certificados de jam¨®n: ¡°Podr¨ªa ser un problema de salud p¨²blica¡±
Los due?os de una empresa de despiece de Legan¨¦s son acusados de un supuesto fraude con el que han podido ganar 17 millones de euros. El sector defiende que son ¡°casos aislados¡±
Era verano cuando lleg¨® a las manos de la Polic¨ªa Nacional una denuncia an¨®nima que alertaba de un delito jamonero. Seg¨²n esa mano acusadora, hab¨ªa una potente empresa con instalaciones en Legan¨¦s (Madrid) y Sese?a (Toledo) en la que se comet¨ªan graves irregularidades, entre ellas, se estampaba un falso certificado sanitario en los jamones. El documento, sin firma, apuntaba a que la compa?¨ªa denunciada hab¨ªa robado este c¨®digo ¨²nico que identifica al matadero del que sale cada pieza y lo imprim¨ªa en sus productos. Los investigadores policiales, que se convirtieron en cuesti¨®n de meses en unos expertos en el sector c¨¢rnico, quer¨ªan estar seguros de qu¨¦ buscar cuando entraran en esas naves. Y lo que hallaron fue lo que buscaban: el sello falsificado a la vista de todos encima del mueble de un extintor.
?En qu¨¦ consiste el timo que supuestamente esta empresa llevaba a cabo? La clave est¨¢ en las letras y n¨²meros grabados en la piel del cerdo. El certificado es ese sello ovalado que lucen los productos alimentarios y que indica el pa¨ªs y provincia de sacrificio y el registro sanitario del matadero. Una numeraci¨®n concreta que permite saber, en el caso de las carnes, de qu¨¦ matadero proviene ese producto, y, por tanto, en qu¨¦ condiciones se ha tratado y tambi¨¦n qu¨¦ valor tiene en el mercado. Esta empresa colocaba presuntamente uno con una categor¨ªa superior a la que realmente ten¨ªan sus jamones, y obten¨ªan as¨ª un beneficio mayor. La polic¨ªa cifra en 17 millones de euros este enriquecimiento il¨ªcito en los ¨²ltimos cinco a?os.
El principal problema de esta pr¨¢ctica, o al menos el m¨¢s grave, es que falsificar la procedencia de los productos dificulta soberanamente su trazabilidad. Si se produjeran casos de intoxicaci¨®n alimentaria, ser¨ªa imposible conocer el origen y, por tanto, muy complicado frenar el problema. ¡°Lo grave no es solo lo que se ha hecho, sino lo que podr¨ªa haber llegado a suceder: un problema de salud p¨²blica y tambi¨¦n de reputaci¨®n de la marca Espa?a¡±, apunta la oficial que ha trabajado en el caso.
Ella y su compa?ero, un subinspector, no solo han aprendido a marchas forzadas la legislaci¨®n espec¨ªfica, sino que han conocido a fondo las instalaciones de un matadero. ¡°Un sitio en el que es dif¨ªcil aguantar, con esto aprendimos a valorar m¨¢s a sus trabajadores¡±, se?ala el agente de la Brigada Provincial de Extranjer¨ªa y Fronteras de Madrid, que cuenta con una unidad de falsedad documental, uno de los delitos que se imputa a los presuntos autores de esta estafa.
La operaci¨®n culmin¨® con seis detenidos, entre los que estaban el veterinario, un encargado, una trabajadora del control de calidad, otro empleado de la gerencia y los dos due?os de la empresa familiar. Se trata de dos hermanos de 50 y 57 a?os que dirigen, con el mismo nivel de responsabilidad, esta compa?¨ªa fundada por su padre dos d¨¦cadas atr¨¢s. Cuando los agentes hallaron el sello, los hermanos se escudaron en que lo ten¨ªan por si acaso al matadero se le hab¨ªa olvidado ponerlo en alguna pieza. Pero, para entonces, los investigadores ya sab¨ªan tanto del sector como para conocer que ese objeto solo puede estar dentro del matadero, nunca en la empresa de despiece y envasado, y bajo la custodia estricta del veterinario de este.
