Ryan McNaught, de profesi¨®n, escultor de Lego: ¡°Si en alg¨²n momento ves una pieza gigante en una tienda, probablemente sea m¨ªa¡±
El australiano es una de las 21 personas de todo el mundo reconocidas como constructor oficial de la compa?¨ªa. Este s¨¢bado presenta en Madrid la exposici¨®n ¡®Jurassic World by Brickman¡¯, un trabajo con m¨¢s de seis millones de las famosas piezas
Ryan McNaught (50 a?os, Melbourne) no es una persona que pase desapercibida. Su atrevida capacidad de decisi¨®n lo ha llevado a ser el mejor en lo suyo. En 2008, se dedicaba a dirigir el ¨¢rea de comunicaci¨®n de una empresa de inform¨¢tica en su Australia natal. De la noche a la ma?ana, cambi¨® el rumbo de su vida para convertirse en una de las 21 personas en el mundo reconocidas como Lego Certified Professional, un programa formado por empresarios adultos que han convertido su pasi¨®n por los ladrillos en una profesi¨®n de tiempo completo o parcial. ?l es el ¨²nico en el hemisferio sur. ¡°Un d¨ªa mi jefe me pregunt¨®: ?Cu¨¢ntas reuniones tenemos al d¨ªa? Fue en ese momento cuando me di cuenta de que no quer¨ªa m¨¢s reuniones¡±, comienza la entrevista un sonriente McNaught. Sus comienzos fueron humildes, comenz¨® a trabajar en el garaje de su casa, pero sus creaciones fueron tan bien recibidas por el p¨²blico australiano que decidi¨® fundar The Brickman, su propia empresa con un equipo de 35 artesanos que crean una amplia gama de modelos Lego y exposiciones itinerantes en todo el mundo. Esta vez ha tocado Madrid. En concreto, en el Palacio de Congresos de Ifema, donde estar¨¢n expuestos, del 30 de septiembre al 14 de enero de 2024, m¨¢s de 50 dinosaurios construidos con m¨¢s de seis millones de las famosas piezas. ¡°Antes de empezar este proyecto no hab¨ªa hecho un dinosaurio en mi vida. Ha sido muy dif¨ªcil. Hemos tardado un a?o y medio en tenerlo acabado¡±, confiesa.
Cuando McNaught era tan solo un ni?o, era un fan¨¢tico de las construcciones Lego. ¡°En estos 50 a?os he hecho grandes proyectos, desde dinosaurios hasta grandes obras arquitect¨®nicas como la Acr¨®polis de Grecia¡±, cuenta con entusiasmo. En su adolescencia, confiesa que perdi¨® el inter¨¦s por construir estas piezas, como cualquier ni?o que deja atr¨¢s los juguetes por la vida social: ¡°De peque?o siempre hice construcciones Lego. Me encantaban. Hubo un momento que dej¨¦ de hacerlas. Me empez¨® a gustar el deporte... las chicas¡±. Fue cuando tuvo a sus dos hijos, que cumplen este 2023 15 a?os, cuando por culpa de una corriente de nostalgia volvi¨® a crear piezas. Y ya no par¨®. ¡°Tengo dos chicos que aman los dinosaurios. Nos encantaba ver todas las pel¨ªculas de Jurassic Park juntos, y aqu¨ª estamos, en esta exposici¨®n¡±, bromea entre risas.
Es la segunda vez que pisa suelo espa?ol, y est¨¢ emocionado porque en unas horas va a ver al Real Madrid. ¡°Siempre tenemos proyectos en mente. En este momento tenemos siete exposiciones en funcionamiento por el mundo: en Estados Unidos, dos en China, en Corea, en Australia, Nueva Zelanda, y aqu¨ª en Madrid¡±, afirma McNaught, que se ha hecho con premios como el primer puesto en el Lego Master¡¯s Australia. ¡°El trabajo m¨¢s dif¨ªcil que he hecho sin lugar a dudas fue la recreaci¨®n del David de Miguel ?ngel¡±, dice ense?ando con orgullo la foto que guarda en su m¨®vil de la escultura italiana, que es pr¨¢cticamente igual que la original.
McNaught no se conforma con poco. Aparte de las siete exposiciones que dirige por el mundo, decora, con sus piezas, las tiendas de Lego de su continente, y las de algunos pa¨ªses de ?frica: ¡°Si en alg¨²n momento ves una construcci¨®n gigante, probablemente sea m¨ªa¡±. Fuera de su profesi¨®n, entrena su cuerpo diariamente para participar en maratones. ¡°Correr es una de mis pasiones, ya he hecho 15 competiciones¡±, confiesa el arquitecto. Todo ello parte de una mente curiosa y muy imaginativa, pues a pesar de tener herramientas para facilitar el proceso de creaci¨®n de una pieza, el profesional prefiere no utilizarla. ¡°No voy a decir que algunas veces utilizo el programa en el ordenador para hacerme los mapas y dem¨¢s. Pero la mayor parte de las veces no lo necesito. Con un poco de imaginaci¨®n me basta¡±.
Quien se define como ingeniero, lo tiene muy claro: ¡°Mi decisi¨®n fue la correcta¡±. Al preguntarle por la gratificaci¨®n y el reconocimiento que ha obtenido durante estos a?os, se siente muy orgulloso. ¡°El ¨²nico problema que he tenido con respecto a mi trabajo es cuando tengo que viajar o vender alguna de mis construcciones en las tiendas de la marca Lego, la gente no s¨¦ cree a qu¨¦ me dedico. Pero no me molesta. De hecho me gusta, es divertido¡±. El reconocimiento por su trabajo es m¨¢s que obvio. No hay nadie que no quede embelesado con cualquiera de sus obras: ¡°Si conoces la pintura, conoces al pintor y viceversa. Lo mismo pasa en mi profesi¨®n. Si a la gente le gusta Lego, mi trabajo va a estar reconocido siempre. ?Y a qui¨¦n no le gusta Lego? La gente flipa cuando ense?o fotos de lo que hago¡±.
Una opini¨®n que comparte con el resto de sus 21 compa?eros de profesi¨®n, que aunque residan en partes diferentes del mundo siempre encuentran alg¨²n hueco para trabajar juntos. ¡°Somos amigos. La semana que viene hemos quedado en Dinamarca. Algunas colecciones las trabajamos juntos¡±, confirma.
Si hay algo que McNaught no ha perdido a lo largo de su vida es el amor y la pasi¨®n que siente por este juego, a priori, infantil. ¡°Como s¨¦ que a millones de ni?os espa?oles les gusta jugar con Lego, les animo a que hagan sus propias creaciones y las compartan, porque pueden crear verdaderas obras de arte, y alg¨²n d¨ªa podr¨¢n tener este trabajo tan maravilloso¡±, confiesa cuando se le pregunta c¨®mo animar a los ni?os a jugar con estas piezas de juguete. ¡°No hay nada que no puedas hacer. Cualquier cosa que resida en tu imaginaci¨®n, un avi¨®n, una bicicleta, una jirafa, un dinosaurio... puedes hacer cualquier cosa¡±, concluye con la misma sonrisa con la que comenz¨® la entrevista.
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