Antoni Bolinches, psic¨®logo y sex¨®logo: ¡°La pareja es la mejor escuela de aprendizaje vital que existe¡±
El fil¨®sofo, psic¨®logo cl¨ªnico, sex¨®logo y experto en relaciones de pareja expone su m¨¦todo para sufrir menos y mejor en su ¨²ltimo libro, ¡®Psicoterapia para el mal de amores¡¯, donde los fracasos sentimentales se convierten en oportunidades para crecer y facilitar la llegada del amor arm¨®nico
El amor sigue siendo la asignatura m¨¢s dif¨ªcil en ese curso que todos tenemos pendiente que es la educaci¨®n sentimental. El amor y el sujeto amoroso, la pareja, han provocado a lo largo de la historia tanta dicha como sufrimiento, tanta inspiraci¨®n como des¨¢nimo, tantas expectativas como desilusiones. Tantas pel¨ªculas con final feliz como canciones tristes. Sufrir por amor se perfila entonces como ese mal inevitable que, tarde o temprano, se presenta a cualquiera que haya querido pasar por el mundo con su coraz¨®n a pleno rendimiento. Esta idea admitida por la sabidur¨ªa popular es la que quiere desmentir, en parte, Antoni Bolinches en su ¨²ltimo libro, Psicoterapia para el mal de amores (Urano, 2024).
Este fil¨®sofo, psic¨®logo cl¨ªnico y sex¨®logo nacido en Barcelona en 1947, creador de la Terapia Vital, expone en su ¨²ltima obra su matem¨¢tica de los sentimientos, que explica la mec¨¢nica de una relaci¨®n de pareja, y propone convertir el sufrimiento amoroso en una escuela de aprendizaje vital que nos capacitar¨¢ para sufrir cada vez menos y disfrutar cada vez m¨¢s de las relaciones de pareja.
Bolinches, que ha tocado el tema del amor en anteriores libros como El arte de enamorar (1998) y Amor al segundo intento (2006), y que lleva a sus espaldas a?os como terapeuta individual y de pareja, infunde un rayo de optimismo en torno a esa relaci¨®n tan compleja que es el amor entre dos personas. Amigo de los aforismos, sentencia: ¡°Cuando el amor nos deja, nosotros nos encontramos y cuando nosotros nos encontramos, el amor ya no nos deja¡±.
PREGUNTA. En su libro sostiene que la pareja es la mejor escuela de aprendizaje vital y mejoramiento personal que existe, porque en ella se imparte un curso de formaci¨®n permanente. ?A qu¨¦ se refiere?
RESPUESTA. A que en ninguna clave de relaci¨®n influyen tantos par¨¢metros distintos. Los integrantes de una pareja son compa?eros de piso, econ¨®micos, sexuales, de tareas del hogar, de vida. En esa interacci¨®n surgen roces y puntos de fricci¨®n de discrepancia de criterios; por lo tanto, ha de haber una conciliaci¨®n con el otro, que empieza con una conciliaci¨®n interior, porque para que yo me concilie contigo debo primero conciliarme conmigo. En ese sentido es la mejor escuela porque en ning¨²n otro tipo de relaci¨®n se dan tantas variantes, entre ellas la sexual y la antisexual, plasmada en el hecho de dormir juntos. ?Y ya no te digo cuando uno de los dos ronca!
P. ?Cree que la pareja est¨¢ en crisis? Hay gente que incluso sostiene que est¨¢ en peligro de extinci¨®n.
R. No creo que est¨¦ en peligro de extinci¨®n, sino en necesidad de regeneraci¨®n. No hemos encontrado una manera mejor, o menos mala, de estructurar la sociedad que la pareja monog¨¢mica. Lo que s¨ª cambiar¨¢ es el modelo de pareja, pasaremos de la pareja ¨²nica a la monogamia sucesiva. Es decir, uniones que duran unos a?os y se rompen, luego pasamos por un periodo de sensualidad no mon¨®gama y nuevamente volvemos a emparejarnos. En este tema yo propongo elegir mejor, gestionar mejor y aportar m¨¢s. Y respecto al poliamor, mi consejo es que antes de correr hay que saber andar.
P. Un fen¨®meno que vemos entre los m¨¢s j¨®venes es que se emparejan antes que sus padres. Son relaciones poco duraderas pero se mueven de pareja en pareja, cuando generaciones anteriores sol¨ªan disfrutar de la solter¨ªa en su adolescencia y temprana juventud y buscaban un compa?ero m¨¢s tarde. ?A qu¨¦ obedece este comportamiento?
R. Es cierto, y tiene su l¨®gica porque empiezan antes sexualmente y, si se acoplan bien, siguen como pareja. Pero son parejas sexuales, no estables, con una esperanza de vida corta. El concepto de pareja de los j¨®venes no est¨¢ concebido desde el compromiso, sino como una alianza sexual.