¡°Comprobamos en el matadero al que hab¨ªan robado el sello, como ocurre en otros, que es un objeto que siempre est¨¢ bajo supervisi¨®n del veterinario, que a veces incluso lo guarda en una caja fuerte cuando no se est¨¢ utilizando¡±, explica la oficial. En este caso, comprobaron que el matadero al que pertenec¨ªa la numeraci¨®n que aparec¨ªa en los jamones de esta empresa estaba en Aranjuez y que no ten¨ªan ni idea de que todos esos ejemplares estaban siendo puestos a la venta con su c¨®digo.
¡°Nos mostraron todos sus sellos, con sus correspondientes facturas y comprobamos que no hab¨ªan prestado ninguno ni se hab¨ªa denunciado ning¨²n robo¡±, explica el subinspector que investig¨® este fraude. Lo m¨¢s probable es que la empresa de Legan¨¦s y Sese?a hubiera conseguido una copia de forma clandestina. El matadero de Aranjuez cuenta con un certificado IFS, que es el m¨¢s exigente en t¨¦rminos de seguridad alimentaria y que es aceptado en los mercados de todo el mundo. Precisamente por eso, su c¨®digo era tan codiciado.
Gracias a los testimonios recabados, las pesquisas concluyeron que el sellado de las patas era una pr¨¢ctica habitual en la empresa investigada, que se hac¨ªa a la vista de todos ¡ªun centenar de empleados en Legan¨¦s¡ª y desde hace, al menos, cinco a?os. ¡°Lo hac¨ªan con camiones y camiones cada semana, que proven¨ªan de otro matadero que enviaba su carne sin sello¡±, explica la investigadora. No hay detenidos en el matadero proveedor.
Los jamones, de variedad Duroc y Blanca, llegan a gran parte de Espa?a y del extranjero. Esta empresa c¨¢rnica cuenta con 500 clientes directos, desde peque?as tiendas, hasta grandes cadenas de supermercados y tambi¨¦n empresas que se dedican a la exportaci¨®n a otros pa¨ªses. La polic¨ªa se ha puesto en contacto con todos estos afectados y, mientras que algunos han expresado alivio al constatar que al menos no se hab¨ªa producido ninguna intoxicaci¨®n entre sus compradores, otros se han enfadado ostensiblemente. Alguno de ellos mont¨® en c¨®lera al saber que este presunto fraude habr¨ªa podido hacer peligrar todo su negocio y su reputaci¨®n.
No pas¨®, pero podr¨ªa haber sucedido, porque en la inspecci¨®n sanitaria que se llev¨® a cabo en los almacenes de esta firma fueron halladas varias toneladas de piezas en mal estado. Hubo que retirar 10 pal¨¦s de ejemplares porque no eran aptos para el consumo.
Cada cierto tiempo, las fuerzas policiales act¨²an contra alg¨²n empresario que quiere colar lo que no es. En diciembre de 2021, la Guardia Civil actu¨® contra una firma de Getafe (Madrid) que trataba de vender como ib¨¦ricos jamones que no lo eran. Para ello, los responsables colocaban vitolas ib¨¦ricas, la etiqueta que se pone cerca de la pezu?a, que indicaban que las piezas proced¨ªan de Huelva, pero que ten¨ªan irregularidades. Los agentes se incautaron de 405 paletas y 659 jamones por valor de 180.000 euros y detuvieron a tres personas en la provincia andaluza. El pasado julio, otro empresario fue arrestado en Sevilla, acusado tambi¨¦n de hacer pasar por ib¨¦ricas sus piezas. En su caso, no solo maquill¨® los certificados, sino que modific¨® los ejemplares con soplete, aceite de semillas y carb¨®n natural para hacerlos pasar por pata negra.
Asociaciones del sector aseguran que se trata de casos aislados y que, el hecho de que salgan a la luz estas operaciones, es una muestra de que los sistemas de control funcionan. ¡°Desde Anice [Asociaci¨®n de Industrias de la Carne de Espa?a] aplaudimos toda medida que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado tomen para luchar contra la falsificaci¨®n y el fraude de los productos alimentarios. Casos como el que se ha producido en esta ocasi¨®n son aislados, y se detectan porque el sistema de control y trazabilidad funcionan¡±, asegura en un correo electr¨®nico la entidad. ¡°Somos los primeros interesados en que se act¨²e contra aquellos que no cumplen con las reglas establecidas, cuyo objetivo no es otro que garantizar un producto de la m¨¢s alta calidad¡±, apunta un portavoz de la asociaci¨®n interprofesional del cerdo ib¨¦rico.
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