¡°Trastornos¡± y ¡°autolesiones¡±, el desgarro de 139 discapacitados desahuciados de su centro de toda la vida
Un complejo residencial creado por Telef¨®nica en Pozuelo a iniciativa de sus empleados en 1982 y ahora gestionado por la empresa SSH, SL echa el cierre y obliga a la Comunidad de Madrid a reubicar a sus hist¨®ricos usuarios
Cualquier desahucio es un drama pero si, como en este caso, afecta a 139 personas vulnerables con s¨ªndrome de down, autismo o par¨¢lisis, resulta tr¨¢gico. En los centros de d¨ªa y residenciales Almanzor y Avantos de Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid), creados por Telef¨®nica a trav¨¦s de su asociaci¨®n ATAM (Asociaci¨®n Telef¨®nica para Asistencia a Minusv¨¢lidos) en 1982 e inaugurados entonces por la Reina Sof¨ªa, se encuentran cada d¨ªa ¡ªmuchos desde hace d¨¦cadas¡ª Jos¨¦ ?ngel V¨¢zquez, de 42 a?os y con par¨¢lisis cerebral motora; Jos¨¦ Garrote y Pilar Fern¨¢ndez, de 33 a?os, con s¨ªndrome de down y que se han hecho medio novios; Jorge Manada, de 39 y con autismo; Jos¨¦ Nicol¨¢s, de 82 y con un retraso cognitivo grave; o Pedro Cejuela, de 59 y s¨ªndrome de down, que el pasado 25 de abril se manifestaba junto a su padre y su hermana frente a la sede de Telef¨®nica en el n¨²mero 27 de la Gran V¨ªa de Madrid, con un pito en la boca y gritando: ¡°?No al cierre! ?No al cierre!¡±.
Fueron ¡°los ni?os¡±, angustiados quienes anunciaron a finales del pasado mes de marzo la mala noticia a sus familias. ¡°?Se van todos, pap¨¢!¡±, le dijo asustado Jos¨¦ ?ngel V¨¢zquez a su padre. Acababa de llegar a casa en la ruta desde el Centro de D¨ªa Almanzor, al que acude desde hace 36 a?os ¡ªdesde que ten¨ªa seis¡ª, por su par¨¢lisis cerebral. Su padre escribi¨® inmediatamente una pregunta en su cuaderno que al d¨ªa siguiente vino respondida por escrito: ¡°Cierran el 29 de abril, SSH S.L. [la empresa que los gestiona] dice que est¨¢n en quiebra y que la Comunidad de Madrid reubicar¨¢ a los usuarios y a nosotros nos ayudar¨¢n a encontrar empleo¡±, dec¨ªa la nota de su tutor.
El nerviosismo y la inquietud se ha apoderado de las familias, muchos de ellos exempleados de Telef¨®nica, que llevan d¨¦cadas con sus hijos, hermanos, o t¨ªos, en esos centros. Sus protestas de las ¨²ltimas semanas han servido para ganar algo de tiempo y aplazar el cierre un mes, hasta al pr¨®ximo 31 de mayo.
¡°Los cambios son fatales para estas personas, son muy sensibles a cualquier modificaci¨®n en su vida¡±, explica Mariluz Manada, hermana de Jorge, que lleva 30 a?os en el centro como hijo de empleado de Telef¨®nica y que llama ¡°mam¨¢¡± a Araceli Barcel¨®, su monitora de siempre. ¡°Desde hace unas semanas ha vuelto a autolesionarse tras a?os sin hacerlo¡±, cuenta Manada. ¡°Los ruidos, los cambios de colores de las paredes, cosas que a nosotros nos parecen nimiedades, para ellos son tremendamente estresantes¡±, a?ade.
¡°La principal base para trabajar la discapacidad son las rutinas y por eso los cambios, la p¨¦rdida de relaciones, la ausencia de referencias f¨ªsicas y personales generan un fuerte impacto y un aumento del estr¨¦s, la ansiedad y la desorientaci¨®n en estas personas, y conllevan posteriormente cambios en la conducta, comportamientos disruptivos, autolesiones...¡±, se?ala el psicopedagogo Juanjo Mill¨¢n, director de ?rea 44, centro especializado en dificultades del aprendizaje. ¡°Por ejemplo, todo el tema sensorial afecta much¨ªsimo al autismo, cualquier modificaci¨®n en la luminosidad, los sonidos, el olor, el tacto, el color de las cosas... aumenta las estereotipias [movimientos involuntarios]¡±, agrega. ¡°Y la p¨¦rdida de relaciones significativas les desestabilizan emocionalmente, porque su estabilidad depende de esas rutinas, de esos v¨ªnculos de ese ecosistema confiable¡±, explica.