P. ?Qu¨¦ une m¨¢s a la pareja, el amor o el sexo?
R. Ahora, por desgracia o por suerte, todas las parejas empiezan por la primera pata de las cuatro, que yo tipifiqu¨¦ en mi anterior libro Amor al segundo intento, que es el buen acoplamiento sexual. Si esto no funciona ya no se forma la pareja aunque los caracteres sean compatibles, las escalas de valores similares o aunque haya un proyecto de vida convergente.
P. Mucha gente se acerca al amor, a la pareja como tabla de salvaci¨®n, esperando que resuelva sus problemas, mejore su vida y le brinde felicidad. ¡°T¨² lo que necesitas es un buen novio/a¡±, se oye como soluci¨®n definitiva. Pero, como dice en su libro, hay que estar bien para poder encontrar una buena pareja.
R. Hay una expectativa de que la pareja contribuye a nuestra estabilidad y una presi¨®n social para no estar solo a partir de cierta edad. Es cierto que las posibilidades de encontrar una buena pareja aumentan a medida que maduramos y nos sentimos mejor con nosotros mismos, pero, al mismo tiempo, la pareja es tambi¨¦n un espacio enorme de aprendizaje que nos ayuda a conseguir esa madurez.
P. ?Qu¨¦ es lo peor que le puede pasar a la pareja? Porque pensamos que es la ruptura, pero vivir en un estado semilatente, de respiraci¨®n asistida, puede ser m¨¢s destructivo y dejar m¨¢s secuelas.
R. Lo peor es que se instale la convivencia neur¨®tica autodestructiva, que se alimenta de las agresiones rec¨ªprocas. Pasan dos cosas: unos hacen de la necesidad virtud, superan la dificultad y mejoran la relaci¨®n y otros se instalan en una convivencia de agresiones rec¨ªprocas y se convierten en parejas neur¨®ticas. Las personas se diferencian m¨¢s por el tipo de soluciones que aportan que por el tipo de problemas que tienen.
P. ?La infidelidad sigue siendo la principal causa de ruptura? Seg¨²n comenta en el libro, una de cada tres parejas la supera, otra rompen y otra sigue pero, tras un tiempo, se da cuenta que el problema no se ha resuelto y rompe. Tambi¨¦n se?ala que la infidelidad femenina se sigue perdonando menos.
R. La infidelidad sigue siendo la primera causa de ruptura en parejas j¨®venes. Y s¨ª, todav¨ªa se perdona menos la de la mujer. Hay una diferencia: al hombre le importa m¨¢s la infidelidad sexual de su mujer y a esta le importa m¨¢s la infidelidad sentimental. Y a¨²n hay otra diferencia en la manera de computar que gr¨¢ficamente ser¨ªa: cuando el hombre se entera de que la mujer est¨¢ enamorada de otro, este le pregunta: ¡°?Pero te has ido a la cama con ¨¦l?¡±. Y si ella dice no, pues le contesta: ¡°Ya lo arreglaremos¡±. En cambio cuando la mujer descubre la infidelidad del marido, la pregunta es: ¡°?Te has enamorado?¡±. Y si este dice no, ella piensa que todav¨ªa hay arreglo.
P. Dice tambi¨¦n en el libro que las rupturas las suele hacer quien da m¨¢s amor del que recibe.
R. S¨ª, por defraudaci¨®n de expectativa, o porque se siente traicionado, como en el caso de la infidelidad. Puedes querer pero haces una ruptura reactiva, puesto que me has puesto los cuernos te dejo. Dejas pero no quieres dejar. El que rompe porque ha sido infiel tiene sentimiento de culpa, pero el que rompe porque le han sido infiel tiene tres problemas que resolver. Primero, se le rompe el estilo de vida que lleva, sin desearlo. Segundo, su red de relaciones, la manera de gestionar los afectos y el hecho de compartir el proyecto de vida se le ha alterado sin su deseo ni preparaci¨®n. Tercero, al perder al sujeto amoroso, no solo lo pierde sino que le queda una herida en su autoestima.
P. Hay tambi¨¦n muchos malentendidos respecto a lo que hay que hacer tras una ruptura. Buscar otra pareja inmediatamente; tratar de no pensar en ello; o en demonizar al otro, en vez de hacer autocr¨ªtica. Todo lo contrario a lo que usted aconseja.
