Datos que prueben el af¨¢n ecol¨®gico
M¨¢s de 5.000 empresas espa?olas est¨¢n obligadas a presentar un informe de sostenibilidad con m¨¢s de 1.100 indicadores a partir del a?o pr¨®ximo
Quiz¨¢ sea la normativa m¨¢s trascendente que llega desde Bruselas en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. La directiva sobre informaci¨®n corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD, en sus siglas en ingl¨¦s) revolucionar¨¢ los informes sobre criterios de medio ambiente, sostenibilidad y gobernanza (ESG). Un cambio, en t¨¦rminos n¨¢uticos, abisal. Antes se deb¨ªa informar sobre unos 90 indicadores; ahora pueden superar los 1.100. Las compa?¨ªas tendr¨¢n que establecer cu¨¢les son sus impactos, riesgos y oportunidades en relaci¨®n a la sostenibilidad.
Este esfuerzo mira hacia afuera. Informa al futuro inversor de hasta qu¨¦ punto la compa?¨ªa est¨¢ comprometida con los Acuerdos de Par¨ªs (neutralidad clim¨¢tica en 2050), y as¨ª tomar decisiones financieras m¨¢s precisas. Queda una duda, que apela al ser humano: ¡°?Si la empresa, por ejemplo, contamina pero ofrece grandes beneficios, los inversores le dar¨¢n la espalda?¡±. Lo aprendido del pasado, y el comportamiento de los mercados de capitales, presuponen que la UE tendr¨¢ que ¡°multar¡± a los infractores, o los beneficios oscuros enturbiar¨¢n el r¨ªo. ¡°Los ahorradores est¨¢n cada vez m¨¢s interesados en incorporar criterios ESG a sus decisiones de inversi¨®n, ya que ven en ellos una oportunidad para crear valor a largo plazo¡±, defiende Mar¨ªa Ordov¨¢s, responsable del ¨¢rea de Gobernanza de For¨¦tica.
Al menos, parte desde la ambici¨®n. M¨¢s de 5.500 empresas espa?olas est¨¢n llamadas a estas filas. Las entidades de inter¨¦s p¨²blico (firmas que emiten t¨ªtulos) junto a grandes compa?¨ªas que cumplan dos de estas tres condiciones: volumen de activos superior a 20 millones de euros, negocio por encima de 40 millones o m¨¢s de 250 trabajadores. Ambas tendr¨¢n que reportar el 1 de enero de 2025. ¡°Esta nueva legislaci¨®n lo que busca, sobre todo, es transparencia, y, adem¨¢s, ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil distinguir las pr¨¢cticas de greenwashing [vender falsa imagen de sostenibilidad]¡±, observa Juan Capeans, director del Centro de Transici¨®n Sostenible de IE University. La norma se aplica de forma gradual hasta 2028, cuando afectar¨¢ a las pymes.
De ah¨ª que primero llegue la pr¨¢ctica y, despu¨¦s, la teor¨ªa. Los Estados miembros tienen 18 meses, hasta julio de 2024, para transponer la directiva, la inestabilidad pol¨ªtica espa?ola podr¨ªa retrasar esa fecha. La CSRD representa una revisi¨®n profunda de la directiva sobre informaci¨®n no financiera (NFRD, seg¨²n su acepci¨®n inglesa), que est¨¢ en vigor desde 2014.
El gozne sobre el que gira todo es el concepto de doble materialidad. ¡°Para efectuar el an¨¢lisis de doble materialidad debemos identificar y priorizar los impactos positivos y negativos (materialidad de impactos) en las personas y el planeta en el corto, medio y largo plazo, que pueden ser causados por la empresa (reales o potenciales); pero tambi¨¦n de los riesgos y oportunidades que (materialidad financiera), en caso de producirse, pueden tener efectos financieros sobre la organizaci¨®n, tambi¨¦n, a corto, medio y largo plazo¡±, describe, a trav¨¦s de una nota precisa, Concha Iglesias, socia l¨ªder de Sustainability & Climate de Deloitte Espa?a.
