La era del heteropesimismo: ?por qu¨¦ el mercado del amor parece roto para las mujeres?
Por un lado, el modelo de pareja en el que el var¨®n dispone de menor nivel educativo que la mujer est¨¢ creciendo entre heterosexuales durante los ¨²ltimos a?os y, por otro, cada vez son m¨¢s las que eligen la solter¨ªa. La cuesti¨®n es: ?est¨¢ relacionado?
Ser¨ªa imposible demostrar muchas de esas intuiciones que exteriorizamos en forma de chiste de barra de bar, de discurso un poco m¨¢s elaborado durante una cena entre amigos o de intervenci¨®n tajante en redes sociales. Sin embargo, entre tantos sesgos, noticias falsas y t¨®picos, hay algunos comentarios a priori irresponsables sobre los que s¨ª que se pueden encontrar datos y estudios concluyentes. Por ejemplo, sobre ese que ¨²ltimamente indica que, por experiencia propia o ajena, por observaci¨®n o participaci¨®n, ¡°el mercado del amor est¨¢ fatal, especialmente para las mujeres¡± (y que, en realidad, quiere decir ¡°para las mujeres que esperan tener una relaci¨®n igualitaria¡±).
El aumento de la hipogamia sugiere que quien comente algo as¨ª no ir¨¢ desencaminado. La hipogamia es el modelo de pareja en el que el var¨®n dispone de menor nivel educativo que la mujer y es el que, seg¨²n todos los informes y los datos recogidos por los soci¨®logos, m¨¢s est¨¢ creciendo entre heterosexuales durante los ¨²ltimos a?os (lo que no es de extra?ar, ya que la proporci¨®n de mujeres j¨®venes con estudios de Bachillerato o universitarios es cada vez mayor a la de hombres con el mismo nivel). Como indica Diederik Boertien, doctor en Sociolog¨ªa e investigador en el Centre d¡¯Estudis Demogr¨¤fics de Barcelona, esto sucede por lo siguiente: ¡°Si las mujeres quieren una pareja con su mismo nivel educativo, cada vez hay menos candidatos disponibles porque hay menos hombres con alto nivel educativo que mujeres con alto nivel educativo. Encima, los hombres con calificaciones altas muchas veces ya tienen pareja, porque para ellos sigue siendo menos importante que sus parejas tengan el mismo nivel educativo que para las mujeres. Entonces, para hombres de nivel educativo m¨¢s alto es m¨¢s f¨¢cil encontrar una pareja que cumpla con sus preferencias que para mujeres en su situaci¨®n¡±.
As¨ª que, por un lado, las mujeres, por primera vez en siglos, se est¨¢n empezando a emparejar con hombres de menor nivel educativo que ellas (en muchas ocasiones, esto tambi¨¦n supone menor nivel socioecon¨®mico y la pareja considerada ideal contin¨²a siendo la hom¨®gama, en la que no existe esta desigualdad; adem¨¢s, pesan muchas inercias machistas) y, por otro, a partir de ciertos niveles educativos y profesionales es m¨¢s habitual encontrar mujeres solteras que hombres solteros. Para entender todo esto conviene preguntarse, ?qu¨¦ esconde la hipogamia y qu¨¦ tiene que ver con el heteropesimismo? Bueno, un momento, ?qu¨¦ es el heteropesimismo?
La diferencia que no se tolera y la que s¨ª
Cuando en 2019 la revista Paris Match public¨® una foto de Nicolas Sarkozy y Carla Bruni en la que la cabeza del expresidente franc¨¦s quedaba muy por encima de la de la cantante (cuando todo el mundo sabe que Bruni es unos 10 cent¨ªmetros m¨¢s alta que ¨¦l), las redes se inundaron de burlas. La revista explic¨® que aquello fue poco menos que una casualidad y que la imagen no hab¨ªa sido retocada (¨¦l se encontraba un escal¨®n por encima de su esposa), pero la sospecha de que esa fotograf¨ªa fue elegida para compensar cierto complejo del pol¨ªtico franc¨¦s no pudo borrarse.
Y es que hay ciertos terrenos en los que el hombre, si reproduce los roles de g¨¦nero tradicionales, siempre quiere quedar por encima (a veces literalmente). As¨ª que la desigualdad en las parejas normativas, hasta hace bien poco, solo se hab¨ªa dado en una direcci¨®n y ni siquiera es necesario indagar demasiado para corroborarlo: del canon literario del siglo XX, plagado de novelas ¡ªJavier Mar¨ªas, Coetzee, Philip Roth o John Williams¡ª sobre profesores de universidad m¨¢s bien crepusculares a los que se acercan j¨®venes alumnas hasta las parejas de actores protagonistas en miles de pel¨ªculas (siempre ¨¦l es mayor), las asimetr¨ªas son siempre las mismas.
