Curry de berenjenas y alb¨®ndigas

Mi relaci¨®n con la comida india es un tanto conflictiva. Me apasiona por motivos varios: la apuesta por las verduras y por las carnes que no sean de vaca sagrada, la exhuberancia de las especias, el cruce de picante y l¨¢cteos, las salsorras que genera, la impresionante variedad de platos... en definitiva, por todo. Sin embargo, alguno de sus ingredientes que no he logrado identificar me sienta como un aut¨¦ntico tiro, y cuando la como entiendo lo que debe de sentir una anaconda despu¨¦s de zamparse un tapir. Un tapir al curry, m¨¢s concretamente.

Cuento esto no porque piense que os interesan mis penalidades, sino por si hay alg¨²n entendido en la materia que sepa como desactivar la bomba india estomacal. O simplemente por encontrar alg¨²n alma gemela en los comentarios que padezca el mismo mal. La cuesti¨®n es que s¨®lo puedo tomar comida de esta nacionalidad al mediod¨ªa, porque si la ceno sue?o cosas horribles como que Aznar es mi padre (esto es ver¨ªdico, no me lo invento).

Este curry que os presento es tan indio como el Peter Sellers de El guateque. Es decir, se trata de un invento m¨ªo maquillado que no s¨¦ si tiene mucho de aut¨¦ntico. Si has estado de luna de miel por el Rajast¨¢n, haciendo la jipitrusca en Goa o encontr¨¢ndote a ti mismo en la ribera del Ganges, no esperes saborear la pureza de la gastronom¨ªa india en esta receta. Lo ¨²nico que puedo vender es que est¨¢ buen¨ªsima, y que con arroz blanco forma un plato ¨²nico de lo m¨¢s completo.