R. Cuanto m¨¢s maduro eres m¨¢s productivo es el sufrimiento y ese sufrimiento es el que te har¨¢ madurar m¨¢s. Empieza ah¨ª la espiral de crecimiento. Hay que estar en actitud de disposici¨®n al aprendizaje. Primero, hay que aceptar la parte de responsabilidad en lo sucedido, porque lo que pasa entre dos nunca es responsabilidad de uno solo. Segundo, tener claro que criticar al otro no te mejora a ti. Si nos preguntamos por qu¨¦ nos dejan, o incluso se lo preguntamos al que lo hace, y aceptamos parte de las cosas que nos dice, no hay duda de que estaremos mejorando. Es necesario un periodo de introspecci¨®n, de entre seis meses y un a?o, para asimilar la p¨¦rdida, ganar en seguridad y madurez y estar en mejores condiciones de gestionar una mejor elecci¨®n y futura relaci¨®n. Sobre todo, no hay que caer en conductas autodestructivas. Y, adem¨¢s, si vas al terapeuta o lees alg¨²n libro, pues mejor que mejor.
P. Habla tambi¨¦n de que hay que sufrir. Ahora, tiene que ser un sufrimiento productivo. ¡°Quien aprende a sufrir, aprende a madurar; y quien aprende a madurar deja de sufrir¡±, dice en su libro. ?Es una asignatura dif¨ªcil positivizar el sufrimiento?
R. S¨ª, porque, adem¨¢s, la pareja es el ¨¢mbito m¨¢s intenso de relaci¨®n y, por lo tanto, el sufrimiento ser¨¢ mayor. Como se suele decir popularmente, hay que pasar p¨¢gina, porque si no pasamos p¨¢gina no superamos la situaci¨®n. Pero primero hay que leer la p¨¢gina y entenderla, y despu¨¦s pasarla. Y, como subrayo en el libro, a mayor seguridad menor sufrimiento. Los inseguros y con baja autoestima sufren m¨¢s. Aunque tambi¨¦n hay la idea de que si no se sufre tanto es porque no se estaba muy enamorado; esgrimida, generalmente, por los que no quieren desestabilizarse a s¨ª mismos y prefieren pensar que el otro no ten¨ªa el mismo grado de amor, en vez de pensar que ellos no lo gestionaron tan bien. La diferencia no est¨¢ en la calidad del amor sino en la bondad de c¨®mo se gestiona el desamor.
P. En su libro habla de cuatro pasos para conseguir el amor arm¨®nico: aprender a elegir, aprender a construir, aprender a compartir y aprender a negociar. ?Qu¨¦ es lo m¨¢s complicado?
R. Para aprender a elegir tenemos que pasar por elecciones err¨®neas. De hecho, mi teor¨ªa es que la primera elecci¨®n no es una verdadera elecci¨®n. Es la conjunci¨®n de dos necesidades, dos atracciones y dos situaciones. Para elegir con ¨¦xito se necesita un aprendizaje vital. Aprender a negociar es la clave de la buena convivencia porque nadie es perfecto, nadie puede aportarnos todo lo que esperamos y hay que negociar para compartir, para aportar, para gestionar, para renunciar, para comprender. De hecho, muchas parejas rompen por la descompensaci¨®n en las aportaciones rec¨ªprocas. Cuando uno da mucho y el otro da muy poco.
P. ?No cree que ser soltero a una determinada edad vuelve a ser un estigma social? La figura de la solterona vuelve con fuerza, tras a?os desaparecida.
R. Es la tesis de la mujer invisible, de acuerdo con los c¨¢nones de belleza asociados a la juventud. Y que muchas mujeres siguen aceptando. Si se ve a un hombre mayor solo, de 50 a?os, que sobre el papel se ve una persona aceptable, se tiende a pensar que est¨¢ solo porque quiere. Pero ese mismo perfil en una mujer se traduce en que est¨¢ sola porque no encuentra a nadie. Y es posible que no encuentre la compa?¨ªa adecuada, porque la mujer ya no se conforma con relaciones pobres y porque hay un desfase entre mujeres evolucionadas y hombres desorientados. No hay suficientes hombres maduros para todas. Es triste.
P. ?Qu¨¦ le dir¨ªa a esta gente que ha tirado la toalla a una determinada edad por encontrar pareja cuando le gustar¨ªa tenerla, en parte, porque los espacios para ligar se han reducido mucho a las redes sociales?
R. Las redes sociales tienen un efecto ambivalente. Por un lado optimizan, te¨®ricamente, las posibilidades de contacto, pero frivolizan la clave de relaci¨®n y, a la vez, hay mucho fingimiento. Pero es verdad que estamos en un mal momento para los buenos amores. ?Qu¨¦ propongo? El mejoramiento personal. Primero no tirar la toalla sin sudarla y segundo, sudemos en el ¨¢mbito adecuado para poder tener ¨¦xito. Y ah¨ª, cuanto menos buscas m¨¢s encuentras; pero para buscar hay que ser suficiente buena compa?¨ªa para ti mismo. Entonces te conviertes en buena compa?¨ªa para los dem¨¢s. El arte de enamorar es el arte de mejorar.