Decadencia y ca¨ªda del rosc¨®n de Reyes
De entre todos los momentos que me gustan de las navidades -lo siento, no soy de esos intelectuales que las detestan por ?o?as, consumistas y dem¨¢s topicazos-, uno de mis favoritos ha sido siempre el desayuno del d¨ªa 6. Jam¨¢s perdono el rosc¨®n de Reyes, por varios motivos. Tiene algo de aventura emocionante de la infancia, cuando ansiabas que te tocara el rey y tem¨ªas dar con el haba. Es uno de los pocos productos que, al comerse s¨®lo en esta fecha, sigue conservando su temporalidad contra viento y marea, lo que aumenta su disfrute. Y si est¨¢ bien hecho, para m¨ª es uno de los bollos m¨¢s deliciosos que existen, capaz de llevarte al nirvana si lo acompa?as con un chocolate caliente.
Si est¨¢ bien hecho, claro. Es decir, si se ha elaborado con honestidad, respetando su esencia y utilizando buenos ingredientes: harina, leche, mantequilla, az¨²car, huevo, agua de azahar y, a partir de ah¨ª, el toque personal que se le quiera dar a la masa con c¨ªtricos, ron, canela o lim¨®n. Dejando que fermente el tiempo suficiente y horne¨¢ndolo. No parece complicado, ?verdad? Pues s¨ª lo debe de ser, considerando el baj¨ªsimo nivel de la mayor¨ªa de los roscones que he probado en los ¨²ltimos a?os, comprados en toda clase de pasteler¨ªas, panader¨ªas y tiendas espa?olas.
Dichos roscones no guardan mucha relaci¨®n con mis recuerdos de infancia, ni con las versiones decentes que en escasas ocasiones he tenido la oportunidad de probar. No son m¨¢s que bollos zafios que se quedan resecos en cuesti¨®n de horas, cuya masa la debe de fabricar el hombre que lo hace todo en Espa?a del que hablaba Astrud en su canci¨®n. Todos saben exactamente igual: a masa est¨¢ndar de pasteler¨ªa industrial. Bueno, miento: hay ligeras variaciones dependiendo de los litros de esencias qu¨ªmicas "aromatizantes" que le hayan podido echar para camuflar la insipidez del bollo en s¨ª mismo. Eso s¨ª, la mayor¨ªa llevan por encima sus buenos kilos de az¨²car y de fruta escarchada a prueba del paso de los milenios, que hay que mantener la tradici¨®n.
M¨¢s de una vez me he preguntado si lo del rosc¨®n chungo era una obsesi¨®n m¨ªa o de mi familia, muy quejica con la reposter¨ªa en general. Por eso ayer pregunt¨¦ a mis seguidores en Twitter si a ellos tambi¨¦n les pasaba. La respuesta fue abrumadora.
Parece ser que ah¨ª afuera hay bastante gente cabreada con la deplorable calidad de muchos roscones. Y con su extravagante precio considerando los tru?os que te dan a cambio. Casi me parece m¨¢s razonable lo que te ofrecen los grandes supermercados: roscas de sabor qu¨ªmico sin ning¨²n parecido al original, rebosantes de esencias y grasas hidrogenadas y con una lista de ingredientes de laboratorio m¨¢s larga que el reparto de Los Miserables, pero al fin y al cabo, baratas.
La decadencia del rosc¨®n de Reyes no es noticia de ¨²ltima hora. Yo dir¨ªa que viene produci¨¦ndose desde la introducci¨®n masiva de la boller¨ªa industrial en la Espa?a de los ochenta. Hay un hecho que marca un antes y un despu¨¦s: la aparici¨®n de la nata como relleno. Como en tantos otros pasteles, la crema de leche montada cumple la funci¨®n de enmascarar las deficiencias. Da igual que el bollo se quede m¨¢s seco que una piedra p¨®mez y que sepa a la nada m¨¢s absoluta: una buena dosis de nataza har¨¢ que la grasa y el az¨²car inunden tu paladar y te resulte "rico". ?Que la nata ya no cuela? No pasa nada, hombre, que para eso tenemos la crema de chocolate, la puntilla que necesitaba el rosc¨®n para darse por muerto. Por cierto, el asunto de la nata tambi¨¦n encendi¨® pasiones en Twitter.
Existen lugares donde todav¨ªa se elaboran buenos roscones. El cr¨ªtico gastron¨®mico de este peri¨®dico, Jos¨¦ Carlos Capel, public¨® ayer una lista de 10 pasteler¨ªas en las que no se mancilla el honor de este cl¨¢sico navide?o. Los que por motivos econ¨®micos o geogr¨¢ficos no pueden acceder a los productos de esta clase de establecimientos no tienen m¨¢s remedio que prepararlo en casa. Que tampoco es mal plan: no es el plato m¨¢s f¨¢cil de hacer y se requiere cierta destreza y paciencia para que no te salga una rueda de cemento armado, pero existen buenas recetas en internet que allanan el camino.
Imagino que esta entrada levantar¨¢ protestas en el gremio de aludidos, con la consabida cr¨ªtica de siempre: "Est¨¢s haciendo da?o al sector". A m¨ª me parece que lo que hace da?o al sector es la falta de autocr¨ªtica y el conformismo, alimentado sin duda por la baja exigencia de unos consumidores aborregados por a?os y a?os de reposter¨ªa cutre. Con el rosc¨®n nos ha pasado lo mismo que con el pan, las magdalenas o los cruasanes: se nos ha olvidado c¨®mo eran de verdad.
?Conoces alg¨²n lugar donde se vendan buenos roscones? ?Has intentado hacerlos en casa? Cuenta tu experiencia en los comentarios.
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