M¨¢ximo aforo e incertidumbre en la tercera semana de la acampada por Gaza en Madrid
Los estudiantes del campamento de la Universidad Complutense, que ya supera las 250 tiendas, piden a los vicerrectores que retomen el di¨¢logo para buscar una salida a la protesta
La rueda de prensa estaba convocada a las 12.00 de este martes, pero ha comenzado 10 minutos despu¨¦s y no precisamente como una cita ordinaria con los periodistas. En la performance han participado una veintena de estudiantes con el rostro cubierto por kufiyas ¨Del pa?uelo tradicional de Oriente Pr¨®ximo¨D, que se han tumbado frente la mesa reservada a los portavoces. Quer¨ªan simular su muerte, como si hubiesen perecido a causa de un bombardeo. Han entrado con una timidez que delataba su falta de experiencia en las artes esc¨¦nicas pero, tras un par de instrucciones, la representaci¨®n ha cobrado credibilidad. ¡°Juntaos m¨¢s, e incluso poneos unos encima de otros¡±, ordenaba la voz encargada de pulir la escenograf¨ªa.
Despu¨¦s, frente a la pila de pseudo cad¨¢veres, dos portavoces del Bloque Interuniversitario por Palestina han le¨ªdo una declaraci¨®n: ¡°Queremos denunciar la ruptura unilateral de las negociaciones por parte del equipo rectoral de las universidades p¨²blicas madrile?as¡±. Se refer¨ªan al golpe en la mesa de los vicerrectores de estudiantes de las Universidades p¨²blicas de Madrid, despu¨¦s de que una parte de los alumnos acampados por Gaza desde el 7 de mayo ocupara el viernes el Edificio de Estudiantes de la Universidad Complutense (UCM), mientras una delegaci¨®n estudiantil discut¨ªa en ese inmueble con la c¨²pula de la academia.
Los estudiantes no sospecharon que la toma del vicerrectorado de la UCM llevar¨ªa a la paralizaci¨®n de la mesa de di¨¢logo. ¡°No debi¨® haber ocurrido la ruptura de relaciones¡±, ha opinado Blanca Mart¨ªnez, una de las j¨®venes m¨¢s activas en el campamento, quien defiende la ocupaci¨®n del edificio como una medida ¡°normal¡± en el contexto de ¡°crispaci¨®n¡± que han dejado dos semanas de acampada sin respuestas satisfactorias para los alumnos. Los j¨®venes aseguran haber intentado ¡°por todas las v¨ªas¡± retomar el di¨¢logo, pero no ha sido posible. ¡°Queremos que contin¨²en las reuniones porque es la forma de ejercer presi¨®n¡±, ha dicho la portavoz estudiantil.
Los vicerrectores, a¨²n dolidos por lo que consideran la violaci¨®n de una l¨ªnea roja, no han decidido si retomar, o no, las conversaciones. Rosa de la Fuente, vicerrectora de estudiantes de la UCM, estaba adentro del edificio cuando entraron los estudiantes. ¡°No entendemos qu¨¦ pas¨®, fue una lamentable sorpresa lo ocurrido el viernes. Sin dejarnos hablar, ni poder avanzar nada del trabajo hecho, se ocupa el edificio de forma violenta, arrollando a la seguridad, sin ning¨²n sentido pol¨ªtico, rompiendo unilateralmente el di¨¢logo al saltarse una l¨ªnea roja consensuada entre la acampada y la vicerrector¨ªa de estudiantes de la UCM¡±, ha explicado.
Una postura similar sostiene su hom¨®logo de la Universidad Aut¨®noma de Madrid (UAM), Javier Oubi?a, para quien ¡°la confianza se ha visto afectada¡± por los hechos del viernes. El vicerrector ha aclarado que algunos colectivos de su universidad, adheridos al campamento, pero en contra de la irrupci¨®n, le han ofrecido disculpas despu¨¦s de la ocupaci¨®n. ¡°Lo atribuyen a un error de descoordinaci¨®n¡±, ha detallado.
Para De la Fuente, la reapertura del canal de di¨¢logo con la acampada depende principalmente de los estudiantes. ¡°Son ellos los que deben mostrar que quieren hacer las cosas de otra manera, que entienden que se equivocaron y que quieren volver a la v¨ªa del di¨¢logo¡±, afirma la vicerrectora de la UCM, que incide en el hecho de que, mientras algunos colectivos ¡°han pedido perd¨®n y disculpas¡±, otros ¡°cargan en las universidades la responsabilidad de la ruptura y no entienden la gravedad de los hechos¡±.
Pero las disculpas p¨²blicas que esperan los vicerrectores no son una opci¨®n para los estudiantes. ¡°No tiene sentido pedir perd¨®n, porque las universidades est¨¢n siendo c¨®mplices de un genocidio y est¨¢ en sus manos romper con el sionismo. Ya es ver c¨®mo avanzamos a partir de ahora¡±, ha propuesto la estudiante Mart¨ªnez. Los alumnos exigen a los rectorados la ruptura de todas las relaciones con los centros de investigaci¨®n y educativos en Israel ¨Dya lo hicieron las universidades de Granada y Ja¨¦n la semana pasada y la Universidad de Barcelona este mi¨¦rcoles¨D, as¨ª como las empresas privadas que negocian con el Gobierno de Netanyahu, entre las que mencionan al banco Santander, Amazon, Repsol o Iberdrola.
