El campo de minas de las pensiones
Las sensibilidades pol¨ªticas complican la reforma de un sistema que se enfrenta a un pa¨ªs cada vez m¨¢s envejecido
A principios de octubre de 2021 hab¨ªa 6,19 millones de jubilados recibiendo una pensi¨®n en Espa?a, seg¨²n los datos de la Seguridad Social. Y esa cifra no va a hacer m¨¢s que subir. En 1958, el n¨²mero de nacidos vivos en Espa?a super¨® por primera vez los 650.000, y no volvi¨® a bajar de esa cifra hasta 1978. Fue el baby boom del desarrollismo espa?ol, y hoy los m¨¢s mayores de esa cohorte est¨¢n llegando a la edad de jubilaci¨®n, si no se les ha prejubilado ya.
Todo el mundo desarrollado se ha encontrado, o se est¨¢ encontrando, con ese mismo muro: un sistema desarrollado en el siglo XIX, con una expectativa de vida mucho menor y vidas laborales por lo general m¨¢s duras se encuentra con una poblaci¨®n envejecida y unas tasas de natalidad cada vez m¨¢s bajas. Y todas las respuestas posibles se encuentran de frente con un problema: este es un asunto pol¨ªticamente sensible y, en casi todas partes y en todos los tiempos, los votantes de m¨¢s edad son los que m¨¢s acuden a los colegios. Una soluci¨®n pol¨ªtica que afecte a los pensionistas es electoralmente arriesgada. El pasado d¨ªa 9, el presidente franc¨¦s Emmanuel Macron anunci¨® al pa¨ªs que renunciaba a seguir adelante con su anunciada reforma de las pensiones. Es dif¨ªcil no ver un reconocimiento de que hubiera sido un lastre para la campa?a electoral para las presidenciales del a?o que viene, en la que Macron busca reelegirse.
Algo similar pasa en Espa?a, donde a pesar de la cobertura pol¨ªtica que ofrece el Pacto de Toledo (cuando en 1995 los partidos pol¨ªticos y agentes sociales acordaron una respuesta consensuada a los desaf¨ªos de sostenibilidad del sistema) todo intento de reforma es mirado con lupa. El actual Gobierno est¨¢ aventur¨¢ndose tanto con el r¨¦gimen general (esta misma semana anunci¨® una subida de las cotizaciones) como con las pensiones complementarias, pero en el caso de estas ¨²ltimas, pr¨¢cticamente todo no pasa de anteproyectos. Este mi¨¦rcoles, en un evento organizado por Cinco D¨ªas, Escriv¨¢ ha prometido que el Consejo de Ministros tratar¨¢ del tema ¡°antes de final de a?o¡±.
Lo ¨²nico concreto en este sentido en Espa?a es la intenci¨®n manifiesta por parte del Gobierno de desplazar estas ¨²ltimas en favor de los planes colectivos, a trav¨¦s de lo que el socio fundador de LoRIS (Longevity and Retirement Income Solutions), Jos¨¦ Antonio Herce, llama un ¡°rejonazo fiscal¡±: una dr¨¢stica reducci¨®n de las cuant¨ªas que no pagan impuestos en la declaraci¨®n del a?o al ser aportadas a planes individuales (de 8.000 a 2.000 euros en los presupuestos de 2021 y de 2.000 a 1.500 en los de 2022).
Seg¨²n la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, este incentivo fiscal supon¨ªa cada a?o una p¨¦rdida de recaudaci¨®n de 1.643 millones de euros al a?o (pero que en la pr¨¢ctica se quedaba en 450 millones, dado que esas cuant¨ªas se recuperaban en ejercicios subsiguientes). Sobre todo, era m¨¢s aprovechada por las rentas m¨¢s altas: el 37% de los beneficiarios, que se llevaba dos tercios de los beneficios fiscales, estaba en el ¨²ltimo decil de renta. ¡°Consecuentemente, el beneficio introduce un elemento de regresividad en el impuesto sobre la renta¡±, afirmaba el informe de la AIReF. ¡°En sus d¨¦cadas de vigencia, se ha producido un cambio en las carteras de unos activos por otros, pero casi no ha servido en su objetivo ¨²ltimo que es impulsar el ahorro a largo plazo¡±, defendi¨® Escriv¨¢ este mi¨¦rcoles. ¡°M¨¢s que para generar pensiones complementarias, sirven para que quien tiene capacidad para derivar a ellos una parte de la renta disminuya su contribuci¨®n fiscal del siguiente ejercicio¡±, comenta por correo electr¨®nico Carlos Bravo, secretario de Pol¨ªticas P¨²blicas y Protecci¨®n Social de Comisiones Obreras.
