Capucine Moreau, sex¨®loga: ¡°Las mujeres est¨¢n atrapadas entre el ¡®tengo miedo de parecer una zorra¡¯ y el ¡®tengo que realizarme sexualmente¡¯. ?Eso no es libertad!¡±
El erotismo es el campo de trabajo de la tambi¨¦n terapeuta de pareja francesa, que ha escrito dos libros al respecto y tiene su propia escuela en Toulouse con el noble prop¨®sito de erotizar m¨¢s la vida
A pesar de que cuando escuchamos la palabra er¨®tico nuestra mente enseguida echa mano de la imaginer¨ªa popular (tacones altos, ligueros, labios rojos), al intelecto le cuesta m¨¢s entender este t¨¦rmino, demasiado impreciso, et¨¦reo, ambiguo. Por eso hay tantas definiciones sobre ¨¦l como aut...
A pesar de que cuando escuchamos la palabra er¨®tico nuestra mente enseguida echa mano de la imaginer¨ªa popular (tacones altos, ligueros, labios rojos), al intelecto le cuesta m¨¢s entender este t¨¦rmino, demasiado impreciso, et¨¦reo, ambiguo. Por eso hay tantas definiciones sobre ¨¦l como autores. Para la fil¨®sofa y ensayista estadounidense Diane Ackerman el erotismo es ¡°el juego acrob¨¢tico de la imaginaci¨®n¡±. ¡°El mar de recuerdos en que nos ba?amos. El modo en que acariciamos y adornamos las cosas con la mirada. Lo que es er¨®tico es nuestra pasi¨®n por la vitalidad de la vida¡±, afirma. Carl Gustav Jung sosten¨ªa que ¡°el instinto er¨®tico pertenece a la naturaleza original del hombre y est¨¢ relacionado con la m¨¢s alta forma de esp¨ªritu¡±. ¡°El erotismo es dar al cuerpo los prestigios de la mente¡±, sosten¨ªa el escritor y poeta franc¨¦s Georges Perros; y el qu¨ªmico y novelista congole?o Emmanuel Boundz¨¦ki Dongala defini¨® este t¨¦rmino como ¡°cuando la imaginaci¨®n hace al amor con el cuerpo¡±.
Pareciera que el erotismo, que todav¨ªa no cotiza en Bolsa, est¨¢ perdiendo auge a favor de la sexualidad, que siempre ha sido m¨¢s rentable. Pero para poner remedio a esta deriva est¨¢ la sex¨®loga francesa Capucine Moreau, autora de Cahier d¡¯exploration ¨¦rotique (Cuaderno de exploraci¨®n er¨®tica) y La creativit¨¦ erotique dans le couple (La creatividad er¨®tica en la pareja), ambas editados por La Musardine en Francia. Empe?ada en erotizar a los galos, Moreau abri¨® en 2017 L¡¯?cole de Capucine en Toulouse, donde organiza conferencias, talleres y eventos en torno a su tema preferido.
Pregunta. Pareciera que la sexualidad haya dejado de ser un instinto con el que nacemos, para convertirse en un arte que necesita de un aprendizaje. ?Ha sido siempre as¨ª o la sociedad actual ha destruido al erotismo y debemos recuperarlo?
Respuesta. Para las cosas simples, como una sexualidad instintiva, sentida y aut¨¦ntica, o para respirar, en efecto, necesitamos tiempo. Hay que suspender la carrera fren¨¦tica, la b¨²squeda de un mayor rendimiento, la intelectualizaci¨®n perpetua. Decididamente s¨ª, hoy, en nuestra sociedad, necesitamos volver a aprender.
P. ?Qu¨¦ deber¨ªamos entender por erotismo?
R. Para m¨ª, el erotismo es todo lo que se sale de la sexualidad reproductiva, todo lo que envuelve, lo que te hace vibrar, lo que te mantiene vivo, solo o en pareja. ?Es muy vasto! Y solemos pensar que es m¨¢s femenino que masculino, pero esta idea no es sino una forma de reducir la sexualidad y la sensibilidad del hombre que, en realidad, es mucho m¨¢s rica de lo que creemos. Cualquiera puede querer desarrollar su erotismo.
P. Hay muchas personas que dicen ¡°yo no soy nada er¨®tico¡±, como si serlo fuese una cualidad que no todo el mundo tiene.
R. En mi opini¨®n, todos podemos desarrollar nuestro universo er¨®tico, si tenemos el deseo y el apetito, por supuesto. Si no, no es necesario. ?Corremos el riesgo de no tener ¨¦xito!
