La tumba de Francis junto a su esclava en una fosa s¨¦ptica: ¡°Para que llore mi madre, que llore la suya¡±
Una supuesta deuda fue el motivo por el que un hombre desaparecido en Madrid en 2022 fue asesinado y enterrado en una casa, hasta que una carta indic¨® el lugar donde estaba su cuerpo
Los polic¨ªas picaron el suelo de la casa de Aldea del Fresno (Madrid) a principios de junio y encontraron un esqueleto junto a un envoltorio de flash de coca cola, una barra met¨¢lica, latas de cerveza y una pulsera tipo esclava. Era todo lo que hab¨ªan dejado all¨ª los homicidas de Francisco de Pablo, el hombre al que pertenec¨ªan esos huesos y cuya familia llevaba buscando de forma desesperada desde marzo de 2022. Se march¨® de su casa con un conocido, avis¨® que volver¨ªa en media hora, pero nunca regres¨®. Ese ¨²ltimo hombre que lo vio con vida es el detenido por arrebat¨¢rsela a golpes con la barra de hierro de metro y medio con la que estaba enterrado. All¨ª lo dej¨® su asesino junto con un c¨®mplice, cubri¨® el suelo con vinilo y sigui¨® con su vida. Todo por una deuda. ¡°Para que llore mi madre, que llore la suya¡±, cuentan los testigos que dijo despu¨¦s del crimen.
A sus 32 a?os, Francis, como conoc¨ªan a la v¨ªctima, no ten¨ªa las mejores compa?¨ªas ni el modo de ganarse la vida m¨¢s sosegado. Ni su madre, Juana, ni su abogado Juan Manuel Medina lo hab¨ªan ocultado nunca a la polic¨ªa. Ella solo quer¨ªa encontrar a su hijo. Trapicheaba con droga y todo apunta a que poco antes de su desaparici¨®n le hab¨ªan robado en casa una importante mercanc¨ªa, una l¨ªnea de investigaci¨®n que se sigui¨® en los primeros pasos. Una deuda dentro del mundo del narcotr¨¢fico puede ser letal, como sucedi¨® en este caso, aunque era una que alguien hab¨ªa contra¨ªdo con ¨¦l.
Seg¨²n las pesquisas, Francisco hab¨ªa dejado dinero a Israel C., un conocido suyo del distrito de Hortaleza para que montara una plantaci¨®n de marihuana en una de sus fincas alejada de cualquier poblaci¨®n e id¨®nea para esta actividad. Algunos testimonios recabados hablan de 300 euros, y tambi¨¦n que Francisco estaba reclamando ese dinero con intereses, hasta llegar a 3.000. El deudor no solo era su conocido, tambi¨¦n hab¨ªa sido su jefe durante unos meses. Este hombre tambi¨¦n ten¨ªa problemas de juego y drogadicci¨®n, seg¨²n la investigaci¨®n. En eso se hab¨ªa gastado el dinero que supuestamente le hab¨ªa prestado la v¨ªctima: en droga y tragaperras.
Francisco le reclamaba el dinero, consciente de que la plantaci¨®n no estaba en marcha, pero Israel era incapaz de devolv¨¦rselo, deb¨ªa dinero a muchas otras personas. El 21 de marzo ambos hombres quedaron en el piso de la v¨ªctima. All¨ª estaba tambi¨¦n otro amigo de Francisco que los vio salir. ¡°Vuelvo en media hora¡±, es lo ¨²ltimo que alguien escuch¨® decir al hombre que estaba a punto de ser asesinado. Seg¨²n la investigaci¨®n, v¨ªctima y verdugo salieron de la vivienda, se subieron al coche granate de Israel y acudieron a un terreno propiedad de la familia del presunto homicida. All¨ª le golpe¨® en la cabeza con una barra de hierro de metro y medio.
Entonces, Israel llam¨® a Fernando R., un amigo que trabajaba en la zona de Villaverde, fue a recogerlo en coche y lo llev¨® al punto del crimen para que lo ayudara a deshacerse del cad¨¢ver. Juntos, fueron hasta esa finca oculta de ojos curiosos en Aldea del Fresno e hicieron un agujero dentro de la ¨²nica edificaci¨®n, justo al lado de la cocina, donde se encuentra la fosa s¨¦ptica. Transportaron el cuerpo con una carretilla verde hasta esa improvisada tumba y lo arrojaron. Despu¨¦s, se gastaron 600 euros en una tienda de bricolaje para comprar lo necesario para cubrirla, y tambi¨¦n unas cervezas.
Bebieron las latas y las tiraron junto al cuerpo. Los dos pasaron horas cubriendo el hueco. Primero con materal de construcci¨®n y despu¨¦s, Israel coloc¨® un suelo de vinilo, para que su familia no se diera cuenta de la obra. A continuaci¨®n, llam¨® a otro conocido para que se deshiciera del coche en el que hab¨ªan transportado a Francisco, porque estaba lleno de sangre.
A esa finca acud¨ªan regularmente familiares de Israel, cuyo propietario es su padre. Los due?os de las parcelas colindantes tambi¨¦n pertenecen a su familia. Durante estos dos a?os, todos han seguido haciendo vida rutinaria en estos terrenos. Todo apunta en este momento a que el resto de la familia no sab¨ªa qu¨¦ se ocultaba en los cimientos de la casa. Otros cuatro allegados de Israel fueron detenidos en un primer momento para conocer su relaci¨®n con los hechos, pero quedaron en libertad. No as¨ª Israel y Fernando que est¨¢n en prisi¨®n desde principios de junio.
Los investigadores de la comisar¨ªa de Hortaleza, que han liderado la investigaci¨®n, ten¨ªan en el punto de mira a Israel desde el principio. Ten¨ªa varios antecedentes, sab¨ªan que era una persona conflictiva y era el ¨²ltimo en haber visto con vida a Francisco. Adem¨¢s, hab¨ªa mostrado mucho nerviosismo cuando se sinti¨® acechado por los polic¨ªas y empez¨® a mentir a sus amigos, diciendo que lo hab¨ªan detenido por estafa. Incluso su madre lo acus¨® por tel¨¦fono de ser un ¡°mentiroso¡±. Los agentes sab¨ªan que ten¨ªa fincas perfectas para ocultar un cad¨¢ver o montar una plantaci¨®n de marihuana e incluso hab¨ªan llegado a practicar registros en algunas de ellas antes del hallazgo del cuerpo. Los perros hab¨ªan marcado varios lugares y prendas de ropa donde se hallaron restos de ADN. Y adem¨¢s, tanto el m¨®vil de Francisco, como el de Israel los situaban cerca de estos terrenos el d¨ªa del crimen. Pero les faltaba una prueba definitiva: el cuerpo.
La clave lleg¨® hace unas semanas, con una carta de un testigo ahora protegido en el que les contaba con precisi¨®n el lugar en el que Israel y Fernando hab¨ªan enterrado a Francisco, lo que permiti¨® dar con su paradero. Tambi¨¦n daba detalles de c¨®mo lo hab¨ªan matado y por qu¨¦. Y esa justificaci¨®n tan primaria: ¡°Para que llore mi madre, que llore la suya¡±. Ahora Juana, la madre de Francis, puede llorar a su hijo despu¨¦s de saber qu¨¦ le ha sucedido y tener unos restos a los que acudir cuando quiera recordar a su hijo.
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