Sostenibilidad en toda la cadena de valor

La forma en que las empresas abordan la sostenibilidad ha sufrido un cambio de paradigma, aunque, en opini¨®n de los expertos, la mayor¨ªa de ellas no lo sabe. Todo se debe a la Directiva sobre Informaci¨®n Corporativa en Materia de Sostenibilidad (CSRD) de la Uni¨®n Europea, que entr¨® en vigor en enero de 2023 y tendr¨¢ que haber sido transpuesta por todos los Estados miembros a sus ordenamientos jur¨ªdicos antes del pr¨®ximo mes de junio; tarea correspondiente al Instituto de Contabilidad y Auditor¨ªa de Cuentas en Espa?a. Esta normativa obliga a diferentes organizaciones a informar sobre sus impactos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), y entre otros, a proporcionar detalles de sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de Alcance 1, 2 y 3.

Las dos primeras se refieren a las controladas directamente por cada compa?¨ªa, mientras que las emisiones de Alcance 3 comprenden las que son indirectas; esto es, las producidas como consecuencia de las actividades de una empresa, pero que han sido generadas por otra, lo que implica que ocurren fuera de su control directo y en toda la cadena de suministro. Esto incluye ¡°no solo a los proveedores¡±, explica Luis Cabrera, director de ESG de G-advisory, filial de Garrigues, ¡°sino a todas aquellas empresas con las que se tiene alguna actividad, con ¨¢mbitos tan diversos como las inversiones, los edificios bajo gesti¨®n o el proveedor de mensajer¨ªa¡±, detalla.

Aguas arriba, aguas abajo

El Alcance 3 abarca as¨ª las operaciones ¡°aguas arriba¡± y ¡°aguas abajo¡± (upstream y downstream) de una organizaci¨®n; desde las emisiones en la producci¨®n de un material y su transporte, hasta el propio uso de un producto por parte del cliente y los tratamientos para su gesti¨®n como residuo. Pero tambi¨¦n las causadas por los desplazamientos de los empleados, los viajes de negocios, las franquicias de una cadena¡­

El peso de cada alcance dentro del balance de emisiones de una empresa difiere mucho, por tanto, seg¨²n su ¨¢mbito. Tanto es as¨ª, que se estima que el 99% de las emisiones de GEI en sectores como el financiero corresponden a las de Alcance 3. No obstante, la obligatoriedad de aportar esa informaci¨®n ser¨¢ igual para todas las compa?¨ªas afectadas, empezando por las entidades de inter¨¦s p¨²blico, las primeras a las que resulta de aplicaci¨®n la CSRD, y que el 1 de enero de 2025 deber¨¢n de aportar su informe de sostenibilidad correspondiente al ejercicio de 2024.

Al a?o siguiente, en 2026, le tocar¨¢ el turno a otras grandes empresas que cumplan dos de los siguientes criterios: m¨¢s de 250 empleados, m¨¢s de 40 millones de euros de facturaci¨®n neta o m¨¢s de 20 millones de euros de activos totales. Posteriormente, en 2027, se incluir¨¢n las pymes cotizadas en los mercados regulados europeos; y ¡ªfinalmente¡ª a ciertas empresas extracomunitarias con importante actividad y presencia en la UE, ya en 2029. En total, alrededor de 50.000 sociedades, de las que 10.000 son extranjeras y 6.000 espa?olas, seg¨²n las cifras ofrecidas por Grant Thornton.

Muchas firmas afectadas

¡°En realidad¡±, aclara Sergi Puig-Serra, socio del ¨¢rea de Auditor¨ªa y Assurance no financiero de la oficina de esta firma en Barcelona, ¡°el n¨²mero de empresas afectadas ser¨¢ mucho mayor¡±. Y es que, como tambi¨¦n se?ala, aunque los aut¨®nomos y micropymes ¡ªel 94% del tejido empresarial en Espa?a¡ª no est¨¦n directamente incluidos en la CSRD, s¨ª estar¨¢n obligados a recabar datos de sostenibilidad y cumplir con una serie de KPI ¡°si quieren seguir trabajando con las grandes compa?¨ªas¡±.

Ante esto, se presentan varias barreras para las organizaciones. La primera, la propia complejidad del control de las emisiones de Alcance 3. Y es que una de las principales dificultades a las que apunta Puig-Serra es determinar hasta qu¨¦ punto las empresas deben recabar informaci¨®n de toda su cadena de valor. ¡°Una inc¨®gnita incluso para los profesionales de la sostenibilidad¡±, a?ade; a d¨ªa de hoy no existe una gu¨ªa definitiva que establezca un marco claro y detallado sobre c¨®mo abordar este desaf¨ªo siguiendo las Normas Europeas de Informaci¨®n sobre Sostenibilidad.

De aqu¨ª se deriva el aspecto econ¨®mico, en tanto que la mayor¨ªa de las grandes empresas espa?olas no disponen de la capacidad para realizar dicho control, teniendo que contratar un servicio externo. Y podr¨ªa ser m¨¢s cr¨ªtico en el caso de las microempresas cuando, como indica Pablo Bascones, socio responsable de Sostenibilidad y Cambio Clim¨¢tico en PwC, las compa?¨ªas a las que prestan servicio les exijan una ¡°verificaci¨®n por parte de un tercero independiente¡±, algo que ¡°incrementar¨ªa sustancialmente¡± los costes.

Por suerte, lo que ata?e a la monitorizaci¨®n de m¨¦tricas ambientales y sociales puede ser ¡°solventado con relativa facilidad gracias a herramientas online que facilitan, por ejemplo, el c¨¢lculo de la huella de carbono¡±, a?ade. En este sentido, y teniendo en cuenta el caso de empresas con miles de proveedores, Bascones sugiere aplicar un enfoque gradual, recomendando los modelos y bases de datos existentes ¡ªcomo los del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero¡ª para conseguir estimar algunas categor¨ªas de emisiones de Alcance 3, lo que valdr¨ªa como ¡°un primer paso¡± con vistas a su control.