¡°?Qu¨¦ va a pasar ahora con nosotros?¡±, pregunta Jorge, consciente de que pueden separarlo de sus compa?eros y de Araceli. ¡°Jorge vive en el centro desde que muri¨® mi madre¡±, cuenta Mariluz. ¡°Es feliz all¨ª, sale conmigo y con mis hermanos a merendar o de vacaciones, pero siempre prefiere volver a lo que considera su casa, su familia; otros ya solo tienen la familia del centro, porque han muerto sus familiares o sus familias no se pueden hacer cargo¡±, advierte Manada. ¡°Mi padre trabaj¨® toda su vida en Telef¨®nica y ahora, aun jubilado, sigue pagando la cuota mensual de 12 euros para ATAM¡±, recalca. ¡°A todos los trabajadores de Telef¨®nica se les retiraba esa cuota mensual de sus n¨®minas, salvo que se opusieran¡±, asegura. Se trataba de una aportaci¨®n para un fin social de una instituci¨®n ¡°sin ¨¢nimo de lucro y declarada de Utilidad P¨²blica por el Consejo de Ministros en 1977, seg¨²n su p¨¢gina web.
Los centros y las instalaciones del complejo para discapacitados y la gran finca boscosa en la que se asientan pertenecen a ATAM (Asociaci¨®n Telef¨®nica para Asistencia a Minusv¨¢lidos). La asociaci¨®n, propiamente dicha, naci¨® como consecuencia de un acuerdo de Telef¨®nica (entonces empresa p¨²blica) y sus empleados en 1974, para atender a sus familiares con dificultades intelectuales. Por eso, entre el 55% y el 60% de los usuarios actuales de los centros que levantaron en Pozuelo son hoy todav¨ªa parientes directos de empleados de la multinacional de telecomunicaciones.
Durante d¨¦cadas, ATAM (con m¨¢s de 40.000 socios de empresas ligadas al grupo Telef¨®nica, seg¨²n su web) gestion¨® directamente ese complejo de Pozuelo como una entidad sin ¨¢nimo de lucro. Pero, a partir de 2008 implement¨® un plan de negocio, coincidiendo con la implantaci¨®n de la Ley de Dependencia, seg¨²n informes de sus auditor¨ªas de cuentas a los que ha tenido acceso EL PA?S. Comenz¨® entonces a compartir la gesti¨®n con una empresa creada ad hoc (Servicios Sociales Habilitadores S.L.), donde ten¨ªa una participaci¨®n del 51%. El 29 de abril de 2015, ATAM, seg¨²n los mismos informes, adquiri¨® por permuta el 100% de SSH S.L. para, ese mismo d¨ªa, transmitir el 100% de las participaciones a la ONG ABD (Asociaci¨®n Bienestar y Desarrollo). ¡°El 1 de mayo de 2015 SSH S.L. se hace cargo de la gesti¨®n en los centros de la sociedad: dos residencias, un centro de d¨ªa y otro ocupacional¡±, recogen las auditorias. Ni Telef¨®nica, ni ATAM, ni SSH S.L., ni ABD, han respondido a la pregunta acerca del porqu¨¦ de esas permutas ni sobre sus objetivos. Y los miembros del comit¨¦ de empresa aseguran desconocerlo pese a haberlo preguntado.
¡°No te voy a decir nada¡±, responde airada la subdirectora de ATAM, Teresa Alonso, a la llamada de EL PA?S. ¡°Solo te voy a contestar a una cosa y no voy a contestar a nada m¨¢s: esos centros [Almanzor y Avantos] no est¨¢n gestionados por ATAM, y las familias ya tienen nuestra respuesta¡±, dice tras puntualizar que ella es la responsable del Servicio de Atenci¨®n a Familias de la instituci¨®n y que consultar¨¢ con sus superiores si atienden las preguntas de este diario. Nadie m¨¢s lo hizo. El director de ATAM es Ignacio Aizp¨²n.
