As¨ª operaba una banda que se dedicaba a la estafa del cr¨¦dito falso desde un piso en Legan¨¦s
Siete detenidos por comprar productos tecnol¨®gicos por valor de 100.000 euros con datos robados de 60 clientes de una entidad financiera


Un mensaje llega al tel¨¦fono m¨®vil de un cliente de una entidad que concede cr¨¦ditos. Le avisan de que se est¨¢ realizando una compra a plazos con sus datos. De manera casi simult¨¢nea, esa persona recibe una llamada de tel¨¦fono, supuestamente de la misma entidad, en la que le notifican que alguien est¨¢ tratando de hacer una compra fraudulenta con su identidad y que necesitan saber el c¨®digo que pone en el mensaje que acaban de recibir. La persona, en estado de nervios, conf¨ªa en esa llamada, porque adem¨¢s el n¨²mero coincide con el de atenci¨®n al cliente de la entidad. Les facilita el c¨®digo. La trampa est¨¢ hecha. Detr¨¢s de esa llamada tambi¨¦n est¨¢n los estafadores. Esto es lo que vive la v¨ªctima. Con este entramado, r¨¢pido y efectivo, llegan a enga?ar hasta a 60 usuarios.
Una nueva unidad de ciberdelincuencia de la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid compuesta por 28 agentes ha parado los pies a esta banda compuesta, al menos, por siete personas. Operaban desde una especie de call center (centro de llamadas) que hab¨ªan montado en casa de uno de los implicados, en el municipio madrile?o de Legan¨¦s. Desde all¨ª seleccionaban a las v¨ªctimas, hac¨ªan las compras y llamaban a los desafortunados objetivos. La voz que o¨ªan los afectados era siempre la de una mujer.
El mecanismo era sencillo, compraban tel¨¦fonos m¨®viles, ordenadores y televisiones en comercios on line, seleccionaban pagarlos a plazos e introduc¨ªan los datos obtenidos de una base de clientes de una entidad de pr¨¦stamos a la que hab¨ªan accedido de forma ilegal.
C¨®mo lograron los datos de las v¨ªctimas
¡°Todav¨ªa estamos investigando c¨®mo hab¨ªan obtenido la informaci¨®n de las v¨ªctimas, puede ser que la empresa haya sufrido un hackeo, una fuga de informaci¨®n o que los criminales la hayan comprado a trav¨¦s de la dark web (internet oscura) a criminales que a su vez venden este tipo de bases¡±, explica el jefe de la operaci¨®n, el inspector Fandi?o. El grupo comenz¨® a investigar la existencia de una posible red de estafas cuando detect¨® varias denuncias similares en un periodo corto de tiempo.
El entramado hac¨ªa compras por valor de entre mil y 5.000 euros, una cantidad importante para cualquier ciudadano de a pie. Cuando recib¨ªan el producto adquirido, lo vend¨ªan a terceros. ¡°Tenemos que determinar c¨®mo colocaban los productos, una de las posibilidades es que actuaran por encargo, es decir, que fuera el comprador final el que les indicaba qu¨¦ dispositivo quer¨ªa¡±, se?ala el inspector. La polic¨ªa calcula que la banda se hizo con 100.000 euros en cinco meses.
Todos los detenidos son ¡°nativos digitales¡±, es decir, hombres de no m¨¢s de 30 a?os que han crecido entre redes sociales, videojuegos y tutoriales de internet. As¨ª es como aprendieron las claves de esta estafa de la que no se obtienen cantidades inmensas de dinero, pero s¨ª que representa un modo de pagarse la vida sin trabajar. El grupo hab¨ªa aprendido las nociones de esta ciberdelincuencia de forma autodidacta. Como vieron que al principio les funcionaba, siguieron adelante e incluso crecieron al captar nuevos miembros.
La organizaci¨®n contaba con un cabecilla que gestionaba los datos y los pedidos. Tambi¨¦n hab¨ªa las conocidas como mulas, que son diferentes a las del narcotr¨¢fico. En esta banda se denomina mula al integrante que cede sus datos para que le llegue el pedido a casa o proporciona un nombre con el que recoger el paquete. Es el ¨²ltimo eslab¨®n del entramado. Tambi¨¦n est¨¢n los que llaman a las v¨ªctimas y los que ejecutan la compra.
Todos ten¨ªan su centro de operaciones en la vivienda de uno de los detenidos en Legan¨¦s, desde la que planeaban sus golpes. Para sofisticar la ejecuci¨®n tambi¨¦n empleaban programas inform¨¢ticos que hac¨ªan que el n¨²mero que apareciera en las pantallas de las v¨ªctimas se correspondiera con el n¨²mero real de atenci¨®n al cliente de la entidad financiera, por si los afectados lo buscaban en internet.
Este grupo criminal, adem¨¢s, estaba diversificando su negocio, porque en los registros practicados, la polic¨ªa hall¨® medio kilo de marihuana preparada para su venta, con signos de que hab¨ªa sido transportada de una plantaci¨®n en otro lugar. Muchos de ellos ten¨ªan antecedentes por haber estafado previamente de forma on line.
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