Hunter hace agua: adi¨®s a las botas favoritas de los festivales de verano
Tras m¨¢s de siglo y medio poniendo los pies de distintas generaciones a salvo de charcos y barrizales, la popular marca escocesa de calzado y accesorios para la lluvia se declara en bancarrota, enfangada por la inflaci¨®n, el Brexit y una climatolog¨ªa que la trae loca
El calentamiento global mat¨® a la estrella de las botas de agua. Y si no fueron el calor extempor¨¢neo y la sequ¨ªa galopante los que la dejaron seca, entonces habr¨¢ sido la inflaci¨®n. Y si no, el infierno arancelario derivado del Brexit. Y si no, habr¨¢ que po...
El calentamiento global mat¨® a la estrella de las botas de agua. Y si no fueron el calor extempor¨¢neo y la sequ¨ªa galopante los que la dejaron seca, entonces habr¨¢ sido la inflaci¨®n. Y si no, el infierno arancelario derivado del Brexit. Y si no, habr¨¢ que ponerse en lo peor: que el que una vez fuera calzado favorito de celebridades en modo festivalero ya no cuenta como activo en t¨¦rminos de moda. Malos tiempos, sea como fuera, para Hunter Boots, el icono zapatero intergeneracional (e interclase) brit¨¢nico que el pasado mi¨¦rcoles anunciaba oficialmente su quiebra, hundido por una deuda hist¨®rica que supera los 130 millones de euros.
La ca¨ªda de la casa Hunter se precipitaba a principios de este mes, tras declararse insolvente y presentar ejercicio de liquidaci¨®n, seg¨²n consta en el registro mercantil de su Graciosa Majestad a fecha del 5 de junio. Una semana despu¨¦s, cambiaba de raz¨®n social y trascend¨ªan el cierre de la tienda de Oxfordshire (el ¨²nico punto de venta propio que le quedaba en el Reino Unido) y el despido de 11 empleados, en un intento por reconducir la situaci¨®n. El centenar largo de puestos de trabajo que la firma escocesa mantiene todav¨ªa en su sede de Edimburgo est¨¢ ahora a merced de lo que decidan el fondo de inversiones Pall Mall Legacy y el banco americano Wells Fargo, sus principales acreedores junto a la hacienda brit¨¢nica.
¡°Somos extremadamente afortunados de contar con el apoyo de nuestros inversores, lo que nos permite afianzar con ¨¦xito los resultados, resistir la recesi¨®n y salir reforzados para que esta marca, tan ic¨®nica y querida, contin¨²e creciendo¡±, alardeaba en 2020 un ufano Gordon McCallum, presidente de Hunter Boots. Fue entonces cuando Pall Mall Legacy (holding europeo avalado por Goldman Sachs) se convirti¨® en accionista mayoritario, merced al chute de 18,5 millones de euros que sac¨® de pobre a la marca de las populares wellies, en n¨²meros rojos pr¨¢cticamente desde 2019, mientras la entidad bancaria estadounidense prolongaba tres a?os m¨¢s la l¨ªnea de cr¨¦dito de la empresa. El plazo ha vencido y no hay manera de devolver lo prestado.
Hechas para chapotear, las botas Hunter vieron mermado su campo de acci¨®n con el confinamiento por la pandemia (entonces las ventas cayeron un 20%), y entraron irremediablemente en barrena a consecuencia del Brexit, un a?o m¨¢s tarde. Con el grueso de la producci¨®n localizado en China a partir de 2008, los problemas de abastecimiento de producto se suced¨ªan un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n. Ahora, la sequ¨ªa pertinaz que sufre Estados Unidos habr¨ªa acabado de sentenciarlas: las ventas en el que, a d¨ªa de hoy, es su principal mercado se desplomaron un 15,4% solo durante este invierno, uno de los m¨¢s c¨¢lidos y secos que se recuerdan en d¨¦cadas, a decir del informe de liquidaci¨®n de la compa?¨ªa. Claro que no todo va a ser cuesti¨®n de n¨²meros.
