Ni celibato, ni aversi¨®n al sexo: la asexualidad y los prejuicios que la rodean
Todav¨ªa existen profesionales (m¨¦dicos, bi¨®logos e incluso algunos sex¨®logos) que niegan la existencia de esta orientaci¨®n sexual, un hecho que sigue favoreciendo que muchas personas asexuales pasen por experiencias negativas en etapas inmaduras
¡°Ahora queremos ponerle nombre a tonter¨ªas que no existen¡±. Esta es una de las reacciones que se ha encontrado Ana J. C¨¢ceres (Mylestring en redes sociales) al comentar que es demisexual, es decir, que solo se le despierta la atracci¨®n sexual hacia otras personas cuando hay un v¨ªnculo afectivo. La demisexualidad se incluye dentro del paraguas de la asexualidad, una orientaci¨®n que integra a todas aquellas personas que no sienten atracci¨®n sexual hacia nadie o que necesitan de determinadas condiciones para que esta aparezca. No es una tonter¨ªa: se calcula que m¨¢s de 78 millones de personas en el mundo, 474.000 en Espa?a, son asexuales. Estos datos se extraen del estudio Asexuality: prevalence and associated factors in a national probability sample publicado en 2004 por el psic¨®logo Anthony F. Bogaert, en el que concluy¨® que aproximadamente un 1% de la poblaci¨®n es asexual. A pesar de estas cifras, el desconocimiento y los prejuicios siguen marcando a esta orientaci¨®n.
Si bien no es una palabra que resulte del todo ajena en el lenguaje popular, s¨ª se confunde con otros conceptos. Asexualidad como tal no est¨¢ recogida en la RAE, pero s¨ª asexual, que se define como la ausencia de sexo en el proceso reproductivo; por ejemplo, la gemaci¨®n de las plantas o las estrellas de mar, que, a partir de un pedacito, se genera un individuo completo. ¡°Quedarse solo con esta definici¨®n hace que haya profesionales, m¨¦dicos, bi¨®logos e incluso algunos sex¨®logos, que sigan negando la existencia de personas asexuales¡±, matiza Sergio Julve, educador y terapeuta sexual.
Tambi¨¦n se confunde con el celibato, que es la ausencia de relaciones sexuales por una decisi¨®n de la persona y que no implica que sea por falta de atracci¨®n. Adem¨¢s, en la asexualidad s¨ª puede haber actividad sexual tanto en compa?¨ªa como en solitario. ¡°Lo que m¨¢s sorprende es cuando dices que eres sexualmente activa y m¨¢s a¨²n si comentas que te gusta el sexo no convencional¡±, relata Ana J. C¨¢ceres. Aunque sea su caso y el de otras personas asexuales, no todas tienen relaciones, por eso se habla de un paraguas que incluye diferentes posibilidades.
Las confusiones no acaban ah¨ª. Martina Gonz¨¢lez Veiga, psicosex¨®loga y directora del centro de sexolog¨ªa Con mucho gusto!, explica que hay quienes niegan que haya personas con esta orientaci¨®n, justificando que es ¡°porque a¨²n no han encontrado a la pareja adecuada o porque no han experimentado buen sexo¡±. Para rematar, Julve a?ade m¨¢s prejuicios: los asexuales ¡°se quedan solteros o sin pareja de por vida, son incapaces de sentir placer sexual, no pueden amar, tienen aversi¨®n al sexo o son moralistas, est¨¢n traumatizados o es una etapa¡±. Ana, seg¨²n su experiencia, confirma este desconocimiento generalizado: ¡°Hay quienes sueltan que si no quieres tener relaciones la primera noche es porque tienes prejuicios en tu cabeza porque la sociedad nos vuelve unas mojigatas y, claro, te tienes que deconstruir. Casualmente, la forma de deconstruirte es accediendo a tener relaciones con el que te suelta el discursito... ?qu¨¦ cosas!¡±.