Complejo pero posible
Bajo esta dificultad poco sorprenden esos 1.100 indicadores. ¡°Va ser complicado, sin embargo, se puede hacer¡±, subraya Nicole Rosow, directora de la Oficina de Sostenibilidad de IE University. ¡°Nuestros trabajadores ya est¨¢n acostumbrados a enviarnos los datos¡±. Ella profesa fe en esas nuevas siglas: ¡°Tengo ilusi¨®n puesto que existe m¨¢s conciencia social, activismo en la juventud y, sobre todo, porque las nuevas regulaciones tambi¨¦n se extienden a las pymes. Va a impactar a much¨ªsima gente a trav¨¦s de las cadenas de valor¡±, pronostica.
Porque el sistema legal se entrelaza y complica, a¨²n m¨¢s. El espacio normativo en sostenibilidad de Espa?a trenza la CSRD, los nuevos Est¨¢ndares Europeos de Reporte de Sostenibilidad (ESRS, en sus siglas en ingl¨¦s), la taxonom¨ªa (explica c¨®mo los objetivos clim¨¢ticos est¨¢n alineados con las actividades de la empresa), las Normas Internacionales de Informaci¨®n Financiera (IFRS) y sus indicadores S1 y S2, que exigen desde este a?o informaci¨®n sobre los riesgos y oportunidades relacionados con el medio ambiente y el clima que repercuten en los usuarios de las cuentas anuales.
En este laberinto, algunas compa?¨ªas espa?olas comienzan a desbrozar el camino. Bastantes han encargado la elaboraci¨®n de la NFRD a la direcci¨®n de esa actividad. Pero esta nueva directiva va m¨¢s all¨¢: exige analizar riesgos, impactos y oportunidades en base a ese an¨¢lisis de doble materialidad, en el que debe figurar la repercusi¨®n ¡ªsi la hubiera¡ª negativa de la compa?¨ªa en el medio ambiente y lo sostenible. El tamiz se ampl¨ªa. Unas 50.000 empresas europeas estar¨¢n obligadas (en 2028) a informar sobre sostenibilidad ¡ªincluidas grandes firmas y pymes cotizadas¡ª cuando antes apenas eran 11.600.
A partir de ahora, las cuentas saldr¨¢n m¨¢s caras. Har¨¢n falta ¡ªvaticina Mar¨ªa Ordov¨¢s¡ª mayores recursos humanos, tecnol¨®gicos y financieros para cumplir con los requisitos de doble materialidad, los est¨¢ndares y su cuantificaci¨®n. Y avisa: ¡°Gran parte de las empresas espa?olas no est¨¢n preparadas¡±. Surgen algunas excepciones. Concha Iglesias recorre aquellas bien situadas. Las compa?¨ªas del Ibex 35 est¨¢n mejor dispuestas debido a su tama?o, recursos y experiencia en estrategia ESG y cumplimiento normativo. Tambi¨¦n ¡ªadelanta la experta¡ª aquellas que integran esos criterios ESG en su estrategia corporativa a nivel de junta directiva y alta direcci¨®n. Un a?adido: firmas que desde hace a?os llevan publicando informes de sostenibilidad. Aunque el sector aconseja asesores y consultores especialistas en manejar esta documentaci¨®n, pues el verificador tendr¨¢ que enviar su trabajo, en principio, al Instituto de Contabilidad y Auditor¨ªa de Cuentas (ICAC), y terminar¨¢ subido a la plataforma p¨²blica Punto de Acceso ?nico Europeo. Casi un trabalenguas jur¨ªdico cuya lectura ser¨¢ realmente complicada.
An¨¢lisis de la letra peque?a
La CSRD es una directiva de gestión disfrazada de reporting. Multiplica los requisitos que hasta ahora exigía la elaboración del estado de información no financiera (NFRD). Aquellas compañías que han analizado la norma se encuentran con que las carencias suman cientos. “El éxito” —desgrana Ramón Pueyo, socio responsable de Sostenibilidad y Buen Gobierno de KPMG en España— “pasa por entender con precisión los requerimientos, asegurar que el consejo y la alta dirección conocen suficientemente bien el calado de la norma, y establecer un plan para adaptarse que se ajuste en tiempo y forma a las necesidades de la compañía”. Porque la complicación va más lejos de la doble materialidad. Se dirige a los efectos financieros esperados y los riesgos y oportunidades vinculados a lo sostenible que se encuentran en la normativa. Resolver un puzle.