Orgulloso s¨ªmbolo de identidad, como la gabardina, la chaqueta de tweed o el abrigo de poli¨¦ster guateado, las Hunter son parte de la idiosincrasia est¨¦tico-indumentaria de las islas, especialmente celebradas para calzar al aire libre ¡ªy en condiciones adversas¡ª por su resistencia y durabilidad. Dos caracter¨ªsticas que dieron alas a la marca, fundada en 1857 por un par aventureros estadounidenses establecidos en Glasgow que adivinaron un fil¨®n empresarial en el caucho de la India: primero aprovisionando a las tropas brit¨¢nicas durante las guerras mundiales y despu¨¦s sirviendo a los intereses agr¨ªcolas nacionales, incluidos los de los Windsor. Isabel II y su esposo, el duque de Edimburgo, eran fans, tanto que Hunter Boots se convirti¨® en proveedora de calzado de agua de la casa real. De tan regios polvos, los actuales lodos.
Entre aquella rubicunda Lady Di a¨²n de novia de Carlos de Inglaterra y esa Meghan Markle reci¨¦n aterrizada en suelo ingl¨¦s intentando pasar por local, Hunter puede presumir de contribuci¨®n ¨²nica e intransferible a la cultura popular de los ¨²ltimos 40 a?os. Aunque el golpe definitivo lo propin¨® salvando del barro a otro tipo de realeza. Sucedi¨® en 2005, cuando Kate Moss apareci¨® en el festival de Glastonbury con sus microshorts y sus Wellingtons, el modelo de botas m¨¢s popular de la firma ¡ªinspirado en las de los h¨²sares prusianos¡ª, hecha una sirena del lodazal (el verano ingl¨¦s es lo que tiene, o ten¨ªa, la lluvia). Una imagen que, viralidad antes de la viralidad, cambiar¨ªa para siempre la percepci¨®n de la marca, introduci¨¦ndola en los misterios de la moda. Alexa Chung, Rihanna, Sarah Jessica Parker, Paris y Nicki Hilton... puede decirse que, desde entonces, no ha habido celebridad que se haya dejado caer por alg¨²n festival de m¨²sica sin sus Hunter de rigor.
¡°Nadie las hab¨ªa llevado nunca como ella. Con su actitud rock¡¯n¡¯roll, Kate las hizo algo cool. Y entonces todo el mundo quiso tener unas Hunter¡±, recuerda Alasdhair Willis, director creativo de la marca desde 2013 hasta 2020. Marido de la dise?adora Stella McCartney, Willis fue el responsable de expandir sus horizontes empresariales, lig¨¢ndola a distintos festivales de pop-rock por el globo y transform¨¢ndola en una genuina firma de estilo de vida. Pero tambi¨¦n fue el responsable de ejercicios de marketing terribles, como las colaboraciones con Disney, la cadena de bajo precio Target o Peppa Pig, que le abrieron mercados masivos como el estadounidense mientras la alejaban del inter¨¦s de la moda. Eso, y la avalancha de cr¨ªticas por la cada vez peor calidad del producto observada a partir de 2018, marcaron el principio del fin.
Aunque es posible que no est¨¦ todo perdido: seg¨²n algunos medios brit¨¢nicos, el conglomerado neoyorquino Authentic Brands Group (experto en rescatar marcas del hoyo financiero, v¨¦anse Brook Brothers, Nautica, Ted Baker o Juicy Couture) habr¨ªa adquirido los derechos de explotaci¨®n del nombre comercial y la propiedad intelectual de la firma escocesa de calzado y accesorios para la lluvia por una cantidad indeterminada. ¡°Estamos creando una nueva experiencia para ti. Reg¨ªstrate para recibir nuestras notificaciones y estar al tanto del lanzamiento¡±, informa su p¨¢gina web. Parece que a Hunter a¨²n le quedan algunos charcos en los que embarrarse.