Jueces de paz en peligro de extinci¨®n
El anteproyecto para la eficiencia organizativa del Ministerio de Justicia propone el fin de una figura de casi dos siglos para sustituirla por oficinas
Francisco Oca?a rebusca entre una decena de libros del Registro Civil. Su firma se repite una y otra vez en miles de p¨¢ginas, testigos del paso del tiempo del municipio de C¨¢diar (Granada, 1.469 habitantes). A sus 89 a?os sigue trabajando como juez de paz de este pueblo escondido en las monta?as de la Alpujarra. Entre sus funciones est¨¢n el registro de los nacimientos y las defunciones ¡ªque figuran en los libros que sostiene¡ª, o la resoluci¨®n de conflictos vecinales mediante conciliaci¨®n. Unas funciones que podr¨ªan estar en peligro de extinci¨®n si el anteproyecto de Ley Org¨¢nica de Eficiencia Organizativa del Servicio P¨²blico de Justicia, aprobado en Consejo de Ministros en abril, llega a buen t¨¦rmino.
La sala en la que Oca?a se mueve con un impecable traje de color negro, camisa blanca y corbata, tiene unos 10 metros. Detr¨¢s de su mesa, que preside el espacio, la foto del Rey, las banderas de Espa?a y Andaluc¨ªa, un ordenador, varios sellos y un letrero en el que se lee Justicia y paz. En Espa?a hay 7.600 juzgados de paz como este, una figura de casi dos siglos de antig¨¹edad que en la actualidad permanece en peque?os municipios en los que no hay juzgado de primera instancia. En total dan servicio a m¨¢s de 14 millones de habitantes. Sus titulares son vecinos elegidos cada cuatro a?os por la Corporaci¨®n local y se encargan de asuntos menores de Derecho civil. Su retribuci¨®n, a cargo del Ministerio de Justicia, depende de la poblaci¨®n a la que atiendan. En el caso del juez de paz de C¨¢diar, es de unos 1.200 euros al a?o.
Desde 2015, con la reforma del C¨®digo Penal impulsado por Mariano Rajoy, sus funciones se redujeron a la m¨ªnima. Antes de esa fecha resolv¨ªan juicios de faltas mediante conciliaci¨®n, pero ahora solo les queda la resoluci¨®n de juicios civiles de hasta 90 euros y los tr¨¢mites del Registro Civil. Pero el anteproyecto de ley aprobado por el Gobierno en abril quiere adem¨¢s sustituir a esos juzgados de paz por las nuevas oficinas de justicia. Estos centros aglutinar¨¢n m¨¢s competencias y pretenden digitalizar los tr¨¢mites y procesos burocr¨¢ticos. ¡°El sentido originario con el que surgi¨® el juzgado de paz ya se ha perdido. Ya apenas ten¨ªan competencias, pero es verdad que hay un componente humano, de referente en el pueblo, que se pierde¡±, explica Fernando Mart¨ªn, catedr¨¢tico de Derecho Procesal de la Universidad de Salamanca.
Oca?a fue nombrado juez de paz de C¨¢diar en 1981 y desde entonces ha sido elegido ininterrumpidamente por todos los Gobiernos que han ocupado el Ayuntamiento, donde tambi¨¦n se ubica el juzgado. ¡°Hace 40 a?os al juez de paz lo eleg¨ªa una terna formada por el alcalde, el p¨¢rroco y el comandante de la Guardia Civil. Escog¨ªan siempre a una persona que fuera honorable, que no tuviera problemas de ninguna clase. Y, en fin, me escogieron a m¨ª¡±, recuerda con rubor. Los jueces de paz no necesitan ninguna titulaci¨®n espec¨ªfica. Oca?a aprendi¨® a leer gracias a su padre, maestro del pueblo. Trabaj¨® como dependiente y m¨¢s tarde abri¨® una tienda de confecci¨®n. Tambi¨¦n fue edil del Partido Popular 24 a?os: ¡°A m¨ª me han elegido siempre juez estuviera el partido que estuviera en el Ayuntamiento, tanto socialistas como populares. Estoy agradecido por ello, aunque yo muchas veces no ten¨ªa muchas ganas de continuar, pero por circunstancias y por colaborar con el poder p¨²blico, he seguido¡±, explica.