Solemos pensar que el erotismo es m¨¢s femenino que masculino, pero esta idea no es sino una forma de reducir la sexualidad y la sensibilidad del hombre
P. El hecho de que la sexualidad est¨¦ tan politizada hace que el erotismo sea m¨¢s dif¨ªcil, porque la sociedad se ha vuelto muy as¨¦ptica, muy f¨¢cilmente ofendida, con muchos nuevos l¨ªmites y reglas que no todos conocen ni aceptan (me refiero al campo de la sexualidad). Usted dijo en una entrevista a la revista Boudu que ¡°los hombres todav¨ªa tienen un gran miedo de pasar por pervertidos y las mujeres por putas. Todav¨ªa hay bastante culpa¡±.
R. S¨ª, decimos que nos hemos liberado sexualmente, pero en mi opini¨®n esto es bastante falso. Porque, al final, siempre cumplimos con reglas y mandatos externos a nosotros, que han evolucionado a lo largo de generaciones, pero que no son m¨¢s abiertos que antes. De repente, en la cama persisten muchos juicios y sigue la verg¨¹enza, la culpa que, aunque pueden cambiar de destinatario, sigue ah¨ª. Por ejemplo, muchas mujeres todav¨ªa est¨¢n atrapadas entre el ¡°tengo miedo de parecer una zorra¡± y el ¡°tengo que realizarme sexualmente¡±. ?Eso es cualquier cosa menos libertad!
P. ?Como sociedad nos hemos concentrado m¨¢s en la sexualidad que en el erotismo? ?Cu¨¢les son las consecuencias de esta elecci¨®n?
R. Hoy pasamos muy r¨¢pido a la sexualidad, en cuanto conocemos a alguien. Las consecuencias que observo son un empobrecimiento de la imaginaci¨®n, de la sensualidad, del conocimiento del propio cuerpo y del otro en su conjunto. Ignoramos todas las dem¨¢s cosas deliciosas que pueden hacer las personas fuera de lo puramente genital. Esperar, aunque esto puede suponer, a veces, algo de frustraci¨®n, es bueno y alimenta el deseo y el disfrute. Y, por favor, que nadie interprete esto como una visi¨®n mojigata y arcaica de las relaciones sexuales, pero es que se ha perdido el juego y hay que recuperarlo.
P. ?Cu¨¢l es el papel de internet y su imaginer¨ªa normativa en el erotismo? Me refiero, sobre todo, a su influencia en los adolescentes, que est¨¢n en el proceso de construcci¨®n de su vida er¨®tico-sexual.
R. Dir¨ªa que los efectos del mundo digital son devastadores: un empobrecimiento de la imaginaci¨®n er¨®tica y del desarrollo del propio universo, porque todo se muestra inmediatamente y de una manera muy cruda. A muchos j¨®venes les cuesta pasar a una sexualidad real, compartida, en la que debe integrarse el placer del otro. Y todo esto da como resultado un bajo deseo, una excitaci¨®n que, para producirse, requiere de est¨¢ndares muy altos e im¨¢genes muy intensas, que no son tan frecuentes en la vida real.
P. Usted cre¨® L¡¯?cole de Capucine en noviembre de 2017, en Toulouse. ?Qu¨¦ se ense?a en esta escuela? ?Qu¨¦ buscan aprender sus alumnos y cu¨¢les son sus problemas?
R. L¡¯?cole de Capucine ofrece espacios colectivos, mixtos y de un solo sexo, para intercambiar, aprender sobre erotismo, inspirarse, desculpabilizarse y considerar la sexualidad como un tema a desarrollar, como cualquier otro. Las personas que vienen no necesariamente tienen un problema, muchos tienen una curiosidad, quieren activar esta ¨¢rea de su vida por derecho propio, nutrirla y darle movimiento. En la escuela yo no act¨²o como un profesora, m¨¢s bien soy un vector, facilito la comunicaci¨®n; y no es solo una ense?anza de arriba abajo. Todos aprendemos de todos y vemos cu¨¢n variadas son las sexualidades.
