¡®Gymtimidation¡¯: ?Por qu¨¦ tenemos miedo a ir al gimnasio?
Este concepto que circula por las redes sociales da visibilidad a una inseguridad que afecta a 1 de cada 10 personas para las que entrenar se convierte en un problema. Psic¨®logos del deporte, entrenadores personales y personas que han vivido la experiencia de cerca cuentan c¨®mo superarlo
En una sociedad en la que el culto al cuerpo ha evolucionado a niveles enfermizos, cualquiera se puede sentir inseguro en un gimnasio. Las miradas indiscretas, el pudor a la hora de practicar alg¨²n ejercicio de musculaci¨®n o incluso ansiedad por iniciar un entrenamiento. ?Qui¨¦n no se ha sentido alguna vez as¨ª? Estas emociones humanas se congregan en una nueva noci¨®n bautizada en redes como gymtimidation que saca a la luz una sensaci¨®n que resulta muy familiar.
En una investigaci¨®n publicada por The New York Times, que entrevist¨® a 2.000 estadounidenses, se concluye que m¨¢s de la mitad de ellos experimenta alg¨²n tipo de ansiedad al inscribirse en un gimnasio. Adem¨¢s, 1 de cada 10 personas (10%) siente que su salud mental le impide hacer ejercicio. Unas cifras alarmantes que solo revelan una realidad desconocida y que, en ocasiones, puede ser perjudicial para la salud mental.
Solo hay que surfear un poco por redes sociales para darse cuenta de que ir al gimnasio puede convertirse en un problema para muchos. ¡°Nadie habla de la grand¨ªsima fuerza de voluntad que hay que tener para empezar el gimnasio sola/o sin saber casi nada, te tienes que tragar la verg¨¹enza¡±, lamenta una usuaria. Otra, sue?a con despegarse del rubor para poder ponerse fuerte.
Sentir intimidaci¨®n en un gimnasio puede estar relacionado con varios factores psicol¨®gicos, sociales y biol¨®gicos. Luis Ant¨®n, psic¨®logo en IPSIA Psicolog¨ªa, confirma una realidad de la que muchos discrepan: la opini¨®n de los dem¨¢s tiene una profunda influencia en c¨®mo nos vemos y nos tratamos a nosotros mismos. ¡°Esta necesidad de aprobaci¨®n social y el temor a la desaprobaci¨®n pueden generar sentimientos de vulnerabilidad y ansiedad. En los gimnasios, donde la apariencia f¨ªsica y el rendimiento son altamente visibles, estas preocupaciones se amplifican¡± comenta en conversaci¨®n con EL PA?S. As¨ª, los gimnasios se convierten en un espacio donde aumenta la autoconciencia y la comparaci¨®n social y ¡°la percepci¨®n de sentirse observado y evaluado puede activar respuestas emocionales como la ansiedad¡±.
Todas las estrategias que sigue en su consulta ayudan a erradicar el miedo irracional y ganar confianza para asistir al gimnasio regularmente, que es a fin de cuentas el resultado que se busca. En primera instancia recomienda ¡°la exposici¨®n progresiva, donde el individuo comienza enfrent¨¢ndose a situaciones menos amenazantes en el gimnasio y gradualmente se expone a escenarios m¨¢s desafiantes¡±. Adem¨¢s, dice que establecer metas realistas y celebrar los peque?os logros puede ser especialmente beneficioso. Otra de las t¨¦cnicas que asegura que funciona en sus consultas es la reestructuraci¨®n cognitiva, que trata de ¡°identificar y desafiar pensamientos desagradables o distorsionados sobre el gimnasio y aprender a modelarlos con pensamientos m¨¢s realistas¡±.
El profesional cree que la clave estriba en crear un entorno que facilite la conducta de ir al gimnasio. ¡°Esto puede incluir acciones como preparar la ropa del gimnasio la noche anterior, establecer una rutina fija o comenzar con peque?os pasos f¨¢ciles de lograr, como ir al gimnasio solo por 20 minutos inicialmente¡±.
Pero esta inseguridad f¨ªsica no trata de la misma forma a los hombres que a las mujeres. Varios estudios sugieren que las mujeres pueden ser m¨¢s propensas a experimentar ansiedad relacionada con ir al gimnasio en comparaci¨®n con los hombres. Un estudio publicado en el Journal of Health Psicology confirma que el sexo femenino reporta niveles m¨¢s altos de ansiedad social por sentirse obligadas a cumplir con ciertos ideales est¨¦ticos. Es decir, pueden sentirse m¨¢s juzgadas por su apariencia f¨ªsica en comparaci¨®n con los hombres. Aun as¨ª, Ant¨®n advierte que es importante reconocer que los hombres tambi¨¦n pueden experimentar altos grados de ansiedad en el gimnasio, presionados a cumplir con ciertos est¨¢ndares de masculinidad y rendimiento ¨Dpero confiesa que ¡°las mujeres parecen ser m¨¢s susceptibles a esta ansiedad¡±¨D.
