Seis vinos tintos extreme?os, competitivos y con el sello de grandes viticultores

La Denominaci¨®n de Origen del vino en Extremadura tiene nombre de r¨ªo, Ribera del Guadiana y alberga algo m¨¢s del 50% de la superficie del vi?edo extreme?o a base de unificar las zonas vitivin¨ªcolas de Tierra de Barros, Ribera Baja, Ribera Alta, Matanegra, en Badajoz; Ca?amero y Mont¨¢nchez, en C¨¢ceres. ?nica, compleja y grande, aunque no siempre grandiosa pese al impulso dados por del Consejo Regulador al despegue de los vinos de calidad. La verdad es que los resultados no est¨¢n todav¨ªa a la altura de sus posibilidades. A¨²n son pocas las bodegas que elaboran vinos, fundamentalmente tintos, equiparables a los mejores de otras zonas vitivin¨ªcolas espa?olas.

Y es que nada es f¨¢cil en esta tierra dura y extrema, gleba ¨¢rida y pobre que, seg¨²n datos de la Interprofesional del vino de Espa?a, cuenta con unas 79.750 hect¨¢reas de vi?edo (41.559 inscritas en la Denominaci¨®n de Origen), la mayor¨ªa localizadas en Badajoz (cerca del 96%), lo que convierte a Extremadura en la segunda comunidad aut¨®noma con mayor extensi¨®n de vi?as y el s¨¦ptimo productor nacional con 3.300.000 hectolitros. A todo esto cabe a?adir la pesada losa de una viticultura basada en el predominio del varietal blanco y en la vinificaci¨®n de graneles, una gran parte destinado a ser quemado.

Otra dificultad es el dominio de las cooperativas que elaboran casi el 80% del vino, lo que no supone un aliciente para la m¨¢xima calidad. Claro que hay excepciones, como el caso paradigm¨¢tico de la Cooperativa de San Marcos, en Almendralejo, un gigante dormido hasta que comenz¨® a elaborar algunos vinos de sorprendente nivel, como Campobarro. La situaci¨®n comenz¨® a cambiar a finales de los 70, gracias al impulso de bodegueros como Marcelino D¨ªaz. A ¨¦l se deben lo primeros vinos competitivos, como Lar de Barros, ejemplo de futuro. Inici¨® una profunda reconversi¨®n del vi?edo hacia el tinto, incorporando varietales tintos de calidad: primero tempranillo, luego cabernet sauvignon.

Luego llegar¨ªan syrah y merlot. Tarea a la que se incorporaron posteriormente otros bodegueros, como Alfonso Schlegel, de padre suizo y madre extreme?a, con su Vi?a Extreme?a; Ruiz Torres en Ca?amero, y Fernando Toribio uno de los impulsores de Pago de los Balancines; Alfonso ?lvarez de Toledo, defensor de la trashumancia con pastoreo a caballo, se trajo al en¨®logo bordel¨¦s Dominique Roujou de Boub¨¦e para elaborar su tinto Marqu¨¦s de Valdueza. Una lista que incluye a Catalina Arroyo, Mart¨ªnez Payva, o Antonio Medina, gur¨² de la comarca vitivin¨ªcola de Matanegra y su Pitarra del Abuelo, reliquia de un pasado sin futuro; sin olvidar al catal¨¢n Joan Mil¨¢, genial creador de rosados y tintos ilustres, que vino a estas tierras para elaborar el convincente Vi?a Jara. Conviene recordarlos cuando nuevos viticultores, bodegueros y en¨®logos acaparan hoy la atenci¨®n con sus excelentes elaboraciones, santo y se?a de la mejor viticultura y enolog¨ªa extreme?a. Estos seis tintos muestran el camino para conquistar nuevos mercados y consumidores.

HARAG?N 2018

HABLA N.? 25 2019

PALACIO QUEMADO LA RAYA 2020

MADRE DEL AGUA 2021

EBURUS 2020

THEODOSIUS 2019

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