Nuevos gasoductos que amenazan con retrasar el ocaso de las fuentes f¨®siles

Francia ha cedido a la presi¨®n de Alemania, Espa?a y Portugal. Pero no se retomar¨¢ el MidCat, la propuesta inicial que resucitaba el proyecto de construcci¨®n de un gasoducto a trav¨¦s de los Pirineos y que fue enterrado en 2019 por oneroso. De hecho, adem¨¢s del medioambiental, ese era uno de los argumentos esgrimidos por Emmanuel Macron, el presidente franc¨¦s, para su tajante rechazo. Lo que se pacta ahora es un ¡°corredor verde¡± entre Barcelona y Marsella, BarMar, como se ha denominado. Una tuber¨ªa submarina de m¨¢s de 360 kil¨®metros que transportar¨¢ gas durante la transici¨®n y, despu¨¦s, hidr¨®geno verde.

A¨²n se desconoce el coste. La intenci¨®n es que se financie con fondos europeos; sin embargo, ?es necesaria una nueva infraestructura de gas, una tecnolog¨ªa f¨®sil que desaparecer¨¢ en el futuro, pese a que lleve hidr¨®geno verde despu¨¦s? ?Es oportuno invertir en un tubo que no estar¨¢ listo para este invierno, sino dentro de cinco o siete a?os, seg¨²n la previsi¨®n del Gobierno espa?ol? ?Es viable la conversi¨®n de una tuber¨ªa de gas a hidr¨®geno verde? Estas son algunas de las cuestiones que hay sobre la mesa.

¡°La regulaci¨®n espa?ola de gas natural fomenta la sobreinversi¨®n en infraestructuras gasistas y no es compatible con los objetivos de la pol¨ªtica clim¨¢tica de la UE a largo plazo¡±, arguye Albert Banal-Esta?ol, profesor titular del Departamento de Econom¨ªa y Empresa de la Universidad Pompeu Fabra.

Ajuste a la demanda

En su estudio ?Hacia cero emisiones netas? Regulaci¨®n de la infraestructura e inversi¨®n en el sector del gas en Espa?a, publicado recientemente, explica que las plantas y los gasoductos existentes fueron construidos sobre la base de una previsi¨®n de alza de la demanda que nunca lleg¨® a materializarse. ¡°El consumo en Espa?a alcanz¨® su punto ¨¢lgido en 2008 y las previsiones actuales prev¨¦n una tendencia entre estable y decreciente, que se ver¨¢ acelerada por los objetivos clim¨¢ticos¡±, sostiene.

De ah¨ª su infrautilizaci¨®n, se?ala, por debajo del 40% de media, frente a Francia (60%). Es el caso de la planta El Musel, en Gij¨®n, que nunca ha estado en operaci¨®n desde su construcci¨®n hace una d¨¦cada. Ahora se quiere usar para almacenar gas debido a la crisis energ¨¦tica. ¡°Una sobrecapacidad que acaba asumiendo el consumidor a trav¨¦s de la factura ¡ªsupone el 50% del recibo¡ª por unos activos varados¡±, a?ade.

Demasiadas dudas

Si bien Espa?a ha planteado una ¡°alternativa m¨¢s ecol¨®gica¡±, como defend¨ªa el presidente del Ejecutivo, Pedro S¨¢nchez, la pasada semana tras conocerse el acuerdo, dado que su objetivo final es llevar hidr¨®geno verde, Banal-Esta?ol alerta de que a¨²n es incierto el potencial que puede ofrecer esta tecnolog¨ªa. ¡°El inversor privado tiene miedo de invertir porque no sabe si habr¨¢ una demanda suficiente que justifique esa inversi¨®n¡±, apunta Ana Mar¨ªa Jaller-Makarewicz, analista de IEEFA Europa. ?Y si sucede lo mismo que con el gas?, se pregunta Banal-Esta?ol, partidario de la interconexi¨®n el¨¦ctrica.

Los ecologistas rechazan tambi¨¦n el nuevo tubo. ¡°Es innecesario, supone un impedimento para una transici¨®n justa, es un lavado verde para la industria gasista y bloquea fondos que deber¨ªan dirigirse a soluciones reales que ya pueden ser implementadas¡±, se?alaron en un comunicado conjunto Greenpeace, WWF, Amigos de la Tierra y Ecologistas en Acci¨®n, entre otras, adem¨¢s de reclamar un estudio t¨¦cnico sobre su impacto en el fondo y el ecosistema ?marino.