Otro estudio de la empresa brit¨¢nica Puregym confirma que un 67% de mujeres tiene miedo al gimnasio, y un 25% de las que practican deporte dicen sentirse intimidadas. Estos datos demuestran el motivo por el que cada vez existen m¨¢s establecimientos deportivos que solo son aptos para mujeres. Un ejemplo es StronherWomen, en Londres, el primer espacio deportivo ¡°para todas las mujeres sin excepciones¡±. Este gimnasio es pionero en Gran Breta?a. ¡°Muchas mujeres tienen miedo al gimnasio, en especial a la zona de musculaci¨®n¡±, comienza su discurso en un videoreportaje del medio brit¨¢nico The News Movement, publicado en X. ¡°Es evidente que esta no es forma de solucionar nada. O no deber¨ªa. Desgraciadamente en este momento lo son¡±.
Ant¨®n no es el ¨²nico profesional que considera la terapia como algo imprescindible para superar la angustia. ¡°Se trata de una trampa mental¡±, opina Laia Garrigos, tambi¨¦n terapeuta en ?msterdam (Holanda), que explica que despu¨¦s de un periodo de inactividad f¨ªsica, el gimnasio se puede volver un lugar hostil para cualquiera. ¡°?Qu¨¦ hace tu mente cuando piensas en salir de tu zona de confort? Avisarte de todos los peligros y hacer que te lo pienses dos veces¡±, comenta. ¡°Lo voy a pasar fatal¡±, ¡°todo el mundo se va a fijar en lo torpe que soy¡±, son los ejemplos con los que la terapeuta explica eso que llamamos autoboicot. ¡°Estos pensamientos, estos miedos, son naturales. Los pensamientos son solo eso, van y vienen¡±, recuerda. Ella recurre en su consulta a los mantras: ¡°En una frase que puedes utilizar cuando te encuentras en una situaci¨®n de vulnerabilidad emocional¡±.
Gonzalo P¨¦rez es entrenador personal en el gimnasio GoalTraining de Madrid y muchos de sus clientes han acudido a sus instalaciones tras haberse sentido intimidados en otros gimnasios. ?l dise?a sus entrenamientos a la par que trata de demostrar que llevar un estilo de vida saludable es la base para conseguir la mejor versi¨®n de uno mismo. ¡°Muchas veces quieres ir al gimnasio porque te encuentras mal contigo mismo, llegas, y es el sitio donde m¨¢s juzgado te sientes. Sientes que te miran indiscretamente, no sabes c¨®mo funciona cada m¨¢quina...¡±, resume.
Para aumentar la motivaci¨®n de sus clientes, el entrenador dice tener su propio m¨¦todo. Toma datos y mediciones, ense?a t¨¦cnica, hurga hasta encontrar el origen del sentimiento de fracaso, pero sobre todo, dice que su poci¨®n m¨¢gica es el trato. ¡°Entrenamos con personas, y algunos son buenos amigos, no clientes. Gente normal con problemas reales que busca desconectar de la rutina estresante del d¨ªa a d¨ªa¡±. Adem¨¢s, asume que la perseverancia es clave: ¡°Es muy com¨²n el fracaso, inscripciones anuales para solo ir 4-5 d¨ªas en todo el a?o. Es tirar el dinero, y adem¨¢s no conseguir lo que te hab¨ªas propuesto. Nuestra estancia media por cliente es mayor a un a?o, y conseguimos eso como principalmente porque somos una peque?a gran familia¡±.
A Mar¨ªa Jes¨²s le ha venido como anillo al dedo eso de vincular la gimnasia con sentirse en casa. Es una de las clientas de P¨¦rez, que habla de lo orgulloso que se siente de ella. ¡°Lleva dos a?os con nosotros ya, y mejora cada d¨ªa. Buscaba definir piernas y estuvo apuntada al gimnasio dos a?os para ir tres d¨ªas. No sab¨ªa qu¨¦ ten¨ªa que hacer, no ten¨ªa una rutina definida, nadie que le explicase bien c¨®mo hacerlo y eso hac¨ªa que se sintiera muy desmotivada para correr y montar en bici¡±, recuerda. Hasta que dio con P¨¦rez y su t¨¦cnica de entrenamiento que claramente evita la intimidaci¨®n y que tiene como objetivo hacer del deporte un h¨¢bito. ¡°Lo conseguimos porque ense?amos un estilo de vida y una estructura de entrenamiento que te permite sentirte mejor, as¨ª que en nuestro centro, el fracaso, no es algo que suela ocurrir¡±.