La polic¨ªa diet¨¦tica investiga a los telechefs brit¨¢nicos
La carrera por llenar el buche hasta que se nos empiecen a ceder las costuras ha empezado. Alguna gente lo llama ¡°Navidad¡±, pero en el fondo no es m¨¢s que una marat¨®n para ver qui¨¦n recorre 75.000 calor¨ªas en dos semanas. No es que me quiera poner moralista: simplemente constato un hecho del que yo, con mi dieta del polvor¨®n navide?o (dos al d¨ªa despu¨¦s de cada comida, recomendada por 10 de cada 0 nutricionistas), tambi¨¦n participo.
Una parte de m¨ª se rebela, y me lleva a promover la moderaci¨®n en estas fiestas. Pero toda esa tonter¨ªa se me pasa cuando leo u oigo a alg¨²n polic¨ªa alimentario se?alando con el dedo acusador a los que promovemos el disfrute con la comida sin calcular al mil¨ªmetro la composici¨®n nutricional de los platos.
Cuando hablo de polic¨ªas alimentarios me refiero a gente como los expertos de la Universidad de Newcastle que han publicado un estudio con la siguiente conclusi¨®n: las recetas caseras de los chefs de la televisi¨®n pueden ser m¨¢s insanas que la comida preparada que venden los supermercados. Para llegar a este brillante hallazgo, analizaron 100 platos sacados de recetarios de cocineros como Jamie Oliver o Nigella Lawson, las compararon con 100 precocinados y vieron que los primeros ten¨ªan m¨¢s calor¨ªas y grasas saturadas y menos fibra que los segundos.
Me encantar¨ªa saber qui¨¦n ha financiado este informe, que fomenta con tanto descaro el consumo de basura comida envasada de grandes superficies. Pero no pensemos mal: quiz¨¢ estos se?ores crean de verdad que ¨¦sta es m¨¢s saludable que los platos que proponen los telechefs en sus libros. Tragu¨¦monos que una comida hecha por ti en tu casa con productos frescos es menos beneficiosa para tu cuerpo que una bandeja industrial con sus correspondientes aditivos, sustitutivos, conservantes y camuflantes. O mejor cuestion¨¦monos si todo esto es cierto.
No dudo de que haya recetas de Oliver, Lawson y dem¨¢s familia que sean hipercal¨®ricas y colesterol¨¢ceas. En esto me siento identificado, porque algunas de las m¨ªas tambi¨¦n lo son. Pero no todas. Ni siquiera la mayor¨ªa. Y aqu¨ª est¨¢ el quid de la cuesti¨®n: para m¨ª una alimentaci¨®n sana no consiste en estar constantemente pendiente de la cantidad de calor¨ªas, fibra y grasas de cada plato. Es m¨¢s, hacerlo es contraproducente. No se trata de desmayarte cada vez que ves un trozo de tocino o un pastel, sino de lograr que tu dieta sea lo suficientemente equilibrada como para combinar grupos de alimentos diferentes, consumiendo unos de manera intensiva (frutas, verduras, cereales y sus derivados, legumbres), y otros, m¨¢s ocasional (carnes, l¨¢cteos, dulces). Esa variedad es la que trato de promover en este blog, y la que constato cuando leo los libros de cocineros a los que el estudio se?ala con el dedo.
Nigella Lawson, diosa de la lujuria gastron¨®mica. / NIGELLA.COM
?Puede un plato de comida casera rebosar calor¨ªas y grasas saturadas? Por supuesto que s¨ª. Pero siempre lo preferir¨¦ a un plato prefabricado, digan lo que digan los sabios de Newcastle. Por suerte hay otros sabios m¨¢s sensatos que est¨¢n poniendo el punto de mira no tanto en las cantidad de calor¨ªas, sino en su calidad. Insisten en que los problemas de salud relacionados con la dieta occidental no s¨®lo se deben a la sobrealimentaci¨®n, sino tambi¨¦n al consumo de comida procesada -manipulada a nivel industrial- en detrimento de los productos frescos. Es decir, al abandono de la cocina en las casas, esa cocina a la que el estudio le hace un flaco favor cuestionando a los que la promueven por pasarse alguna vez con la crema.
Como dec¨ªa hace unos d¨ªas el periodista Michael Pollan en una entrevista en Cukmi, "la desaparici¨®n de las habilidades culinarias nos deja a merced de las grandes corporaciones, que no cocinan con cuidado, con buenos ingredientes ni con amor. S¨®lo la comida hecha por humanos nos nutre realmente". No puedo estar m¨¢s de acuerdo. El hecho de preparar la comida con tus propias manos te conduce casi siempre a alimentarte mejor, porque eres consciente de lo que te est¨¢s metiendo en el cuerpo. O al menos m¨¢s consciente que con una comida cultivada en una f¨¢brica que calientas en el microondas.
Actualizaci¨®n 27/12/2012: la instituci¨®n que financi¨® el estudio es Fuse, un centro brit¨¢nico de investigaci¨®n en salud p¨²blica. Fuse recibe fondos de British Heart Foundation, Cancer Research UK, Economic and Social Research Council, Medical Research Council, y el National Institute for Health Research. Los autores del informe declararon que no recibieron ning¨²n tipo de apoyo ni han mantenido relaci¨®n con ninguna de las empresas que pudieran resultar afectadas por el informe en los ¨²ltimos tres a?os.
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