Desconocimiento dentro del propio colectivo
Ana, que tiene 28 a?os, cuenta que tard¨® mucho en reconocerse dentro del espectro asexual. ¡°Daba por sentado que todo el mundo se sent¨ªa como yo y que era lo normal. Hasta los 26 a?os no me lo plante¨¦ de verdad, ya que ni yo misma ten¨ªa claros los conceptos relacionados con la asexualidad y todo su espectro¡±. Un detalle que le llam¨® la atenci¨®n fue no haber sentido nunca un flechazo o un amor a primera vista. Tambi¨¦n haber sentido atracci¨®n sexual y rom¨¢ntica muy pocas veces a lo largo de su vida en comparaci¨®n con otras personas de su entorno.
Este desconocimiento, seg¨²n Sergio Julve, puede tener consecuencias en la vivencia de la sexualidad de la persona, sobre todo durante la juventud. ¡°Si un individuo no siente atracci¨®n sexual en una sociedad con poca educaci¨®n sexual y en la que gran parte del ocio joven se centra en mantener el mayor n¨²mero de relaciones sexuales con el mayor n¨²mero de personas, creyendo que el deseo sexual debe ser siempre espont¨¢neo y dirigido al coito, lo menos emocional posible, esta persona tratar¨¢ de imitar una sexualidad que no le encaja, que no disfruta y muy posiblemente pase por experiencias negativas en etapas inmaduras¡±.
Confundir asexualidad con bajo deseo parece una duda razonable. Para responderla, habr¨ªa que empezar distinguiendo que deseo no es lo mismo que atracci¨®n y que las personas asexuales no sienten atracci¨®n, pero s¨ª pueden sentir deseo en m¨¢s o menos grado. ¡°El deseo sexual tiene que ver con lo que nos moviliza para mantener una relaci¨®n sexual con alguien, responde a la pregunta ¡®?para qu¨¦?¡¯. Una persona asexual puede tener deseo, pero no va a ser la atracci¨®n sexual por una persona lo que lo active, sino otras cosas¡±, aclara Martina Gonz¨¢lez Veiga. Estas otras cosas pueden ser una relaci¨®n, una situaci¨®n o una pr¨¢ctica concreta, por ejemplo. Por su parte, Julve a?ade otra pista para hallar la respuesta a la duda: ¡°Un buen indicador que suele indicar, aunque no garantizar, la distinci¨®n, es el tiempo. Por ejemplo, una persona que tiene deseo sexual y lo pierde, por el motivo que sea, podr¨¢ tener deseo sexual hipoactivo. Por el contrario, una persona que nunca ha tenido deseo sexual, s¨ª tiene m¨¢s posibilidades de ser asexual¡±.
Prejuicios desde los profesionales
En el episodio nueve de la temporada ocho de la serie Dr. House se aborda la asexualidad. El doctor especializado en casos poco frecuentes considera que no puede ser normal que alguien no sienta atracci¨®n sexual e investiga al paciente, encontrando finalmente un tumor en su gl¨¢ndula pituitaria. Esta ficci¨®n puede ser un ejemplo de la visi¨®n de algunos profesionales: negar la mayor, es decir, rechazar la existencia de la asexualidad.
Los dos sex¨®logos consultados confirman esta situaci¨®n. Veiga afirma que hay profesionales que abordan este tema ¡°como si algo no estuviese bien, como si les faltase algo y se les somete a terapias de conversi¨®n, tratamientos farmacol¨®gicos, terapias psicol¨®gicas o sexuales con el fin de que experimenten atracci¨®n¡±. En el mismo sentido se pronuncia Julve quien, desde la asociaci¨®n Stonewall con la que colabora, est¨¢ peleando para que se incluyan los tratamientos para curar la asexualidad como terapias de conversi¨®n al mismo nivel de violencia que las que se hacen para curar la homosexualidad.
Falta mucha investigaci¨®n y conclusiones sobre esta orientaci¨®n, pero s¨ª se sabe que hay personas que manifiestan que esta es su realidad. La invisibilizaci¨®n o la negaci¨®n de esa existencia no parece una buena opci¨®n para entenderlas. M¨¢s bien, como comenta Martina Gonz¨¢lez Veiga, ¡°lleva a no ofrecerles la informaci¨®n y atenci¨®n que necesitan¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.