LA UNIVERSIDAD DE BARCELONA SE COMPROMETE:
— Acampada x Palestina Madrid (@acampadamad) May 22, 2024
-Ruptura total con universidades israel¨ªs
-Ruptura con TODA EMPRESA vinculada con el conflicto
-Petici¨®n al Gobierno y a UE que actuen por la paz
-No participar¨¢ en eventos con vinculaci¨®n israel¨ª
LAS ACAMPADAS FUNCIONAN.
SEGUIMOS ??? https://t.co/uM8uxXCISz
Oubi?a entiende que los centros de ense?anza deben ¡°revisar los convenios con universidades y centros de investigaci¨®n que no hayan condenado la violencia¡±. Pero el tema de las empresas ¡°va m¨¢s all¨¢¡±, continua el vicerrector de la UAM, ya que ¡°es m¨¢s dif¨ªcil establecer estos v¨ªnculos [con el Gobierno de Israel] y las relaciones no son tan claras¡±. Adem¨¢s, el vicerrector subraya que ¡°las empresas subvencionan muchos programas que tienen las universidades¡±, otra raz¨®n por la que considera que ¡°hay que tener cuidado¡± al tomar est¨¢s decisiones ¡°que afectan negativamente al estudiantado¡±. En la misma l¨ªnea, De la Fuente ha declarado sobre la petici¨®n de los alumnos: ¡°Quieren que asumamos sus posiciones como si no tuvieran consecuencias pol¨ªticas, jur¨ªdicas y econ¨®micas¡±.
Los vicerrectores tienen como marco el comunicado del 9 de mayo de la Conferencia de Rectores de las Universidades Espa?olas (CRUE), que expresaba un compromiso de ¡°revisar y, en su caso, suspender los acuerdos de colaboraci¨®n con universidades y centros de investigaci¨®n israel¨ªes que no hayan expresado un firme compromiso con la paz y el cumplimiento del derecho internacional humanitario¡±.
Pero los estudiantes en la acampada insisten en que es insuficiente y que solo pretende desmovilizar la manifestaci¨®n. Aunque para el vicerrector de estudiantes de la UAM, el documento ¡°ofrece m¨¢s margen de maniobra que el que parece¡±. ¡°El problema es que se est¨¢ percibiendo que la CRUE no permite hacer determinadas cuestiones que a lo mejor s¨ª que est¨¢n permitidas¡±, ha deslizado.
En este contexto de posiciones encontradas ¨Do mejor, colisionadas¨D los profesores, que se han perfilado como interlocurores entre los estudiantes y el rectorado, han entendido su rol para el reestablecimiento del di¨¢logo. Son el hilo del que pende la relaci¨®n entre los unos y los otros. Eva Aladro, profesora de la UCM, ha explicado: ¡°Hemos hecho unas tentativas de hablar [con el Vicerrectorado], pero es verdad que el impacto de la ocupaci¨®n del viernes, probablemente err¨®neo, ha hecho mella¡±.
Aunque la docente entiende que la toma del edificio de la UCM fue una ¡°metedura de pata¡±, ha hecho un llamado a la c¨²pula universitaria para que vea la acampada ¡°no como una enemiga, sino como una amiga, lo que pasa es que un poco joven y, a veces, imprudente¡±. As¨ª lo entiende el vicerrectorado de la UAM: ¡°La pena de esto es que las universidades compartimos gran parte del esp¨ªritu que ellos [los estudiantes] defienden, pero no podemos llegar a todo lo que nos piden¡±.
Un campamento que no para de crecer
El asentamiento, que comenzó con algunas tiendas colocadas en la margen izquierda del Edificio de Estudiantes de la UCM, ha ido ocupando todo el antejardin hasta devorarlo por completo. La primera noche eran poco más de 50 carpas; hoy son al menos 255, según el conteo de este diario. Desde hace una semana que no hay espacio para una carpa más, así que los nuevos integrantes han tenido que levantar su tienda al otro lado de la avenida Complutense. Poco ha disuadido la temporada de exámenes, aunque muchos de ellos se juegan la beca. Eso sí, algunos estudiantes se han declarado cansados, al tener que compaginar los estudios con las labores de vigilancia, cocina o logística que demanda el campamento.
Los profesores se han ofrecido a echar una mano con las tareas. José Luis Ledesma, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM, se ha apuntado como voluntario para las rondas nocturnas de seguridad. Comenzó el lunes. Fue una noche larga, pero emotiva. “Una estudiante me vio con el brazalete y me dijo ‘gracias por cuidarnos”, ha narrado sonriente el docente de Historia de los Movimientos Sociales, que ha vivido las acampadas del 0,7 en otoño de 1994¨D la primera ocupación prolongada del espacio público en Madrid como una forma de protesta– y la del 15-M.
Sobre este tercer campamento, que ahora vive como profesor, ha expresado: “Están mostrando una madurez que no teníamos en el 94 y en el 15-M. Han aprendido de experiencias anteriores, replicando los aciertos y corriegiendo los errores. Es emocionante escucharlos en las asambleas”.
El campamento es un ente en constante mutación. Si algunos se marchan, ojerosos y maltrechos; otros vienen enérgicos y bien lavados, con bolsas repletas de mantas y comida. Entre la salida y la puesta del sol, talleres de árabe, historia, oratoria y primeros auxilios se mezclan con las sesiones de estudio, la preparación de los alimentos y hasta conciertos ¨Dcomo los de Rozalén y Marwán¨D. Labores a las que, ahora, se añade una de sumo cuidado: reestablecer la mesa de diálogo con los rectorados.
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