P. ?Puede el erotismo prolongar y mejorar la vida de la pareja?
R. Erotizar la relaci¨®n, estar atento a ella, es una forma de mantener los cuerpos conectados, de encarnar el amor, de seguir siendo c¨®mplices, jugadores, de continuar divirti¨¦ndonos juntos, sabiendo que nuestros deseos evolucionan y que, si no hablamos de ello, a veces corremos el riesgo de perdernos. Dicho esto, tambi¨¦n hay parejas profundamente enamoradas que no son er¨®ticas, que ya no tienen sexualidad, y, en mi opini¨®n, eso es tambi¨¦n completamente v¨¢lido si les conviene a ambos.
P. Y cu¨¢ndo se est¨¢ solo, ?c¨®mo se trabaja el erotismo sin nadie alrededor?
R. Hay que alimentar la imaginaci¨®n con lecturas, p¨®dcasts, pel¨ªculas o enso?aciones. Descubrir el propio cuerpo, nuevas sensaciones, excitarse a uno mismo. Cuando uno se acaricia puede imaginar que es tanto el cuerpo que recibe esa caricia como la mano que la da. Te conviertes en tu propio amante y te haces el amor a ti mismo. Es una pr¨¢ctica realmente interesante.
P. ?Cu¨¢les son los principales enemigos del erotismo en la sociedad actual?
R. La falta de tiempo, la falta de educaci¨®n y aprendizaje, la carrera por el desempe?o, las caricaturas pornogr¨¢ficas, la excesiva intelectualizaci¨®n. Pero tambi¨¦n la verg¨¹enza, la culpa, el tab¨², que todav¨ªa persisten. Y luego, obviamente, para algunas mujeres, experiencias de agresi¨®n sexual, incesto, ya sea directo o experimentado por mujeres en su familia. Todos estos traumas bloquean el acceso y el derecho al propio placer.
P. ?Qu¨¦ tab¨²es en torno al sexo persisten todav¨ªa?
R. Yo dir¨ªa que la reducci¨®n o la ausencia de deseo en la pareja. Es muy com¨²n, pero es un gran tab¨² porque nadie habla de eso y todo el mundo se siente culpable. Genera, adem¨¢s, muchas preguntas sobre los lazos amorosos. ¡°Si ya no hay deseo es que ya no hay amor¡± es lo que piensa mucha gente, pero la mayor parte de las veces no tiene nada que ver.
P. En su escuela utiliza diferentes disciplinas: yoga, escritura, humor. Parece que el placer y el erotismo est¨¢n muy conectados con otras ¨¢reas de la vida, sobre todo con la creatividad.
R. S¨ª, cuando aprovechas plena y tranquilamente tu sexualidad (sea m¨¢s o menos frecuente) est¨¢s en el mismo estado que el de la creatividad. Un estado abierto al presente, a lo que sucede, a lo que brota, en uno mismo y con el otro.
P. Dijo en una entrevista: ¡°El hecho de que las mujeres decidan reivindicar su sexualidad es algo enorme que tambi¨¦n repercute en los hombres, que ya no tienen que jugar un modelo que no les conviene y que les fue impuesto por diversos motivos. Es fundamental trabajar con todos los g¨¦neros, sin oponerlos nunca¡±. ?Piensa que la guerra de sexos sigue vigente, incluso recrudecida?
R. Yo dir¨ªa que en la ascensi¨®n a una igualdad real entre los g¨¦neros, a una verdadera libertad, hay que tener una visi¨®n panor¨¢mica y ver todo el paisaje, no solo una parte, porque al final los hombres tambi¨¦n han perdido mucho en el modelo patriarcal, que les ha bloqueado el acceso a sus emociones, y que ha penado fuertemente su vulnerabilidad. A veces creemos que estamos haciendo lo correcto cuando, en realidad, estamos reproduciendo patrones que no han beneficiado a nadie. A pesar de todo, estamos m¨¢s cerca de lo que parece para lograr esa igualdad, y seguir adelante me parece muy interesante.
P. ?Qu¨¦ podemos hacer, aparte de ir a su escuela, para alimentar el erotismo?
R. Estar atento a los sentimientos, a lo que pasa en el cuerpo. Es dejarse so?ar, fantasear (?nadie tiene que saberlo!). Es desarrollar los sentidos, en la naturaleza, por ejemplo. Es escuchar historias, leerlas, trabajar tus creencias y tab¨²es. Es tambi¨¦n aceptarte como eres y aceptar el momento que viene. Es hacer las paces con las variaciones del deseo y el placer. Es tambi¨¦n liberarse del tiempo y las energ¨ªas. Pero todo esto no sucede de manera natural ni espont¨¢nea, sobre todo en una pareja de larga duraci¨®n. ?Ni mucho menos!