Visiones contrapuestas
Desde los gestores privados, como es l¨®gico, la visi¨®n es totalmente diferente. ¡°Negamos la mayor¡±, apunta por tel¨¦fono ?ngel Mart¨ªnez Aldama, presidente de Inverco, la asociaci¨®n empresarial de los fondos de inversi¨®n. ¡°Esto no es ning¨²n refugio fiscal. Los que m¨¢s aporten, en el momento en el que reciban la prestaci¨®n ser¨¢n los que m¨¢s paguen: suponiendo que haya una regresividad en la contribuci¨®n, tambi¨¦n lo habr¨¢ en la prestaci¨®n¡±. ¡°La deducci¨®n a planes de pensiones no es una ventaja fiscal, sino un diferimiento tributario¡±, afirma Pilar Gonz¨¢lez de Frutos, presidenta de Unespa, la patronal de las aseguradoras. ¡°Hoy te deduces lo que aportas y ma?ana declaras lo que rescatas. Adem¨¢s, cuando se recoge ese ahorro todo el dinero tributa como rentas del trabajo: todo. A pesar de que hay una parte que corresponde a la rentabilidad obtenida. ?En serio estamos ante un beneficio fiscal?¡±
En todo caso, aunque las aportaciones han ca¨ªdo, no lo han hecho a una escala similar a las reducci¨®n de las exenciones fiscales. Para Gonz¨¢lez de Frutos, la ca¨ªda de las aportaciones va a hacer que ¡°la industria se vaya a pelear por lo que tiene¡±, afirma. ¡°Habr¨¢ que hacer volumen intentando quit¨¢rselo al de al lado¡±. Eso implicar¨¢, a la larga, el abandono del mercado por parte de muchas firmas, y una menor competencia que perjudicar¨¢ al consumidor. ¡°En Espa?a el mercado es tan raqu¨ªtico que los gestores prefieren una tarta peque?a con un sufl¨¦ muy alto¡±, considera Herce.
El conflicto pol¨ªtico parte de un hecho indiscutible: las pensiones espa?olas del pilar p¨²blico son relativamente generosas. Seg¨²n la OCDE, los pensionistas espa?oles reciben de media un 83% de sus ingresos netos, el octavo nivel m¨¢s alto de la UE, por debajo de pa¨ªses como Italia o Portugal. La pensi¨®n media de un jubilado del r¨¦gimen general, en octubre de 2021, era de 1.338,84 euros, muy por encima del salario m¨ªnimo de 965 euros al mes.
Hay voces que defienden que esto es lo correcto y que deber¨ªa seguir siendo as¨ª. ¡°La promoci¨®n de sistemas complementarios de pensiones no garantizan las pensiones p¨²blicas. Conviene no equivocarse ni hacer castillos en el aire con estas cosas¡±, afirma Bravo. ¡°Son un elemento adicional, de inter¨¦s, pero no son una soluci¨®n alternativa a las decisiones que hay que tomar en materia de pensiones p¨²blicas para garantizar un sistema comparable de protecci¨®n a las distintas generaciones¡±. Es m¨¢s: hay un temor pol¨ªtico a que un impulso al sector privado conduzca a desmantelar a largo plazo el pilar p¨²blico.
Desde la Comisi¨®n Europea y los sectores empresariales se alerta de la insostenibilidad a largo plazo del sistema. ¡°Fomentar el ahorro durante la etapa activa de trabajo va a ser fundamental para poder complementar la futura pensi¨®n de jubilaci¨®n¡±, indica por correo electr¨®nico Teresa Casla, presidente y consejera delegada de Fonditel, un gestor peque?o especializado en fondos de empresa. ¡°El ahorro previsional espa?ol despu¨¦s de 30 a?os deber¨ªa ser el triple de lo que es ahora¡±, considera Herce.
La apuesta por los fondos de empresa ofrece un camino intermedio y una herramienta m¨¢s para la negociaci¨®n colectiva. ¡°Pr¨¢cticamente, toda la inversi¨®n en fondos de pensiones est¨¢ concentrada en rentas altas, personas que pueden arbitrar entre marginales, y ah¨ª [en los planes de empresa] es donde est¨¢ la posibilidad de desarrollar una industria de grandes vol¨²menes, como hemos visto en otros pa¨ªses¡±, se?al¨® Escriv¨¢. ¡°Es razonable que cualquier esfuerzo p¨²blico en esta materia sea a los sistemas de empleo, que son los que pueden cumplir la funci¨®n social que se pretende¡±, considera Bravo. ¡°Esa funci¨®n social consiste, por un lado, en permitir generar pensiones complementarias a las pensiones p¨²blicas con vocaci¨®n de generalizarlas, aunque no pueden alcanzar extensi¨®n universal como tiene el sistema de pensiones p¨²blicas¡±. ¡°Son un instrumento id¨®neo para atraer, incentivar, motivar, fidelizar y promover la retenci¨®n del capital humano en las empresas¡±, se?ala Casla.
Sin embargo, la realidad es que al final de 2020 estos fondos ten¨ªan algo m¨¢s de dos millones de part¨ªcipes y 35.766 millones de euros en cuenta, frente a los 7,3 millones de asociados y 80.568 millones de euros de los planes individuales. ¡°Los m¨¢s interesados deber¨ªan ser los trabajadores y los empresarios, pero no se lo he o¨ªdo ni a unos ni a otros, solo al Gobierno¡±, considera Gonz¨¢lez de Frutos.