Ahora, cuando el cierre de los centros es inminente y Jos¨¦ ?ngel, Pedro, Jorge, Pilar, Jos¨¦ y otras 135 familias y 64 trabajadores viven sumidos en el desasosiego, Telef¨®nica y ATAM dicen que ¡°esos centros ya no tienen nada que ver con ellos desde hace a?os: ¡°No los operamos nosotros¡±. En la sociedad gestora, ABD,-SSH S.L. no hacen declaraciones ¡°porque es un tema muy delicado¡±, seg¨²n traslada un portavoz. Y en la Comunidad de Madrid andan locos buscando plaza para reubicar a los afectados, algunos de los cuales ya han rechazado las nuevas ubicaciones que les han sugerido en residencias de ancianos.
El complejo de Pozuelo contaba con unas instalaciones mod¨¦licas en un emplazamiento natural id¨ªlico de 14 hect¨¢reas de bosque en Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid), que ahora colinda con el mayor desarrollo urban¨ªstico previsto en el cotizado municipio madrile?o. ¡°Hab¨ªa colegio, granja, piscina, pista de tenis, servicios m¨¦dicos, de seguridad, actividades (baile, teatro¡), huerto...¡±, recuerda Maribel Albarr¨¢n, tambi¨¦n hija de otro trabajador de Telef¨®nica y sobrina de Jos¨¦ Nicol¨¢s, de 82 a?os, que lleva la mitad de su vida en este centro, en el que tiene una colecci¨®n de cintas de cassettes de todos los tiempos, su pasi¨®n aparte del Atleti.
Ante el desconcierto, la ausencia de comunicaciones oficiales, y el temor por el sufrimiento de ¡°los ni?os¡±, los familiares se organizaron v¨ªa WhasApp y mandaron una bater¨ªa de preguntas a los responsables. A ATAM, como fundadores, gestores y propietarios de los terrenos e instalaciones del complejo. A la Comunidad de Madrid, como financiadora del servicio para los 139 usuarios de esos centros desde 2008. Y a ABD-SSH S.L. como sucesores de ATAM en la gesti¨®n.
Las respuestas les fueron llegando con cuentagotas. Primero en forma de carta: ¡°Pese a los esfuerzos realizados y a los sacrificios econ¨®micos de los ¨²ltimos a?os, hemos llegado a una situaci¨®n l¨ªmite que nos impide seguir gestionando los centros y que nos ha conducido a su cierre. Hemos hablado con la Direcci¨®n General de personas con discapacidad de la Comunidad de Madrid, que se pondr¨¢n en contacto con ustedes para proceder a la reubicaci¨®n de las personas usuarias¡±, firmaba el 20 de marzo la consejera delegada de ABD, Mar¨ªa de los ?ngeles Guiteras Mestres.
En la Direcci¨®n General de Dependencia de la Comunidad de Madrid aclaran en un mensaje escrito de respuesta a las preguntas de EL PA?S: ¡°La Comunidad de Madrid ya est¨¢ asignando nuevas ubicaciones para los 139 usuarios con discapacidad intelectual de la Residencia con Centro Ocupacional Avantos y del Centro de D¨ªa y Residencia Almanzor, ambos propiedad de Servicios Sociales Habilitadores S.L.¡±. Y puntualizan: ¡°Esta actuaci¨®n se lleva a cabo por la decisi¨®n unilateral de esta empresa de cerrar estos centros, el pr¨®ximo 31 de mayo, debido a un problema propio de gesti¨®n, ajeno completamente a la Comunidad de Madrid¡±. Para concluir apostillando: ¡°La Consejer¨ªa de Familia, Juventud y Asuntos Sociales ha abonado siempre en tiempo y forma la financiaci¨®n de las 139 plazas concertadas con esta entidad¡±, y deja as¨ª claro que lo ¨²nico que hace es pagar lo estipulado por cada usuario.
¡°ATAM, el brazo social y de atenci¨®n a la discapacidad de Telef¨®nica, se ha ido ocultando paulatinamente bajo ese entramado empresarial¡±, dice una veterana trabajadora de la asociaci¨®n que ha visto el ¡°progresivo desmantelamiento¡± y que, como muchos, no quiere dar su nombre por temor a represalias laborales. Muchos de los 64 empleados tienen sueldos mileuristas.
Familias, usuarios y trabajadores se han movilizado y se han reunido con representantes de todas las partes implicadas, sin que nadie les haya dado una soluci¨®n satisfactoria y adecuada para los principales afectados. En las ¨²ltimas semanas se han manifestado en la sede de Telef¨®nica en Gran V¨ªa, frente a sus puertas de cristal, cerradas y en obras, donde se lee: ¡°Estamos transformando el lugar donde empez¨® todo para ti¡±.
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