El Ministerio de Justicia ya ha empezado a trabajar con las comunidades aut¨®nomas para dar forma a la futura estructura judicial, en el marco del Programa Justicia 2030. El pasado 24 de septiembre, Pilar Llop, titular de Justicia, present¨® en Avil¨¦s (Asturias) algunas de las novedades: ¡°No se trata de revolucionar la justicia, sino de evolucionarla y de alinearla con la transformaci¨®n, haciendo el servicio de justicia m¨¢s accesible, sostenible y eficiente¡±. Fuentes de Justicia explican que en las reuniones sectoriales de trabajo las partes est¨¢n de acuerdo en llevar a cabo esta transformaci¨®n y que, aunque sea un anteproyecto, ya se toman medidas tendentes a ¡°modernizar los procesos¡± para que luego en el futuro la transici¨®n sea menos abrupta. ¡°En los pa¨ªses modernos como Alemania se hace lo contrario de lo que se hace aqu¨ª. Se concentran ¨®rganos judiciales en las cabezas de comarca, en lugar de tantos juzgados diversificados. La reforma era necesaria. Ahora con las comunicaciones electr¨®nicas llegas a muchos sitios muy r¨¢pido¡±, aporta Carlos P¨¦rez, exmagistrado y catedr¨¢tico Derecho Penal de la Universidad CEU San Pablo.
¨D Usted, ?c¨®mo se lleva con las nuevas tecnolog¨ªas?
¨D Bien, bueno, las cosas del ordenador las lleva la secretaria del juzgado. Pero s¨ª, tengo m¨®vil, leo las noticias y veo las cosas del banco y a mis hijas les hablo a veces por Whatsapp.
Oca?a solo se ausent¨® una temporada por una baja. No ha pasado ninguna enfermedad importante y salvo por un aud¨ªfono y una pastilla para la tensi¨®n, est¨¢ ¡°como un roble¡±. El anteproyecto de ley propone que, con el cese de los jueces de paz, el conocimiento de los asuntos en tr¨¢mite se traslade a la Secci¨®n ?nica o, en su caso, a la Secci¨®n Civil de su partido judicial. La idea es que en estos centros, con m¨¢s competencias, los ciudadanos puedan recibir tambi¨¦n informaci¨®n general sobre el estado de tramitaci¨®n de sus casos, hacer gestiones de ¨ªndole procesal con los ¨®rganos judiciales y de acceso a personal judicial, de forma telem¨¢tica.
Por ahora es solo un anteproyecto que inici¨® Jos¨¦ Carlos Campo, predecesor de Llop, y a¨²n tiene que pasar por Congreso y Senado. El escaso margen hasta que acabe la legislatura no garantiza que salga adelante, advierten fuentes de Justicia. ¡°Si sale adelante la ley, la dotaci¨®n presupuestaria puede ser muy alta, tengo mis dudas de que se pueda instaurar una oficina de justicia en cada juzgado de paz¡±, advierte Fernando Mart¨ªn. La reforma ha recibido cr¨ªticas de por parte de asociaciones de jueces de paz, como la de M¨¢laga, que en mayo emiti¨® un comunicado: ¡°No a estas nuevas Oficinas donde desaparece por completo la figura de juez de paz cuya existencia data de m¨¢s de 100 a?os. Por otro lado, nos negamos rotundamente a que se siga perjudicando a esa Espa?a vaciada limitando a¨²n m¨¢s servicios b¨¢sicos para la ciudadan¨ªa¡±.
Tras acabar la jornada, a Oca?a lo asalta una vecina por la calle para pedirle mediar en un conflicto con la due?a de otra casa. ¡°Siempre he estado para colaborar con todo el que me ha llamado, a la hora que sea, lo que sea al servicio del pueblo¡±. En la memoria de este juez de paz, uno de los m¨¢s longevos de Espa?a, se acumulan todo tipo de casos, como cuando tuvo que separar a dos vecinos que casi acaban a garrotazos por una linde. ¡°Empezaron a discutir y vi que de repente se exaltaban mucho. Uno sac¨® un bast¨®n para darle al otro en la cabeza. Entonces me met¨ª por medio y digo ¡®oiga, si siguen ustedes en ese plan, llamo a la Guardia Civil¡¯. Me hicieron caso y acabamos todos echando una cerveza¡±, narra con una enorme sonrisa. Oca?a tambi¨¦n ha celebrado innumerables bodas, muchas de extranjeros que viven por la zona. ¡°Hay que decir las mismas palabras siempre, pero a m¨ª me gusta tambi¨¦n darles mi propio discurso sobre el matrimonio¡±, subraya.
Oca?a lleva m¨¢s de 50 a?os casado y vive con su esposa en el pueblo. ¡°Me gusta subir a la terraza a escuchar a Antonio Mach¨ªn o Julio Iglesias¡±, a?ade. Le gusta leer cl¨¢sicos como Julio Verne o Miguel de Cervantes y dar paseos por la monta?a. A C¨¢diar se llega por una sinuosa carretera de unos 40 kil¨®metros tras dejar la autov¨ªa, que el juez de paz ha recorrido en cada una de las elecciones generales para llevar las urnas a la Junta Electoral Central, otra de sus funciones. Tanto Oca?a como la secretaria del juzgado de paz no conf¨ªan en que la reforma llegue a t¨¦rmino. ¡°El juzgado de paz es important¨ªsimo, creo yo, porque es el eslab¨®n primero para la cadena de la cadena judicial. Somos la primera escalera de la justicia¡±, subraya desde su silla.
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