Uno de los motivos plausibles es el mapa empresarial espa?ol, centrado en las pyme y con altas tasas de precariedad y temporalidad. ¡°Los sistemas de previsi¨®n social complementaria en la empresa, se desarrollan donde hay trabajo estable, salarios mejores y capacidad de negociaci¨®n de los trabajadores¡±, apunta Bravo. ¡°Es muy importante que sea una medida inclusiva y que se extienda a los trabajadores de cualquier tipo de empresa (peque?as, medianas y grandes) y a los aut¨®nomos. As¨ª como que se extienda a todo tipo de trabajadores de grupos minoritarios o vulnerables¡±.
Para Mart¨ªnez Aldama, ¡°hay otros pa¨ªses donde este sistema funciona y cuyo mapa empresarial no es radicalmente diferente al nuestro. ?Qu¨¦ han hecho? Establecer sistemas obligatorios generales, v¨ªa convenios colectivos o normas generales, que garantice que el 100% de los trabajadores tengan acceso a un sistema de empleo¡±, apunta. ¡°Hace falta un impulso decidido, con obligaci¨®n o semiobligaci¨®n, y que no implique un coste solamente para las empresas¡±. ¡°Hay que ir a por los 15 millones de asalariados y a los aut¨®nomos¡±, apunta Herce.
Compartir responsabilidades
Y para eso, defienden desde las patronales, la responsabilidad de las aportaciones no debe caer exclusivamente (o incluso mayoritariamente) en las empresas, sino que debe de estar m¨¢s repartida con los trabajadores y el Estado. ¡°Seg¨²n lo que hemos le¨ªdo del anteproyecto, las aportaciones del trabajador no podr¨¢n ser nunca superiores las que vengan de la propia empresa¡±, se?ala Gonz¨¢lez de Frutos. ¡°Si no hay m¨¢s incentivos, estamos creando un cascar¨®n hueco en el que podemos incorporar lo que ya hay, pero que no va a crecer¡±. ¡°Hay que poner cohetes adicionales para ponernos en un est¨¢ndar internacional, porque se tarda tiempo en generar patrimonio¡±, indica Mart¨ªnez Aldama. ¡°La clave del desarrollo es qui¨¦n aporta los fondos¡±, reconoce Bravo.
La otra parte del conflicto pol¨ªtico est¨¢ en qui¨¦n gestiona esos fondos y para qu¨¦. Ya hoy en d¨ªa los m¨¢s de 100.000 millones de euros depositados en fondos de inversi¨®n son un patrimonio jugoso; en caso de una universalizaci¨®n de la previsi¨®n paralela, lo ser¨¢ mucho m¨¢s. ?A d¨®nde ha de ir el dinero? ¡°Esas masas de ahorro il¨ªquido han de invertirse y, por tanto, pueden contribuir a financiar pol¨ªticas p¨²blicas y proyectos empresariales si mantienen una posici¨®n de inversi¨®n socialmente responsable¡±, afirma Bravo.
Desde el Gobierno se ha hablado de un fondo p¨²blico que compita con los privados, o gestionado por la Seguridad o por una gesti¨®n privada controlada desde el Estado. ¡°La comisi¨®n de seguimiento ministerial tiene derecho de veto sobre los gestores externos y yo no s¨¦ que gestores van a querer meterse a eso¡±, apunta Herce. ¡°El dinero solo puede ir a un sitio y es el que garantice el m¨¢ximo beneficio para el part¨ªcipe¡±. ¡°El Gobierno piensa que el problema de la falta de pensiones complementaria es un problema de gesti¨®n, hay muchas gestoras y muy eficientes¡±, considera Gonz¨¢lez de Frutos.
?Qu¨¦ hay dentro de mi plan?
Según datos de la Dirección General de Seguros, a finales de 2020 los fondos y planes de pensiones gestionaban un patrimonio de 117.893 millones de euros, un récord histórico. En un entorno de tipos de interés bajos, la inmensa mayoría de ese dinero (91,1%) está invertido en activos financieros. El resto está, por encima de todo, en activos de tesorería (especialmente en cuentas a la vista); depósitos, créditos y activos inmobiliarios representan un porcentaje ínfimo. De los activos financieros, la mayoría (un 45% del total invertido) está en activos de renta fija, más de la mitad de esta extranjera. Le siguen en importancia las instituciones de inversión colectiva y capital riesgo: la renta variable (en su inmensa mayoría, extranjera) se lleva el resto.
El resultado es una rentabilidad que, según los últimos datos de la patronal Inverco, en los planes individuales oscila entre los 0,66% y 10,91% (dependiendo del foco de cada plan) en los planes individuales a 10 años y entre 0,95% y los 4,27% al año en los de a 20 años, unas rentabilidades que siguen siendo atractivas. “Está dentro de nuestras previsiones que las aportaciones a planes de pensiones individuales sean menores que en 2020”, señalan de VidaCaixa, el mayor gestor de fondos del país. “Sin embargo, no esperamos que la reducción sea en la proporción de la rebaja porque seguimos pensando que los planes de pensiones son una buena herramienta de ahorro para proporcionar un complemento a la pensión pública de jubilación”.
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