Pero seg¨²n varios informes, ese patr¨®n est¨¢ agotado. Incluso economistas como Branko Milanovic, especialista en desigualdad, han detectado que hoy ¡°predomina la tendencia a casarse entre iguales¡±, algo que tiene consecuencias en los ¨ªndices de movilidad entre clases sociales. La relaci¨®n modelo, por tanto, es la hom¨®gama (misma edad, misma posici¨®n social y mismo nivel de ingresos) y, por eso, a medida que la diferencia entre hombres con estudios universitarios y mujeres con ellos aumenta (a favor de las segundas), es m¨¢s habitual que la mujer sea la parte de la relaci¨®n mejor formada o permanezca soltera (o lo que es lo mismo: los hombres con estudios universitarios se agotan antes en el mercado del amor). De esta manera, Boertien explica que no se trata de una cuesti¨®n de preferencias, sino de disponibilidad: ¡°Aunque es cada vez m¨¢s com¨²n que mujeres altamente calificadas formen pareja con hombres menos calificados, siguen prefiri¨¦ndose otros tipos de parejas¡±.
En cuanto a la abundancia de mujeres altamente formadas que aparecen sin pareja en las estad¨ªsticas (junto a los hombres de baja formaci¨®n, tambi¨¦n m¨¢s propensos a la solter¨ªa), el soci¨®logo contin¨²a: ¡°Hay que tener en cuenta que, aunque se mejora poco a poco, los hombres siguen haciendo poco trabajo dom¨¦stico y tambi¨¦n hacen menos inversiones emocionales en las relaciones. Esto hace que sea m¨¢s beneficioso para un hombre tener pareja femenina que al rev¨¦s. Incluso cuando una mujer tiene menos recursos econ¨®micos, suele contribuir con muchas horas de trabajo dom¨¦stico y hace esfuerzos para invertir en la calidad de la relaci¨®n. Entre hombres es menos com¨²n que hagan este tipo de inversi¨®n en las relaciones. Creo que cuando haya m¨¢s igualdad ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil para las mujeres encontrar una pareja que cumpla con sus preferencias¡±.
El heteropesimismo como reacci¨®n
En 2019, el investigador Asa Seresin acu?¨® una de esas expresiones afortunadas que terminan en titulares de todo el mundo. Seresin escribi¨® que el heteropesimismo consiste en el rechazo hacia la heterosexualidad, al menos a nivel de discurso, y expresado habitualmente en forma de arrepentimiento, verg¨¹enza o desesperanza tras haber tenido relaciones de este tipo.
En declaraciones a EL PA?S, Seresin aclara que cuando escribi¨® sobre heteropesimismo criticaba la negatividad con la que se habla sobre la heterosexualidad, ¡°pero cuando el t¨¦rmino se extendi¨®, cambi¨® de significado y todo el mundo interpret¨® que la idea es que se debe ser pesimista sobre ser hetero: una forma muy oscura de ver las cosas, mucho m¨¢s com¨²n de lo que parece¡±.
¡°Eso s¨ª ¡ªcontin¨²a Seresin¡ª, es cierto que las mujeres tienen muchas m¨¢s razones para estar leg¨ªtimamente decepcionadas con la heterosexualidad que los hombres, pero tambi¨¦n me preocupa conocer los efectos que estos discursos tan negativos terminan produciendo. Nunca da resultado culpar a la gente por su deseo y ese es el problema actual respecto a las mujeres que desean a hombres¡±.
Aunque el t¨¦rmino heteropesimismo ha servido para nombrar lo que ya casi era un movimiento social, Seresin prefiere atribuir el crecimiento de la solter¨ªa entre mujeres bien formadas a una din¨¢mica fruto de la mejora en las condiciones econ¨®micas y sociales, y no a un proceso de desilusi¨®n y elecci¨®n negativa: ¡°Durante siglos, en Occidente, las relaciones entre hombres y mujeres estuvieron marcadas por la dependencia econ¨®mica de las segundas. Hoy, las mujeres universitarias tienden a ser autosuficientes, as¨ª que el principal factor que las empujaba y manten¨ªa en sus relaciones con hombres ha desaparecido¡±.
Entonces, ?qu¨¦ piensa el inventor del t¨¦rmino heteropesimismo de que sea posible predecir, a partir de ciertos datos de renta y nivel de estudios sobre alguien, c¨®mo ser¨¢ su pareja con una tasa de ¨¦xito tan elevada? ?Y del bonus que presentan los hombres altamente formados en el mercado rom¨¢ntico? ¡°Me parece que hay un desajuste entre el deseo y la pol¨ªtica. Todo deseo es pol¨ªtico, pero esto no quiere decir que podamos obligar a nuestros deseos a alinearse perfectamente con nuestras ideas pol¨ªticas. A la vez, si reducimos la desigualdad social y los estigmas, los deseos de la gente cambiar¨¢n de manera natural (a pesar de que el deseo es algo con un fondo discriminatorio imborrable)¡±.
Seg¨²n Seresin, la meta, tambi¨¦n respecto a estas cuestiones, es construir sociedades m¨¢s igualitarias, en las que pierdan importancia cuestiones como el nivel de renta y la igualdad se d¨¦ entre todos sus miembros y no solo entre quienes ya forman una pareja: ¡°Actualmente, mucha gente est¨¢ excluida del deseo por cuestiones como su raza, su discapacidad, su peso, su precariedad econ¨®mica y muchas m¨¢s. En sociedades m¨¢s igualitarias, todo esto tendr¨ªa mucha menos importancia¡±, conf¨ªa.
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